Personas fueron engañadas formando parte de los empleados de una empresa ficticia
El dueño de la empresa les prometió a sus empleados 47.300 dólares anuales.
Mediante una videollamada por la red social Zoom, se conectaron 40 participantes, o al menos aparentaban serlo. Esta reunión de nuevos empleados de la agencia de diseño, fue convocada como bienvenida a los nuevos miembros a la empresa en crecimiento.
Madbird, como se llamaba la empresa, y su elocuente jefe, Ali Ayad, quería que todos fueran reclutadores con grandes ambiciones al igual que él.
Sin embargo, para el desconocimiento de quienes tenían activa su cámara web, muchos de los presentes en la reunión no eran personas reales.
Aparecían como miembros de la reunión, la mayoría poseía correos electrónicos y perfiles en redes sociales, pero sus nombres eran ficticios y su imagen correspondía a otras personas.
Todo alrededor de esta reunión era falso, los verdaderos empleados fueron víctimas del “jobfish” (término en inglés de la práctica de trabajo falso en la web).
Garantía de empleo en una pandemia
En la ciudad de Manchester, un gerente de ventas de 27 años llamado Chris Doocey, comenzó en la empresa Madbird en octubre del año 2020, meses previos a la mencionada conferencia por Zoom.
En las condiciones de trabajo, le indicaron que trabajaría desde su casa, con una pandemia en pleno auge, era algo normal.
El COVID-19 había golpeado duramente la vida de Chris, perdió su empleo y por esta razón se postuló para el puesto de trabajo en Madbird.
La oferta de empleo describía a la empresa como una agencia londinense de diseño centrado en humanos, operando a nivel internacional.
Esta empresa contrató a más de 50 personas adicionales. En su mayoría, trabajaban en ventas y diseño, aunque algunos fueron contactados para supervisores.
Otra parte del equipo no vivía en el Reino Unido. Por el objetivo de superar el mercado internacional, el departamento de Recursos Humanos de Madbird, publicó las ofertas de empleo.
Para crear un equipo de ventas internacionales basado en Dubai, contrataron a diez personas provenientes de África.
Para los contratados, se trataba más que un buen salario, para ellos esta empresa representaba una visa de trabajo en el Reino Unido, ya que los contratos aseguraban que Madbird costearía los costos de su movilización al Reino Unido.
Las incógnitas de Ali Ayad
Ali Ayad ya había asegurado lo que era empezar de cero en el Reino Unido. En varias oportunidades conversó con algunos empleados de la empresa sobre su vida pasada, antes de establecerse en Londres.
Sin embargo, existen varias versiones de su historia. A una persona le contó que era del Líbano, donde una difícil adolescencia lo llevó a superarse y a otros les contó que era un mormón de Estados Unidos.
Incluso, muchas veces cambio su nombre “Ali Ayyad” y “Alex Ayd” son algunos de los que utilizaba.
Alguna de sus historias si eran consecuentes, sobre todo su paso por Nike como diseñador creativo, en la sede principal de Oregón en Estados Unidos, donde conoció al cofundador de Madbird, Dave Stanfield.
La gran carrera profesional de Ali no parecían historias inventadas, en las videoconferencias se mostraba con mucho carisma e interés. Fue así como logró convencer a tres personas a que renunciaran y entraran a la empresa a trabajar a su lado.
Los trabajos que ofrecía Madbird no generaban dudas y menos las historia de Ali en Nike, ya que en su perfil de LinkedIn tenía cientos de comentarios positivos de sus excompañeros de trabajo.
Las primeras señales
Durante meses, los trabajos que hacia Madbird a diario se dieron con normalidad, incluso, tuvieron que contratar más diseñadores para cumplir con los trabajos atrasados.
Mucho antes de que la verdad de Madbird fuese revelada, su equipo de trabajo ya había empezado a tener inconvenientes, ya que sus contratos fueron redactados una forma muy peculiar y por eso no se les había facilitado el pago de su trabajo.
Durante los primeros seis meses, los empleados habían aceptado trabajar solo con comisiones. Esta decisión la tomaron mientras el tiempo de prueba fuese superado y en ese momento, empezarían a cobrar 47.300 dólares anuales, la mayoría de ellos, acuerdo el cual nunca se concretó.
A pesar de saber lo que significaba los términos del contrato, los jóvenes aceptaron, ya que en ese momento se atravesaba una fuerte crisis debido a la pandemia.
En febrero del 2021, ningún empleado había firmado dicho contrato y tampoco habían recibido ni un centavo del pago estipulado. Así como reclutas que habían ingresado, se retiraron, otros optaron por quedarse.
Mientras trabajaban y no recibían ningún tipo de beneficio económico, muchos se vieron en la necesidad de pedir dinero prestado, solicitar tarjetas de crédito, para poder solventar sus cuentas pendientes.
Falsas promesas
Madbird en ningún momento recibió algún tipo de ingresos. Los nuevos trabajadores que no habían firmado contrato, estaban tranquilos porque a sus gerentes sí les estaban pagando, o así ellos creían.
Una tarde, todo se vino abajo y Madbird no logró firmar una gran cantidad de contratos que le permitiría pagarle a sus empleados.
Antonia Stuart y Gemma Brett, siempre tuvieron la sospecha de algo no estaba bien. Un día, decidieron empezar con la investigación, con ayuda del buscador de imágenes, de sus supuestos colegas y se dieron cuenta de que la mayoría existía.
Después de ver esta información, las empleadas decidieron enviar un correo a todos sus compañeros de trabajo, colocando en el asunto “Jane Smith”.
En este correo se podía ver la acusación hacia los fundadores de Madbird por comportamientos inmorales y no éticos, del trabajo de otras personas y la fabricación de los miembros del equipo.
Esta información fue completamente traumante para los trabajadores reales del equipo. Todo el trabajo realizado, estaba envuelto en puras mentiras. Por esto, ya no existiría el pago de salario por el tiempo de trabajo.
Perfiles falsos y personas no existentes
Todo lo que la compañía aseguraba que hacía, era una completa mentira. Nunca transportaron productos y experiencias a nivel global y local.
Ali Ayad, registró la empresa Madbird en Reino Unido el 23 de septiembre del año 2000. Este mismo día se reunió con Chris Doocey para entrevistarlo y en ese momento lo contrató como gerente de ventas.
Seis de los empleados de alto rango en la empresa eran falsos. Sus identidades era una amalgama de algunas fotos robadas de distintas páginas web. Uno de ellos era Dave Stanfield, supuesto cofundador de la empresa, el cual contaba con un excelente perfil en Linkedln y Ayad lo mencionaba constantemente.
Cuando los empleados solicitaban conversar con Stanfield, Ali les decía que debía enviarle un correo electrónico con anterioridad, para solicitar la conversación, ya que él se mantenía muy ocupado con los proyectos de Nike. Incluso, alguno de los empleados llegaron a recibir correos del cofundador de la empresa.
En una investigación realizada, se utilizó tecnología de reconocimiento facial y la foto de Dave Stanfield dio como resultado que realmente era Michal Kalis, un constructor de panales de abeja en Praga. En una conversación con el señor, aseguró que, nunca había escuchado sobre Madbird y tampoco sabía quién es Ali Ayad y Dave Stanfield.
Otro de los supuestos trabajadores era Nigel White, quien se conectó a la llamada de Zoom en enero. La imagen del supuesto diseñador, realmente era de un modelo. Su imagen fue tomada de Getty Images al buscar “hombre pelirrojo”. Su rostro aparece en distintos sitios web.
Las otras personas pertenecientes a la empresa, también era fotos que fueron robadas de Internet para la creación de las falsas identidades. En el caso del diseñador gráfico, era la foto de un doctor libanés, un gerente de crecimiento de marca, su imagen era de un actor español y el gerente de mercadeo de Madbird, era un influencer de modas de Italia.
Las 42 marcas que fueron nombradas en Madbird como parte de la cartera de clientes, incluyendo Guy, Nike y Tate & Toni, aseguraron que nunca había trabajado con ellos.
Una vida de mentira
Ali siempre argumentaba en sus reuniones y entrevistas que trabajó en Nike como “líder creativo”, lo cual al realizar investigaciones todo esto resultó de falso. La empresa Nike en un documento mostró que no había tenido nunca a un trabajador llamado de esa manera.
En Instagram mostraba una vida perfecta. En sus publicaciones mostraba su carrera como influencer y modelo y contaba con más de 90.000 seguidores. Los trabajadores confiaban en su jefe, era más que todo porque el perfil les generaba seguridad.
Sin embargo, la vida de Instagram estaba muy lejana a la vida real.
En una de sus publicaciones se veía una foto tomada a una de las páginas de la revista GQ, donde Ali Ayad modelada un blazer en un anuncio para la marca de modas española Massimo Dutti.
En la edición real de la revista, en la misma página que mostraba en su Instagram, estaba la publicidad de un reloj en la hoja completa. Nunca modeló para dicha marca, ni posó para la revista.
Después de esto, los empleados de la empresa quedaron más devastados de lo que estaban. Además de esta decepción estaban viviendo la pandemia, sin recibir ningún tipo de pago y sin saber cómo explicar todo lo que estaba sucediendo.
Empleados endeudados
Chris Doocey, gerente de ventas de Madbird, tenía una deuda en su tarjeta de crédito de 13.500 dólares, los cual los utilizo en sus servicios mientras esperaba el pago de su primer salario.
Elvis John, originario de Chennai en India, estaba esperando terminar su periodo de prueba de seis meses para que Ali le patrocinara su visa y viajar a Reino Unido. Después de esto, el joven aseguró que sus sueños fueron destruidos automáticamente.
John está confundido porque no sabe si Ali imaginará todo lo que los hizo pasar, mientras él jugaba a tener una empresa gigante y una gran cantidad de empleados.
Durante este proceso, muchos de los empleados esperaron que pasarán semanas para contarle lo sucedido a sus amigos y familiares, ya que les daba pena y vergüenza.
La pregunta que todos se hacían y a la que ninguno podía responder era que, ¿Realmente Ali habrá entendido la consecuencia de sus actos?
La versión de Ali Ayad
Un equipo de investigación confrontó a Ali Ayad, mientras se dirigía al metro en el oeste de Londres. Después de que cancelara una entrevista, el equipo decidió ir por él para obtener sus declaraciones y entender su historia.
A pesar de que al inicio evitaba hablar, al final no podía evitarlo.
Ayad siempre insistió en que, intentó hacer algo bueno ofreciendo oportunidades de trabajo en medio de la pandemia por el Covid-19.
Ali fue acusado en esta conversación por la utilización de identidades falsas y el robo del trabajo de varias personas. Él simplemente se enfureció y preguntó, cómo sabían que lo había hecho.
Hasta ahora, se presume que detrás de todo esto hay alguien que le dio indicaciones para que lo hiciera, pero sin que Ali ofrezca información, nunca se podrá confirmar.
El hombre aseguró que, Madbird sí tenía oficina, pero una oficina virtual.
Realmente qué era Madbird
Las personas que se mantuvieron en contacto con él, vía telefónica, videollamada y correos, consideran la existencia de dos opciones de lo que realmente estaba sucediendo.
La primera teoría es que, todo esto fue armado en el intento del inicio de una empresa real. Al comienzo pudo empezar con una mentira, pero posteriormente pudo haber conseguido ciertos contratos que permitieran el ingreso de dinero.
Los trabajadores consideran que, días antes de que todo se descubriera, Madbird estaba por firmar contratos importantes con distintos clientes. Quizás si no se hubiese descubierto todo en ese momento, nadie se hubiese dado cuenta de la parte turbia de la empresa.
La segunda teoría es que, todo esto tiene que ver con algo mucho más allá que simplemente dinero. Quizás Ali disfrutaba ser un 'jefe cool’, mientras dirigía Madbird. Sus entrevistas solían durar más de una hora, mientras él contaba cómo logró cambiarle la vida a las personas al descubrir sus talentos y ofreciéndole distintas oportunidades.
En la hora laboral, les enviaba links de música house para que disfrutaran mientras trabajaba.
Ali Ayad se aprovechó de la pandemia, ya que en ese momento cambió la manera en la que más personas empezaron a trabajar y la comunicación virtual era la primera nueva regla.
Este hombre quiso ser como su ídolo Elon Musk con la empresa Madbrid, viendo esto como un atajo a la vida real.