Tan lejos y tan cerca
En el profundo silencio de mis mañanas no existe algo tan cercano, ni tan lejano como tú. Estás tan cerca de mi como cada gota de miel está de la otra en el panal de una colmena, tan cerca como Alfa del Centauro está de la tierra, como una emoción de una conducta.
Estás tan lejos como seamos capaces de sentirnos, como la sombra lo está de mi cuerpo, como está la muerte de un nacimiento.
Porque lejos y cerca es tan mentira como grande y pequeño, como posible e imposible en el tiempo.
Si por pensar en ti fuera estarías al alcance la mano, si por quererte fuera estás cada vez más cerca, por sentir que vibramos con las mismas cosas, con los pequeños detalles, con la carita de un niño, con un día nublado, con una historia humana.
Pero por cerca que estén la tierra y el Sol nunca han chocado, ni el día y la noche o el negro y el blanco.
Sigues ahí girando como las llamas alrededor de la hoguera, que parece que saldrán volando pero siempre se quedan, hasta que se extinguen y se apagan y nadie sabe en que se convierten, si en cenizas blancas o en fantasmas que la noche se traga.
Estás tan lejos que no puedo tocarte y tan cerca que ni por un segundo logro olvidarte.