Cigarrillos electrónicos: ¿Es una moda peligrosa?
También conocidos como e-cigarrillos, proporcionan una vía diferente al simple hecho de fumar. Su extensión en el mercado, variedad de productos, sabores y más, ha hecho que rápidamente escalen a lo más alto.
Durante el último tiempo, fumar cigarros electrónicos se convirtió en una práctica común, sobre todo en la población joven. Basados en un supuesto carácter "más seguro", su adopción y cotidianidad es muy tangible.
¿Qué hay detrás de los cigarrillos electrónicos?
La primicia de los cigarrillos electrónicos es ofrecer una alternativa a los fumadores con un método "más sano". Son dispositivos que funcionan con batería y que, comúnmente, expiden sustancias vaporizadas para su inhalación.
Dependiendo de la marca, el vapor con el que trabajan contiene nicotina (en un 90% de los casos), saborizantes y otros químicos estabilizadores. En definitiva, es una mezcla que no solo encanta por su supuesta cualidad segura, sino por su sabor.
Al ser productos de comercio libre, su explotación y competencia en el mercado aumentó con el tiempo. Es por ello que existen diversos tipos de estos cigarrillos con apariencias que difieren una de las otras.
Por ejemplo, algunos imitan los populares tabacos, pipas, bolígrafos, cigarrillos comunes y más. Incluso, modelos avanzados incorporan puertos USB para su carga y mejora de rendimiento.
Si bien existe toda una campaña para exceptuarlos como productos derivados del tabaco, no ha tenido éxito. De acuerdo a la FDA (Food and Drug Administration), al seguir utilizando nicotina (compuesto proveniente del tabaco) se mantendrán anexos a esa categorización.
No son de funcionamiento complejo
El desarrollo y producción en masa de los e-cigarrillos es facilitado por su poca complejidad de ensamblaje. Esa misma propiedad es la que corrobora que su funcionamiento no sea difícil de entender.
Al contrario, está compuesto por 4 elementos que se engranan entre sí y se desenvuelven armónicamente. Cada uno se activa de manera secuencial para así dar el resultado final, el vapor expedido:
El cartucho es la zona de recepción donde se encuentra el líquido que, a posteriori, será vaporizado. La sustancia contenida (llamada e-juice) no es agua pura, sino que contiene otros compuestos como nicotinas, químicos estabilizadores y saborizantes.
La mezcla de ingredientes en el líquido mencionado es calentado por una parte esencial del cigarrillo. La misma es un calentador que humeídifica el contenido del cartucho hasta su subsecuente inhalación.
Ninguna de las funciones de los dos componentes mencionados sería posible sin la batería o pila. Al ser accionada, pone en marcha todo el mecanismo de acción del e-cigarrillo.
Por último, la boquilla es la cuarta zona de importancia del producto. Ella se encarga de transportar el líquido vaporizado y dispensarlo, principalmente, a modo de aerosol.
Análisis de la sustancia "vaporizada" de los e-cigarrillos
No todo lo que se menciona acerca del vapor de los cigarrillos electrónicos es ciento por ciento verídico. Con el simple hecho de contener nicotina, ya se convierten en productos potencialmente perjudiciales para la salud.
Y aunque en otros escenarios la nicotina está ausente, no significa que los demás compuestos de la mezcla sean seguros. Tan solo la Sociedad Americana contra el Cáncer describe lo siguiente:
Componentes orgánicos volátiles: abreviados científicamente como VOC, cumplen un papel paradójico estabilizador de la mezcla. Pero, en usos fuera de los límites, provoca irritación en el sistema respiratorio, así como daño hepático a largo plazo.
Saborizantes: son químicos complementarios que agregan sabores únicos y variados. Aunque parezcan inofensivos, algunos son fabricados a base de diacetilo. El diacetilo es un químico altamente dañino para los pulmones relacionado con la bronquiolitis obliterante.
Formaldehído: cuando la mezcla del aerosol no resulta correctamente calentada, ocurren reacciones químicas adversas. Una de ellas da lugar al formaldehído, precursor o implicado en la aparición de varios tipos de cáncer.
¿Y qué ocurre con la nicotina?
La nicotina es una sustancia adictiva que desencadena la dependencia a los cigarros comunes. Un amplio porcentaje de los e-cigarrillos también la añade a su líquido base, pero en proporciones disminuidas.
No obstante, la comunidad científica ha puesto especial interés en los dispositivos JUUL. Pertenecen a una marca que utiliza una mayor cantidad de nicotina de la habitual en estos productos.
Lo que realmente preocupa es que en edades infantiles está siendo cada vez más empleado. La misma Sociedad Americana contra el Cáncer establece que estudios concluyentes han demostrado dependencia de los niños a tales ejemplares.
Los efectos adversos que aparecen a mediano y largo plazo
El campo científico todavía permanece estudiando los efectos nocivos para la salud por parte de los cigarrillos electrónicos. Son productos relativamente nuevos en los que las investigaciones en masa no han arrojado resultados concluyentes.
Pero, lo que no se ha podido negar es que al ser derivados de la nicotina, las probables complicaciones están sujetas a ella. Indudablemente, el consumo adictivo de tal compuesto químico ha sido estudiado con mayor profundidad.
Por ende, conlleva a pensar que las consecuencias en salud de los cigarrillos electrónicos serán similares. Desde sintomatología leve o moderada como tos, disnea, dolor precordial, cansancio, fiebre, vómitos o diarrea, hasta enfermedades más graves.
Según criterios de la FDA, otra preocupación latente es la adulteración de los cigarrillos electrónicos con otras sustancias. Por ejemplo, se han reportado casos con agregados de THC, principio psicotrópico de la marihuana.
En conjunto con la inhalación progresiva del aerosol de los e-cigarrillos, desencadenan hospitalizaciones por intoxicaciones. O, en el peor de los casos, alteraciones del estado general.
Se refuta totalmente que sean "poco dañinos" para la salud
En adición a las advertencias de la Sociedad Americana contra el Cáncer, la FDA y CDC, se suman las de la OMS. La Organización Mundial de la Salud ha respaldado estudios de alto calibre realizados en organismos de salubridad que concuerdan en la negatividad de los e-cigarrillos.
Carlos Castro, máxima figura de la Liga Colombiana contra el Cáncer, ha hecho el llamado de atención más reciente. El pasado mes de octubre del 2021, declaró lo importante que es una regulación integral, tanto nacional e internacional, de la venta/uso de "vapeadores".
La desinformación que existe en torno a ellos, sus precios económicos y su rápida distribución son factores de riesgo importantes. Asimismo, estima que más del 5% de la población entre los 12 a 65 años ya ha entrado en contacto con estas sustancias.
"Esta industria debe ser desnudada. Los dispositivos siguen utilizando nicotina, una sustancia aún más adictiva que la cocaína. No hay ninguna diferencia entre un cigarrillo común y uno electrónico en cuanto a condiciones adversas para la salud". - Enfatizó Castro.
También recalcó que la nicotina ni siquiera es el único de los problemas. Recientemente se han identificado hasta 22 tipos de sustancias en la mezcla de vapeo, todas con un enorme potencial cancerígeno. Entre ellas, el arsénico, pulegona y las nitrosamidas son las destacadas.
En conclusión, los cigarrillos electrónicos no son lo que aparentan. Deprimen el sistema inmunológico, incrementan el riesgo de lesiones pulmonares severas y amplifican las secuelas por COVID-19. Por consiguiente, su uso debe ser mantenido a raya.