Vitaminas para la memoria: ¿cuáles son las mejores?
Las vitaminas para la memoria son esa clase de compuestos que contribuyen a su mejoramiento y funcionamiento. En efecto, su consecución a través de una dieta balanceada es más positivo que negativo.
Está claro que la memoria es la parte principal del apartado cognitivo del cerebro y, sin ella, nada sería igual. A su vez, existen muchas enfermedades que afectan su desempeño, por lo que es de utilidad conservarla intacta.
¿Cuáles son las mejores vitaminas para memoria?
Una dieta balanceada es sinónimo de macro y micronutrientes esenciales para el organismo. Dentro de estos últimos, las vitaminas y los minerales juegan un papel protagónico.
Si bien se tiene constancia de un amplio compendio de grupos vitamínicos, solamente algunos son de trascendencia en la mente. En ese sentido, se subrayan los siguientes:
Vitaminas del grupo B
Entre las vitaminas para la memoria más relevantes, se encuentran aquellas del grupo B. Como tal, ellas están almacenadas en alimentos como las legumbres y vegetales de hojas verdes. Además, su contenido es amplio en lácteos, huevos y carnes en general.
Actualmente, se conoce que participan en el mejoramiento de las funciones mentales. A la par, se metabolizan como una parte ínfima de energía o sustrato para el cerebro, conservándolo intacto.
Por otro lado, son reconocidas como amplias previsoras de enfermedades neurodegenerativas. A raíz de ello, impiden que se manifiesten con el tiempo y favorecen la agudeza, concentración y agilidad mental.
Vitamina C
La vitamina C es una de las más comunes en la dieta, perteneciente, mayormente, a alimentos con alto valor cítrico. Aunado a frutas como la naranja o el limón, igualmente está presente en las fresas, kiwi, pimientos o el brócoli.
En efecto, son alimentos que puedes incluir con facilidad en tu dieta. Por otra parte, la vitamina C está englobada en el grupo de nutrientes capaces de evitar el estrés oxidativo, actuando como antioxidante.
Como aditivo, promueve la síntesis y secreción de neurotransmisores a nivel central. Dicho de otra manera, intervienen en el equilibrio de estas sustancias orgánicas indispensables para un buen desempeño cerebral y orgánico, así como de la memoria.
Vitamina A
La vitamina A yace contenida en alimentos selectivos como las mismas verduras de hoja verde, hígado o la calabaza. Aunque no trabaja o actúa directamente en la memoria, sí está bien apreciada en otro sistema.
También conocida como retinol, participa en el cuidado y regeneración de las células visuales. Es decir, su consumo está ligado estrechamente al cuidado de la vista, con la cual se memoriza y se aprenden diversos procesos de vida.
Sin una visión adecuada, está claro que, con el tiempo, los procesos mentales comenzarán a fallar. Por ende, más allá de ser una de las vitaminas para la memoria de gran calibre, lo es para la parte de la agudeza visual.
Vitamina E
La vitamina E es una de las vitaminas para la memoria y concentración adultos más especiales. A diferencia de la A, ella se actúa directamente en el estrato correspondiente a la cognición.
Esencialmente, está contenida en el aceite de oliva y los frutos secos, así como otra clase de frutas como la manzana. Gracias a un consumo periódico de estos alimentos, se establece un parámetro favorable para evitar la instauración de retardos cognitivos.
Entre otros detalles, la vitamina E es catalogada como un componente esencial para la retención y análisis de datos. Por consiguiente, es el remedio en su máximo expresión para el cuidado de la memoria. Y, por si fuera poco, desarrolla un verdadero y beneficioso efecto antioxidante.
Vitamina D
En última instancia, pero no menos importante, la vitamina D aparece dentro del ránking. A la larga, es una de las vitaminas para la memoria y concentración adultos que más ventajas proporciona.
Aunado a ello, se ha demostrado su participación en el estado anímico, al igual que en el análisis de información. Incluso, la vitamina D promueve diferentes efectos metabólicos y fisiológicos que protegen a la neurona.
A grandes rasgos, la vitamina D es aprovechada para prevenir el deterioro cognitivo. Como conclusión, previene la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Lo mejor de todo es que, con tan solo exponerse 10 a 20 minutos al sol de la tarde, la obtendrás.