Multan a Google con una suma de 2420 millones por abuso de posición dominante
La Comisión Europea (CE) forzó en junio de 2017 una multa de 2.420 millones de euros a Google, la mayor dada hasta esa fecha por los especialistas de Competencia de la UE contra una organización en solitario, por maltratar su situación predominante como buscador web en internet al dar beneficios "ilícitos" a su administración de compras por correlación.
La multa que Bruselas impuso a la aberración de la innovación por inclinarse deliberadamente hacia su administración de examen de valores, Google Shopping, por encima de sus oponentes en los resultados de su rastreador web, se produjo tras un debate de siete años entre Bruselas y la organización estadounidense.
Por encima de todo, el Tribunal General presume que al inclinarse hacia su propia administración de examen de valor en sus páginas de resultados globales a través de una exhibición y una ubicación mejor.
Mientras que al mismo tiempo consigna los efectos posteriores de las administraciones de correlación contendientes en esas páginas a través de cálculos de posicionamiento, Google se ocupó de prácticas hostiles a la gravedad.
Así mismo, el Tribunal General considera que existe un abuso de posición dominante cuando el esfuerzo predominante, al recurrir a estrategias distintas de las que supervisan el concurso ordinario, perturba la rivalidad o el desarrollo de dicho concurso, al ser apto para limitar la reunión.
En cualquier caso, el Tribunal General considera que la Comisión Europea no ha demostrado que la actuación directa de Google haya afectado al mercado de las administraciones de caza en general.
El Tribunal General razona así mismo que, aunque los cálculos para el posicionamiento de los resultados no exclusivos o las normas para situar y mostrar los resultados de los artículos particulares de Google puedan dirigirse a favorecer las mejoras de la ayuda en el mercado.
Esto no legitima el tratamiento incoherente de las consecuencias de la administración de correlación de valores de Google y los efectos posteriores de las administraciones de examen de valores en competencia.
El Tribunal General considera, además, que Google no ha presentado aumentos de productividad relacionados con esta formación que compensen sus consecuencias negativas sobre la competencia.
La Comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, expresó que la organización de Mountain View (California)
No solo atrae a los clientes ofreciendo un artículo que es superior a los de sus adversarios, sino que Google ha manejado mal su situación prevaleciente como rastreador de la web al posicionar su propia administración de compras de exámenes más arriba en sus listas indexadas y posicionar las de sus rivales más abajo.
Lo que ha hecho Google es ilegal en virtud de la legislación antimonopolio de la UE, ya que ha negado a las diferentes organizaciones la capacidad de mejorar y competir en sus beneficios.
Y lo que es más importante, ha impedido a los compradores europeos una auténtica decisión de conseguir administraciones y todas las ventajas del desarrollo.
En el momento en que una persona compra en línea necesita observar los artículos que busca de forma efectiva y rápida y los patrocinadores para avanzar en ellos.
Esta es la razón por la que Google muestra anuncios de compras, con la plena intención de interconectar al cliente con un gran número de publicistas, pequeños y grandes, de una manera que sea valiosa para ambos, impulsó Google.
La sanción, según Bruselas, se determinó en función del valor de los ingresos de Google obtenidos por su administración de compras de examen en las trece naciones del EEE.
El consejo sobre la multa de 4.300 millones
La consulta en el Tribunal General de la Unión Europea sobre la demanda de 4.300 millones de dólares que la Comisión Europea impuso a Google en 2018 termino el 1 de octubre, tras cinco días, anticipando la sentencia: el ejecutivo legal europeo debe resolver sobre un caso que ha supuesto la mayor multa impuesta por Bruselas hasta la fecha.
El jefe de la UE culpa a Google de haber consentido acuerdos con los fabricantes de móviles y administradores de organizaciones que le han permitido a través de Android mantener la situación imperante de su herramienta de búsqueda en la web, informa Efe.
En concreto, la Comisión considera que a partir de alrededor de 2011 se produjeron acuerdos ilegales con los que la organización obligó a preinstalar en los gadgets Android el rastreador web Google Search y el programa Google Chrome asumiendo que los productores necesitaban vender los terminales con su tienda de aplicaciones Play Store.
Google compró Android en 2005 y, desde entonces, se ha encargado de fomentar las distintas adaptaciones de este framework de código abierto.
Android no contiene ninguna aplicación pre introducida y, según Google, la mayoría de los fabricantes necesitan vender sus aparatos con la Play Store para llegar a más clientes.
Bajo la mirada constante del tribunal, sostuvo que a cambio de permitirles la Play Store, faculta a los productores a introducir Google Search y Google Chrome para obtener una ventaja monetaria por planificar un marco de trabajo gratuito.
La Comisión refutó el argumento, garantizando que la organización no tiene que arreglar estas disposiciones, ya queya que a partir de ahora adquiere miles de millones de dólares al año con la Play Store.
Asimismo, sostuvo que al tener previamente introducido un rastreador web, los clientes tienen menos motivación para descargar uno más de la oposición, hasta el punto de que en 2016, más del 95% de las búsquedas en gadgets Android con Search y Chrome se realizaron a través de la administración de Google.
La organización, en cualquier caso, sostuvo que en absoluto como lo que la Comisión apoyó, Android ha ampliado la rivalidad, en lugar de disminuirla.
Según su adaptación, ha planificado una programación que garantiza a los ingenieros de aplicaciones versátiles rivales que sus aplicaciones funcionan en todos los gadgets Android, prestando poca atención al fabricante.
Una circunstancia que no se daba a principios del siglo XXI, cuando los ingenieros necesitaban planificar diversas adaptaciones de la aplicación equivalente para las distintas variantes del marco de trabajo Symbian que utilizaban fabricantes como Nokia, Ericsson, Samsung o Motorola.
Además, Bruselas culpa a Google de haber pagado a los fabricantes de teléfonos móviles para que no introdujeran programas distintos a los suyos.
Google se salvó alegando que solo representaban el 5% de su porción de la industria global, que terminó en 2014, antes de la carga de la multa y que sus adversarios podrían haber marcado acuerdos comparativos.
En su examen, Bruselas se concentró además en sí los gadgets de Apple presentan una auténtica competencia a los de Android y razonó que no es cierto, de forma incompleta, porque el coste de los anteriores es mayor que el de la última opción y no están disponibles para una parte de los compradores.
Google garantiza que el 89% de los reunidos durante el examen reaccionaron que Apple y Android "compiten seriamente". En total, la Comisión Europea ha multado a Google con más de 8.200 millones de dólares.