Remedios caseros para subir las defensas
Los remedios caseros para subir las defensas están fuertemente arraigados a la cultura humana. Desde hace mucho tiempo, se relacionan con propiedades regenerativas y curativas de gran importancia.
Sin embargo, más allá de la opinión pública o la subjetividad, no existe evidencia sustentable que avale los verdaderos beneficios de estas bebidas. Aun así, no quiere decir que no sean útiles desde el punto de vista práctico.
Remedios caseros para subir las defensas: los más comunes
Existen infinidades de remedios caseros para subir las defensas rápidamente, pero solo se ahondará en los más comunes. En ese sentido, se subrayan los siguientes:
Infusión de miel con limón
La infusión de miel con limón se prepara tal cual lo indica su nombre. Únicamente requieres diluir los componentes en agua hirviendo, lo suficientemente caliente como consideres.
A grandes rasgos, la miel es una fuente rica de antioxidantes y minerales que fortalecen la actividad celular del sistema inmunológico. Asimismo, su bajo porcentaje calórico, en conjunto con el limón y su aporte de vitamina C, lo transforman en un remedio casero de primera línea.
Infusión de jengibre
Aunado a la anterior, la infusión de jengibre es otro de los remedios caseros para subir las defensas rápidamente. Esencialmente, su preparación no requiere de demasiados métodos técnicos. Como tal, nada más es hervir el jengibre en agua y tomar el néctar resultante.
Algunas versiones de este remedio incluyen abiertamente limón o naranja para suavizar el sabor. A la larga, posee beneficios antiinflamatorios, antioxidantes y vitamínicos no comprobados científicamente, pero sí avalados por la cotidianidad.
Licuado de zanahoria y naranja
El licuado de zanahoria y naranja es uno de esos remedios caseros para subir las defensas que se toman hasta por inercia. Probablemente, en algún punto lo habrás preparado sin saber que tenía un papel protagónico en este tópico.
Tal como lo indica su nombre, con una zanahoria y dos naranjas prepararás el licuado. Asegúrate de agregar agua suficiente para que la consistencia sea más suave y tolerable.
Por lo demás, la evidencia subjetiva sugiere que es un batido rico en vitaminas, sobre todo A y C. A la par, pero en menor medida, promueve la ingesta de antioxidantes indispensables para la regulación de los procesos fisiológicos del organismo.
El popular ajo
El ajo es otro remedio casero por excelencia que puedes consumir como ingrediente de las comidas. Hoy en día, existen ciertos estudios inconclusos que lo asocian con el control de la presión arterial.
Al mismo tiempo, contiene compuestos fitoquímicos de importancia orgánica, que interactúan con el sistema inmunológico. En ese respecto, promueve una mejor respuesta de este complejo del organismo, evitando afecciones de tipo infeccioso.
Jugo de kiwi y naranja
En menor proporción, el jugo de kiwi y naranja es una alternativa como remedio casero. Haciendo gala de una unidad de cada fruta, entonces podrás progresar a preparar el licuado. Claro está, debes despojar de la concha o cáscara a cada una.
Tanto el kiwi como la naranja son fuentes primordiales de vitamina C. Por medio de tal compuesto, la actividad celular se ve incrementada, incluyendo aquella relacionada con el sistema inmune.
Consejos para fortalecer tu sistema inmunológico
Está bien que acudas a los remedios caseros para fortalecer el sistema inmunológico, pero se debe depender de ellos. Al contrario, la visita periódica al médico, más un estilo de vida saludable, serán más que suficiente. Por igual, aplica estos consejos sabios:
Duerme lo suficiente: un buen ritmo circadiano o de sueño beneficiará los procesos fisiológicos y metabólicos del cuerpo. Por consiguiente, los sistemas, como el inmunológico, estarán bien cubiertos.
Dieta balanceada: en lugar de enfocarte en un único remedio casero, puedes optar por equilibrar tus comidas. Gracias a alimentos saludables con alto contenido proteico y nutricional en general, harás una mayor diferencia.
Ejercicio constante: la actividad física promociona un estilo de vida superior. Adicionalmente, reduce el riesgo de padecer enfermedades inflamatorias y metabólicas crónicas como la obesidad y la hipertensión arterial, enemigos del sistema inmune.
En retrospectiva, estos son los tres pilares para cuidar de tu salud y prevenir enfermedades infecciosas. Dedicando un ápice de tu tiempo a ellas de modo progresivo, tu calidad de vida se elevará más de lo que piensas. Recuerda, no dejes todo en manos de los remedios caseros.