Para la consciencia nada es bueno, ni malo: ¡es!
Para la consciencia nada es bueno ni malo: ¡es!
Es maravilloso observar el proceso de desarrollo de la consciencia, es divino y asombroso cultivar la curiosidad, la humildad de rendirnos ante la Inteligencia de la cual somos parte, y a la vez todo.
Hace unas horas, a penas, estaba inmerso en disfrutar "un camino derecho" de esos que a veces aparecen en la vida, una "época de bonanza" circunstancias que se enlazan unas con otras de forma que al parecer, son exactamente, las que a uno le parecen buenas. Y la alegría nos invade, nos abraza... hasta que unas horas después recibo una noticia que siembra preocupación, que toca en esas teclas más sensibles que tenemos.
No siento que haya que hacer la guerra a las preocupaciones porque, no hay que hacer la guerra a NADA. Me preocupo porque soy humano, porque he venido a vivir experiencias de banda ancha: alegrías inmensas y preocupaciones, tristezas y miedos, rencores y juicios, incomprensiones y bondad, malestar y euforia. Ahora bien, el tiempo que transcurre desde que uno siente una emoción, hasta que la reconocemos, hasta que decimos "hay preocupación en mi", luego la nombramos: "siento rabia" luego respiramos profundo: ¿qué siento, cómo lo siento, dónde lo siento, que efectos me provoca...? Y entonces, si podemos hacer consciente que hay detrás de esa emoción, detrás de ese sentimiento, detrás de ese impulso, una inteligencia superior, amorosa, incapaz de castigar, que te ama profundamente, aunque no seas capaz de entenderlo con tu mente pequeña, aunque a todas luces "parece" un golpe por la espalda, un aguijonazo en un riñón, un estacazo en la cabeza, y que lo único que ocurre es que tienes una nueva vivencia-oportunidad, para desarrollar tu FE, entonces, y solo entonces, ocurre el milagro de que la paz de Dios, puede que venga a visitarte.
¡Gracias Universo!