El poder de una recomendación
En la actualidad a las estadísticas hay que hacerles caso, porque parece ser que cada vez más, se puede predecir el comportamiento de las personas y los grupos humanos y por otra parte la tecnología favorece la seriedad y profundidad del manejo de los datos. Por ejemplo un mega-estudio es una recopilación de varios estudios anteriores, donde la representatividad de la muestra puede alcanzar cifras muy confiables.
Hace cincuenta años, si alguien de nuestra familia o del círculo cercano de amigos, iba al cine y le gustaba lo que proyectaron, lo recomendaba en alguna conversación relajada, con un café de por medio. Si compraba un electrodoméstico, una ropa de determinada marca, un reloj, pues Los estudiosos del tema de las recomendaciones aseguran que una persona satisfecha lo comenta mucho menos que un descontento. Esa peculiaridad de la mente humana que prefiere criticar a edificar, que pone mucho más énfasis en "lo que no le gusta", que se empeña en juzgar el ahora con una pega: le falta algo, algo aquí no es perfecto, lleva a amplificar las advertencias y minimizar las recomendaciones: no se te ocurra ir a esa cafetería que atienden fatal.
Cuando una persona recomienda, en cambio, lo hace con un componente afectivo, quiere para alguien a quien quiere, valga la redundancia, algo que le ha brindado una satisfacción o ha colmado una necesidad. De esta forma los empresarios en este mundo globalizado, que deciden propagandizar sus productos o servicios, a través del boca-boca, realmente tienen un reto muy importante. Claro que también podrían gastar millones en publicidad tradicional y tener resultados parecidos, pero en la actualidad crecen las empresas de prestigio mundial, tanto por la calidad de sus productos, como por los recursos, que deciden utilizar como forma de distribución, el llamado marketing-multinivel (o MLM por sus ciclas en inglés)
En este tipo de distribución la propaganda se hace a través de clientes satisfechos, que han tenido un resultado y lo quieren para su círculo más cercano y a la vez, al recomendar un producto, la persona que recomienda recibe un beneficio, que puede ser comprar con descuentos, ganar algún dinero extra o incluso, hacer una carrera profesional.
En el mundo de hoy, dónde existe una gran tendencia al auto empleo y cada vez menos mano de obra asalariada, la oportunidad de hacer negocios de este tipo es algo a valorar muy seriamente. Mucho más con el peso que va adquiriendo Internet en la vida de todos, especialmente las redes sociales. Y es que, según mi parecer, no habría que demonizarlas, ni a ellas ni a nada, porque todo depende del uso que hagamos.
Desde febrero de dos mil diez personalmente hago un negocio de marketing en red y, si bien es cierto que no he podido hacer una inmensa y exitosa carrera, también es verdad que mis únicos ingresos, han venido de ahí. Muchos emigrantes han tenido que regresar a sus países de origen y tirar la toalla, han renunciado a su proyecto de vivir en otro país y seguramente, han visto como sus sueños se han desplomado, mientras que yo, no he fracasado en mi intento de vivir en España, en parte gracias a este tipo de oportunidad. Nadie puede despedirme, no tengo jefes ni horarios, no hay edad límite, excepto la que tú mismo te fijes y, como si fuera poco, disfruto enfrentando los retos que esta actividad presupone.
Quién sabe si buscar la forma de ser útil a los demás, atreverse a emprender una actividad comercial donde tu personalidad y la forma en que te relacionas, es un asunto definitorio de tu posible éxito, quién sabe si este reto obliga a tu cerebro y tu corazón a trabajar más unidos y prolongar la vida.