¿Cómo colocar límites saludables con respecto al apego emocional?
El apego representa aquellos vínculos que establecemos con todas las personas que nos rodean, y que tipo de apego tenemos se relaciona directamente con nuestros vínculos más cercanos, es decir el que desarrollamos tempranamente con nuestros padres.
Al contrario de lo que se cree popularmente el apego no es malo, un apego saludable nos permite establecer vínculos significativos con nuestras personas cercanas, sin embargo la mayoría de las veces las personas tiene un apego dañino con las cosas o en sus relaciones interpersonales.
Es posible trabajar el apego para relacionarte de forma sana contigo mismo y con los que te rodean, esto pasa por conocerte y reconocer que tipo de conductas tienes con lo que te rodean, pregúntate ¿de qué modo me relaciono con los otros?
Pues para encontrar un modo saludable te enseñaremos como poner límites a tus relaciones y crear un apego saludable que puedes a su vez compartir con tus hijos y tus amigos.
¿En que se basan los límites saludables?
Es normal que tengamos la aspiración de todos nos quieran y de caerle bien a todo el mundo, naturalmente no queremos ser rechazados por nadie y menos si esa persona es importante para nosotros.
Sin embargo tenemos que entender que si queremos estar bien con nosotros y con los demás los límites son esenciales, estos nos hacen responsables con nosotros mismo y le enseñan a los demás que nos gusta y que no estamos dispuestos a permitir.
Sin límites se crean relaciones desiguales que son propensa al abuso, esto nos puede poner en situaciones que no hacen daño, si queremos evitar esto tenemos que trabajar en nuestros límites.
Para poder poner límites tenemos que conocernos, de lo contrario ¿cómo sabremos que limites poner? Debemos preguntarnos ¿Quiénes soy? ¿Qué tipo de persona quiero ser? ¿De qué forma deseo que los otros me respeten? ¿Qué cosas no están bien para mí? ¿Qué no me gusta?
Contacta contigo mismo y haz una exploración de tu interior, reconoce tus valores, tus aspiraciones y con base en ellas reafírmate y establécete límites adaptados a ti y a tus características propias.
Los límites sanos están sustentados en tus valores y son trasmitidos a los demás con asertividad y comprensión, no desde la imposición o la autoridad, como persona debes hacerle saber a los demás que no estás dispuesto a aceptar de la mejor forma posible con claridad y amabilidad.
¿Cómo marcar límites saludables?
1. Conócete: como mencionamos anteriormente el primer paso para poder establecer límites adecuados es trabajar en nuestro autoconocimiento, de otra forma no podemos ser conscientes de lo que necesitamos.
2. Comunícalos: en ocasiones nos gustaría que las personas de nuestro alrededor supieran lo que deseamos y lo que queremos evitar, sin embargo no podemos pretender que alguien esté al tanto de algo que no le hemos comunicado.
Por lo que debemos a la tarea de comunicar a los otros nuestras expectativas y límites, una vez que estos estén claros quienes nos rodean podrán saber más de nosotros.
No olvide comunicarse de forma mable, con un tono adecuado y utilizando las palabras con delicadeza, no es necesario que se imponga ante los demás, diga de que forma la hace sentir la situación.
3. Respétalos: usted mismo debe ser la primera persona que respete sus límites, puede ser flexible al respecto y negociar las situaciones pero no transgreda sus propios límites, esta también es una forma de quererse.
¿Cómo enseñar sobre límites saludables a nuestros hijos?
Nuestros hijos necesitan que les enseños cuales son los límites del mundo exterior y de qué forma pueden ellos poner sus propios límites con los demás para lograr tener relaciones saludables.
Es muy importante hacer explicita la enseñanza, dígale cuales son los límites que debe tener en casa y explíquele la importancia de estos, para que realmente entiendo su significado y no solo se vea retenido por ellos.
Recalque la importancia y el valor que tiene como persona, su cuerpo es suyo y nadie puede tocarlo, abrazarlo, o besarlo sin su consentimiento, así los niños entenderán que pueden decir que no, y que eso es válido.
Sea el ejemplo, n permita que sus hijos transgredan los límites que usted ha puesto y no transgreda usted los de ellos, si tu hijo no desea por ejemplo que lo abraces, respeta su decisión, hazle saber que su palabra es valiosa.
La función principal del apego es la protección y el cuidado, es posible construir relaciones saludables con límites claros desde el respeto, pon en práctica lo que hemos aprendido en este ocasiones y recuerda que puedes contar con la ayuda de un terapeuta para que te acompañe en este proceso de ser necesario.