Joe Biden amenaza a Putin con fuertes represalias si escala una crisis en Ucrania
Tanto Joe Biden como Vladímir Putin han hablado hoy sobre el tema de Ucrania en medio de los temores a que este conflicto pase a mayores, un problema que sigue cobrándose la vida de muchas personas, por lo que ahora mismo está en una fase de guerra abierta.
Es así como ambos mandatarios han mantenido una reunión virtual este martes, que ha durado alrededor de dos horas y el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden no ha dudado en amenazar a su homólogo ruso con tomar fuertes medidas económicas y de otro tipo, si llega a atacar a Ucrania.
Asimismo, le ha pedido bajar las tensiones y volver a la diplomacia para intentar solucionar el conflicto. Así lo han informado desde la Casa Blanca.
Putin hace tan solo unas semanas ha asegurado que quiere garantías vinculantes de que la OTAN no se expandirá hacia el este, así como la promesa de que ciertas armas no se desplegarán en países cercanos a Rusia, incluyendo Ucrania.
De esta forma, el líder ruso ha expresado lo siguiente: "El problema ahora mismo es el posible despliegue en el territorio ucraniano de sistemas potentes de ataque con un tiempo de vuelo de siete a diez minutos hasta Moscú o de cinco minutos solamente en el caso de sistemas hipersónicos, imagínense eso".
El Kremlin siempre ha querido a Ucrania fuera de la OTAN, algo que no ha sido un secreto para nadie todo este tiempo.
Pero en Moscú, han argumentado que incluso si Ucrania nunca se adhiere de manera oficial a la alianza, tampoco pasará a ser de facto en una avanzadilla estadounidense en la frontera rusa. Por otro lado, el Ministerio de la Defensa de Ucrania ha acusado el día de hoy a Rusia de desplegar otros tanques de guerra y equipos de francotiradores en la primera línea de frente, por lo que se cree que Rusia podría atacar a Ucrania en cualquier momento.
Sanciones a Rusia por parte de los Estados Unidos
Los bancos de Rusia podrían empezar a verse afectados por sanciones económicas muy duras. Es así como Joe Biden está preparando sanciones económicas para disuadir a Putin de usar los miles de soldados que tiene concentrados en la frontera.
Es así como estas sanciones podrían estar dirigidas a los bancos más grandes de toda Rusia y verse afectada la capacidad que tiene Moscú de convertir rublos en dólares y otras monedas. También se piensan que van a presionar fuertemente el círculo más cercano a Putin, pero no han tomado ninguna decisión.
Teniendo en cuenta las posibles sanciones por parte de los EE. UU. El director ejecutivo del principal banco ruso, Sterbank, German Gref, ha calificado todo esto como una idea absurda e imposible de ejecutar, por lo que cree que no podrán conseguir sus objetivos.
De acuerdo con distintos medios de comunicación, se piensa que estas sanciones pueden llegar a incluir la desconexión de Rusia del sistema de pago internacional, SWIFT, el cual es utilizado por casi todos los banco del mundo, esta sería una medida muy extrema en caso de tomarse. Mientras que los aliados de los Estados Unidos y Europa han estado estudiando medidas que estarían dirigidas al Fondo de Inversión Directa de Rusia, se trata de un fondo soberano de inversión establecido en 2011 por el gobierno de Rusia.
Este consiste en poder invertir en proyectos dirigidos a los sectores de mayor crecimiento. Asimismo, son conocidos por haber impulsado al creación de la vacuna rusa contra el COVID-19, Sputnik V.
Se piensa que Estados unidos podría restringir la capacidad de los inversores para poder comprar deuda rusa el mercado secundario.
El balance de las fuerzas
En los últimos meses el Kremlin ha enviado dos mensajes al nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. El primero de ellos ha sido que Rusia concede una importancia primordial a Ucrania por mucho que Afganistán o China requieran de una atención renovada.
Y el segundo, trata de que Rusia cada vez se siente menos cómoda y tranquila con el "statu quo" que existe en Ucrania, un país que todavía continua entre la espada y la pared del separatismo y el riesgo de una nueva invasión.
En esta ocasión y a diferencia de la escalada militar en el pasado mes de abril, el cual se pudo solventar sin consecuencias lamentables, Moscú parece estar convencida de tomar medidas drásticas para intentar solucionar esta situación o por lo menos así lo ha hecho saber el analista del Centro Carnegie de Moscú, Maxim Samorukov.
Es así como Maxim Samorukov piensa que el objetivo del Kremlin en la crisis actual no es infringir una derrota de forma humillante a Kiev o tener que asumir la desagradable tarea de ocupar Ucrania, sino todo lo contrario, poder persuadir a Occidente de que Rusia está prepara para iniciar una guerra a gran escala sobre Ucrania.
Esto estaría cambiando si se hace algo con respecto a la situación actual que, para los ojos de Putin y Rusia es algo inaceptable y que no están dispuesto a dejar pasar sin tomar ninguna represión. Mediante las imágenes tomadas de satélites se ha podido ver a las tropas de Rusia procedentes de varios sitios del país situadas en la región de Smolensk, al menos a unos 200 kilómetros de la frontera con Ucrania, lo que ha creado una alerta de guerra en dicho país.
Pese a esto, Moscú ha negado constantemente que están preparando una invasión y ha dicho que la función de sus tropas allí es únicamente como un medio de defensa, aunque en algún momento también han estado hablando de simples maniobras militares. Se ha podido ver que Rusia cada vez está más molesta debido al apoyo militar occidental que ha estado recibiendo Ucrania y continúan sin aceptar los años de expansión progresiva de la OTAN. Kiev cada vez tiene mejores armas para poder atacar posiciones de los separatistas.
Tras siete años de la anexión de Crimea, el señalamiento de Moscú como un enemigo es transversal en buena parte del espectro social del país y los apoyos a una integración en la OTAN están subiendo. El poder blando de Moscú en Ucrania está bajo mínimos, por lo que solo las amenazas pueden funcionar esta vez. Kiev ha hecho saber en repetidas ocasiones que no está planificando ningún ataque contra los separatistas. Pero Moscú tiene en duda las intenciones de Ucrania y han expresado que quiere garantías de que Kiev no estaría usando la fuerza para intentar recuperar el territorio perdido en 2014 a mano de los separatistas que eran apoyados por Rusia en ese momento.