Positivismo tóxico ¿Cómo nos afecta este autoengaño?
Una buena actitud y una mente positiva no le hace mal a nadie, a menos que esto pase de ser algo real a una apariencia, para disfrazar emociones. El positivismo tóxico es el mal que frustra la vida de muchas personas, ya que al negar la realidad terminan haciéndose daño.
No hay nada de malo con un poco de motivación y tener buenas expectativas, el problema está cuando se quiere imponer esta actitud por encima de la realidad. Este conflicto afecta a muchos emprendedores y se convierte en un problema en los ambientes de trabajo.
Pero, ¿cómo saber si nos estamos pasando de la raya con lo positivo?. Para no caer ante este engaño y sufrir sus consecuencias, debemos aprender a identificar cuando se vuelve tóxico.
¿Qué es el positivismo tóxico?
Se puede definir como una conducta donde un individuo busca mantener una postura exageradamente positiva, negando y reprimiendo emociones, para dar una impresión de felicidad y tranquilidad. Quien posee esta actitud desvirtúa la realidad a su favor.
Esta conducta hace que la persona que la posee, constantemente le esté buscando ángulos positivos a malas situaciones, cayendo incluso en el conformismo.
No expresan ninguna emoción que refleje negatividad y buscan que otros tampoco lo hagan.
Se apropian de muchas frases y eslóganes motivacionales para levantar el ánimo en cualquier escenario. En esto no reconocen el estado real de los conflictos, para evitar sentirse amenazados o preocupados.
Esta conducta es una fachada emocional que sepulta algunas emociones, como método de defensa ante la hostilidad de la vida real.
Señales de un positivo tóxico
Se pudiera pensar que es fácil identificarlos, pero a menudo convivimos con ellos y no llegamos a darnos cuenta de que poseen un problema.
Su conducta parece muy normal, pero estas características te ayudarán a detectar si eres uno, o si hay un positivo tóxico cerca de ti.
Aparenta que todo está bien: Nunca admiten que están viviendo una circunstancia difícil, o que atraviesan algún problema. Su actitud busca aparentar que nada les afecta.
Reaccionan bruscamente ante los negativos: No toleran que alguien se exprese con frustración, rabia o preocupación. Corrigen duramente a quienes tienen estas expresiones así sean justificadas.
Son muy comparativos: Una de sus herramientas para ocultar la realidad, es hacer comparaciones con otras perspectivas. Ubican una situación peor a la de ellos, que los haga sentir mejor.
Poseen poca empatía: Les cuesta sensibilizarse con la posición de sufrimiento de alguien. Siempre quieren motivar y utilizar frases como “todo tiene solución” o “ten ánimo, esto pasará”, pero esto no es correcto en todos los escenarios.
No evalúan las situaciones con claridad: Cuando están involucrados en un proyecto, procuran avanzar a toda costa, aun cuando no sea el momento correcto. No reconsideran, ni toman en cuenta el fracaso como opción.
¿Cómo afecta ser un positivo tóxico?
Hay quienes creen que actuar y pensar, constantemente de esta manera no tiene repercusiones, pero se equivocan totalmente.
El positivismo tóxico es un arma de dos filos, que puede llegar a beneficiar, pero que mayormente afecta de las siguientes maneras:
Afecta la salud física
Las emociones están diseñadas para manifestarse, pero si se les reprime ellas buscarán otra vía para hacer aparición. Una persona que a menudo reprima la ira, enojo, frustración y tristeza, se verá afectado por una fuerte carga de estrés y esto desmejorará su estado físico.
También esto puede ocasionar fallos cardiacos, ansiedad, depresión y desórdenes alimenticios, por mencionar algunas patologías.
La represión de emociones es un tema bastante delicado, que congestiona el estado mental y se refleja físicamente.
Genera frustración
Cuando no se tiene percepción del fracaso, esto acarreará que a futuro se haga presente la frustración. Las personas con este conflicto generan muchas falsas expectativas, e incluso se arraigan en su positivismo a ver resultados favorables, y cuando esto no ocurre, los afecta.
El emprendimiento de proyectos y la toma de decisiones no solo se debe alentar por una corriente de pensamiento y una buena actitud. Se debe estar muy claro del panorama realista, así se podrán ejecutar ajustes y correcciones para conseguir el éxito.
Generan rechazo
Por más que alguien positivo sea agradable, resulta muy incómodo permanecer mucho tiempo junto a él, si este no permite que te expreses libremente. Quienes poseen esta conducta proyectan una imagen que da a entender que no debes acercarte si no eres igual.
Si alguien no tolera las expresiones negativas o los sentimientos de este tipo, se encierra en un círculo muy pequeño, ya que la mayoría de las personas no están dispuestas a reprimirlas y verán su actitud positiva, de forma molesta e incómoda.
Afecta la visión de la realidad
Si no se puede ver las cosas tal como son, se crea una visión infantil o irreal de la realidad, lo cual es muy peligroso.
El mundo es hostil y hay que asumirlo como tal, si no se da cabida a ver la posición negativa, las malas acciones y los posibles fracasos, actuamos como inocentes.
El positivismo nubla el razonamiento, y puede llegar a provocar que no se perciban fallas o que se ignoren, para evitar sentir preocupación.
Cultiva la falsedad
En la mayoría de los casos pasa de manera inconsciente, pero el positivo tóxico se vuelve dependiente de las mentiras y excusas para sostener su realidad. Esto hace que se adapte a mentir con frecuencia sobre su estado de ánimo, su estado económico y mucho más.
La falta de sinceridad se convierte en un problema a la hora de establecer relaciones afectivas. Las mentiras, por más que sean motivadas por buenas intenciones, nunca serán bien recibidas.
¿Qué hacer con el problema?
Cuando se reconoce este conflicto hay que enfrentarlo, y lo primero que se debe comprender es que todas las emociones son necesarias. Reprimir una emoción es lo equivalente a engañarse a sí mismo, puesto que todos sabemos lo que sentimos realmente.
El tener una expresión o emoción negativa en un momento determinado no es signo de debilidad o conducta pesimista, es una respuesta natural ante una mala situación. El ser positivo es beneficioso, pero solo si se acompaña con una buena dosis de realismo.
Negar el impacto de los sucesos no cambia los resultados y únicamente nos brinda falsas expectativas. Todas estas verdades y muchas más deben ser afirmadas en la conducta mediante terapia, que sea impartida por un profesional en la materia.
Vive, sueña, emprende, llénate de ánimo y una visión positiva, pero no despegues los pies de la tierra y mantén tu enfoque conectado con cada una de tus emociones.