Abuelo asombrado, humilde y curioso.
Estaba estudiando en la academia y por tanto conocí a mi hija cuando habían pasado siete días de nacida. No pude acompañar a su madre en ese momento tan bello, de ver a una divinidad que llega al mundo.
Luego vino mi nieta mayor y si que estuve. Recuerdo que la enfermera le agarró una piernecita y la limpiaba con una gasa, como si alguien limpiara un pedazo de palo que se ha embarrado de grasa (odié a muerte a aquella mujer) Luego jugué con ella, la cargué y disfrutamos mucho. Después vino este bombón de la fotografía, cuando yo estaba muy lejos y hay leyes de emigración y fronteras con alambres y soldados que dicen... la cosa es que han pasado siete años y no he podido ir a conocerla, no la pude cargar ni escuchar sus primeros balbuceos.
A veces se necesita mucha FE para aceptar lo que es, lo que ocurre, se necesita mucha, pero mucha humildad para "doblar la rodilla" y abrir el corazón a esa inteligencia superior a la cual no tenemos acceso y quedarse tranquilo, curioso, expectante, humilde, para poder transformar las emociones y sentimientos de rabia y disgusto en curiosidad: ¿qué puedo aprender de esto? ¿a caso puedo brindar también todo el amor de abuelo a una niña que vive "aquí" y sus abuelos biológicos están "allá" (sin importar mucho donde es ese allá) ¿Son realmente los lazos de sangre los únicos que desencadenan amor filial?
La tormenta, el huracán, el terremoto y las fieras, habitan el mundo. La paz y el sosiego también y parecen venir como las olas, como el tráfico en las grandes ciudades, en oleadas, haciendo una curva sinusoidal: ahora calma, ahora tragedia, ahora juventud, ahora envejecer, ahora bonanza, ahora lluvia, ahora invierno, luego verano...
Y esa imagen que tengo en mi cabeza de un Padre Amoroso (Dios, Buda, Krishna, Universo) con una sonrisa dulce y una mirada compasiva, diciendo sin palabras: Hijo mío, he puesto en tu corazón la sabiduría de elegir el sufrimiento o el gozo.
- Pero Padre, le digo. ¿gozo con estos problemas que vivo y vive el mundo? Y se ríe sin decir nada, se ríe y sé que no se burla porque Él no habla con palabras.
Cuando me cansé de pelearme con El Universo, una madrugada de invierno crudo y sólo primavera rodando a mares por mis mejillas hacia abajo, cuando mi FE era una brizna de paja en el remolino, un faro que a penas atisbaba, cuando se me acabaron los reproches y las quejas, entonces de repente, me llegó un mensaje envuelto en el silencio, una ausencia de formas y símbolos para que la mente no intentara descifrarlos, algo me empujó a asomarme por un segundo a la divinidad del ahora, a la magia de aceptar y ejercer mi derecho al libre albedrío. Desde entonces, cada vez con mayor fuerza, la paz y el gozo de vivir me están esperando al doblar de cada esquina. ???