Patas de pollo: Beneficios y la mejor receta
Todos conocemos los efectos del caldo de patas de pollo ante una gripe, o para subir las defensas, pero ¿sabes qué es lo que las hacen tan poderosas?
Detrás de su desagradable aspecto, se esconden nutrientes, vitaminas proteínas y minerales que la hacen no solo un arma contra los virus, también una fuente de salud física y estética. Y por si aún no te convences, aquí te muestro más de una razón para incluirla a tu dieta.
Patas de pollo beneficios para la salud
Lo cierto es que, aunque la queramos evitar son uno de los alimentos más completos y recomendados por especialista, y esto es por lo siguiente.
Refuerza el sistema inmunológico
Al buscar “patas de pollo beneficios para la salud” lo primero que encontraremos es su acción para reforzar el sistema inmunológico, y esto es gracias a su alto contenido de Cisteína.
Este componente cuenta con diversas funciones en el cuerpo, pero uno de los más importantes es esté. Esto se debe a que es esencial para la formación del Glutatión, un antioxidante que defiende las células del organismo impidiendo su degeneración por radicales libres dañinos.
A su vez, estudios demuestran que al combinar un caldo de patas de pollo con otros vegetales como la zanahoria, sus efectos son aún mayores para el fortalecimiento de los órganos y el sistema inmunológico. Esto se debe a los diversos nutrientes y vitaminas con las que cuentan.
Aumenta la hemoglobina
Al presentar en un examen de sangre la hemoglobina baja, se recomienda el caldo de patas de pollo para elevarlas a su estado normal.
La razón de esto radica en el alto contenido de hierro que cada pieza posee, este mineral es esencial para elevar esta proteína de los glóbulos rojos, la cual se encarga de trasladar el oxígeno al resto de los órganos.
Promueve la producción de glóbulos rojos
Al igual que con la hemoglobina, el hierro es responsable del aumento en la producción de glóbulos rojos.
La hemoglobina es una proteína de los glóbulos rojos y el efecto del mineral afecta a las dos en cadena.
Por este motivo las patas de pollo son un elemento tan esencial para personas diagnosticadas con anemia y problemas cardiovasculares, ya que su efecto en la sangre mejora su estado con mayor rapidez.
Fortalece huesos y tejidos
La cisteína toma parte en este efecto, pero también este beneficio se le atribuye al colágeno.
Pues sí, la gelatina que obtenemos del caldo de patas de pollo, es la solidificación del colágeno. Este componente aporta flexibilidad, a su vez restaura los ligamentos, tendones, articulaciones y todo tipo de tejidos.
Además, cuenta con calcio, silicio, fósforo, azufre y magnesio, los cuales permiten el fortalecimiento de ellos, y una rapidez en su mejora en caso de accidentes.
Permite una piel sana y rejuvenecida
Esto es gracias al colágeno principalmente, que ayuda a dar mayor elasticidad y brillo a la piel.
Pero esto no es todo, las patas de pollo también contienen vitamina B2 y grandes antioxidantes derivados de la vitamina A.
Estos en combinación con el colágeno permiten reducir la degeneración causada por los radicales libres, nutrir las células de la piel, neutralizando afecciones en ella, evitando y reduciendo los signos de la edad.
Por otro lado, ayuda a una rápida cicatrización, ya que en combinación con los anteriores nutrientes y proteínas, los efectos de la cisteína influyen positivamente para la recuperación de la piel.
Neutraliza virus y afecciones respiratorias
El componente estrella de las patas de pollo posee gran peso en esta problemática, y es que se convierte en nuestra arma de defensa al potenciar el sistema inmunológico.
Pero eso no es todo, al tener gripe o cualquier patología con afección respiratoria, la cisteína actúa como un expectorante reduciendo la mucosa de los pulmones y fosas nasales, facilitando su expulsión.
Acelera el metabolismo
Si cuentas con un metabolismo lento, y pese a las dietas tu cuerpo sigue con sobrepeso, la respuesta puede ser un caldo de patas de pollo.
Esto se debe a su alto contenido de vitamina B6, entre sus diferentes efectos, genera enzimas en el cuerpo y promueve los distintos procesos metabólicos. De este modo regula el efecto de los azúcares, proteínas y grasas, además que te aporta mayor energía.
En combinación con la dieta y los ejercicios, te dará mayor rendimiento para quemar grasa y asimilar mejor las comidas.
Mejora el funcionamiento del sistema digestivo
La repuesta de esto está en su gelatina, además de colágeno, esta cuenta con glicina, un componente que actúa como antiácido en el intestino.
Con ello mejora su funcionamiento, pero además cuenta con efectos antiinflamatorios.
Esto fusionado con la vitamina B6 permite que los alimentos sean mejor asimilados absorbiendo los nutrientes.
Reduce problemas de presión arterial
Los efectos de la cisteína, el hierro y los bajos niveles calóricos y grasos que poseen las patas de pollo lleva a mantener regulado este tipo de problemas.
Sin embargo, estudios demuestran que el colágeno de estas piezas de pollo logra reducir la presión arterial gradualmente.
Esto también influye en evasión de problemas cardiovasculares e incluso cerebrovasculares.
¿Cómo comer patas de pollo?
Si ya te convenciste de los grandes beneficios de las patas de pollo, es hora de derribar la barrera de su aspecto. No podemos negarlo, muchos al ver su imagen pierden el apetito, pero aquí descubrirás la mejor manera para prepararlos.
Caldo de patas de pollo con vegetales
Una de las maneras más fáciles de prepararlas es en un caldo de patas de pollo, pues el agua se mezcla con los jugos que destila la proteína animal, por lo que puedes emplatar sin poner la pieza de pollo.
Sin embargo, si buscas hacerlo agradable para todos y potenciar su acción en el cuerpo, lo recomendable es una sopa de caldo de patas de pollo. En él harás uso de los nutrientes y sabor de los vegetales.
Aquí te muestro lo que necesitas para la más práctica receta:
300 g de patas de pollo.
½ calabaza.
2 papas grandes.
3 zanahorias grandes.
2 plátanos verdes.
2 cebollas picadas.
4 dientes de ajo triturado.
5 ajíes dulces picados sin semillas.
1 rama completa de apio picado.
½ tz de cilantro picado finamente.
3 cda de aceite vegetal.
1 litro de agua.
Sal al gusto.
Para comenzar la sopa debes lavar con abundante agua la proteína animal, retírales las uñas con un cuchillo y cualquier residuo de su piel.
Luego toma una olla grande, colócale el litro de agua para cocinar a fuego alto. Cuando comience la ebullición intégrales las patas de pollo manteniendo el fuego.
Mientras, pela las verduras y córtalas en trozos del tamaño que mejor te parezca. En el caso de la papa y la calabaza es recomendable no hacerla tan pequeñas para que en el proceso de cocción se deshagan un poco, esto le dará espesor a la sopa.
Ahora integra las verduras y cocina por 30 minutos. Antes de llegar a los 20 minutos, procede a cortar la cebolla, los ajíes y triturar los ajos. Sobre un sartén a fuego medio bajo con el aceite sofríe estos tres ingredientes.
Cuando esté la cebolla cristalina ya podrás integrarlos con el resto de la preparación. Para finalizar, al restar 10 minutos colócale el apio, el cilantro picado y la sal, deja que termine de cocinarse y al ya estar la verdura blanda puedes emplatar.