El miedo a la muerte arruina la vida
Recuerdo que mi madre estaba planchando una camisa, cuando entró la vecina gritando que se había muerto su marido. Eran aquellas planchas de hierro que había que poner al fuego y el estruendo que hizo al caer al suelo, no lo he olvidado todavía.
Ese fue mi primer enfrentamiento con la pelona, como dicen en Cuba y podría hacer una larga lista de esas sacudidas, pero no es necesario porque cada cual tiene las suyas.
Sin embargo, pocas personas reconocen tener miedo a la muerte, de forma consciente, unos por hipocresía y otros porque realmente no se dan cuenta. Sin embargo hay indicios de esos miedos, que a penas asoman la nariz, como los témpanos de hielo.
Son esas personas que tienen una filosofía del "cuidado, cuidado" que no se arriesgan en lo más mínimo, que no salen de su zona de confort ni a tiros. Y, válgame Dios, que intente juzgarlos, que me crea el valiente de la película. Soy uno de esos que ante cualquier síntoma de enfermedad, creo que me estoy muriendo.
Y estoy convencido que no se puede espantar la oscuridad a sombrerazos, que no hay que "luchar duro" contra el miedo a la muerte, pagar la mitad del salario a un terapéuta para que te ayude a vencer un miedo, que posiblemente él padece. Para espantar las sombras es simplemente preciso, encender una luz, que en este caso no es otra que tomar consciencia de lo que realmente eres.
¿Cuál es el camino para vencer el miedo a la muerte?
Muchas religiones y sabios y sabias, a lo largo del desarrollo de la humanidad, lo han dicho claro: somos, por lo menos, dos seres en uno: uno que tiene fecha de caducidad, que envejece, que no saldrá vivo de esta maravillosa experiencia, y otro que trasciende.
En un reciente artículo (puedes verlo pinchando el subrayado) sobre el despertar de la consciencia, con humildad, me refiero a eso. Parece que es muy complicado el asunto, que "nadie a regresado de allá para explicarlo" y no creo que haga falta que venga nadie.
¿De veras percibes que el acerbo cultural de la humanidad, sus obras de arte, sus logros científicos, su misteriosa historia a través de milenios, todo eso, es una simple carambola cósmica, una peculiar casualidad evolutiva, que viene desde los paramecios hasta nuestros días?
No me importa la edad que tengas, dónde vives, si eres una lumbrera o un simple ciudadano del mundo, no me importa si eres millonario o asalariado, si tienes una salud de hierro o estás enfrentando una enfermedad terminal, me da lo mismo que seas chino, negro o descendiente de los inkas. Si estás leyendo este artículo será por algo, porque las casualidades no existen.
Detente un momento donde estás y siente tu cuerpo: estás cansado, ¿te sientes relajado, con estrés, alegre, triste? ¿Tus pensamientos sobre lo que estás leyendo son incrédulos, te asombras, estás curioso? ¿sientes que estás perdiendo el tiempo, que el que escribe no sabe nada de ti, que tienes cosas muy importantes que hacer?
Entonces respira profundo y consigue por un instante, observar a ese que piensa, al que siente, ¿cuál será el origen de sus pensamientos, de dónde provienen sus dudas, de dónde proviene la fuerza que te empuja a seguir leyendo? ¿Qué es lo que resuena contigo y te trasmite cierta curiosidad?
De repente puede ser que vivas una experiencia nueva, relacionada con descubrir que has observado a "alguien" desde "algo" que no es tu mente y puede ser que comiences a andar por el camino que no tiene vuelta atrás y se llama Regreso a Casa y es muy probable que se vaya desvaneciendo en ese intento el miedo a la muerte y con él vaya naciendo un gozo de vivir, que no es de este mundo. Si es así, creeme que me alegro.