La mejor receta de esqueje japonés o tarta de queso que tiembla
El esqueje japonés o tarta de queso que tiembla, es un postre tradicional japones, el cual es degustado durante las celebraciones o fiestas.
Este posee una textura esponjosa y es muy suave al paladar.
A continuación te explicaremos como elaborarlo de manera sencilla. De igual modo, ofrecemos algunas recomendaciones y consejos para que el esqueje quede perfecto y similar al de la auténtica cocina japonesa.
Ingredientes del esqueje japonés
6 Huevos grandes.
80 mililitros de leche entera.
55 gramos de mantequilla sin sal.
200 gramos de queso crema tipo Filadelfia.
De 30 a 70 gramos de azúcar (esto dependerá de cuan dulce quieres el biscocho).
La ralladura de un limón.
Una pizca de sal.
90 gramos de harina de trigo todo uso.
Una cucharada de zumo de limón.
La cantidad que consideres necesaria de azúcar pulverizada para decorar.
Pasos para la elaboración del esqueje japonés
Nota: Dividiremos el proceso en varias fases para que se explique mejor cada una de ellas.
Elaboración de la primera parte de la masa del esqueje
Encendemos el horno a 160 grados, Con calor de arriba y abajo.
Rompe los huevos y separa las yemas de las claras. Las claras las guardamos en la nevera.
En un bol ponemos la leche entera, la mantequilla sin sal, queso crema tipo Filadelfia y 50 gramos de azúcar.
Ponemos a fuego medio en la estufa y calentamos hasta que el queso y la mantequilla se derritan perfectamente mientras batimos.
Cuando veas que la mezcla está totalmente homogénea y no quedan grumos, es decir que está líquida, retiramos del fuego.
Añadimos a la mezcla la ralladura de limón, seguido de las yemas y una pizca de sal. Procede a remover muy bien para integrar.
Comenzamos a tamizar la harina sobre esta mezcla.
Removemos muy bien hasta obtener una masa lisa y uniforme, sin grumos.
Reserva esta mezcla.
Elaboración de la segunda parte de la mezcla para el esqueje
Sacamos las claras de la nevera y las batimos hasta obtener picos blandos. Cuando notes que las claras estén blancas, añadimos una cucharada de zumo de limón y un poco de azúcar. El azúcar la agregaremos en tres sesiones.
Añadimos otro poco de azúcar, mientras seguimos batiendo. Seguidamente, añadimos el azúcar restante y seguimos batiendo. Cuando ves que las claras están dejando fijados picos blandos dejamos de batir las claras.
Añadimos una pequeña cantidad de claras a la primera mezcla así e integramos desde abajo para arriba.
Una vez que la mezcla ya está de un color uniforme, vamos a verterla completamente a las claras. Removemos con movimientos envolventes desde abajo para arriba hasta obtener una masa de un color homogéneo.
Una vez que notes que la masa está completamente uniforme, será el momento de dejar de remover.
Horneado del biscocho
Prepara un molde, colocando papel encerado en la base.
Vierte la mezcla del paso anterior en el molde. Puedes hacer uso de una paleta para vaciar toda la mezcla en el molde y no dejar rastros de esta en el bol.
Toma un palillo y remueve haciendo un círculo desde el centro hacia afuera para que la mezcla quede lisa en la superficie.
Dale unos cuantos golpes al molde con la mezcla contra la mesa para asentarla.
Coloca el molde dentro de un recipiente de metal más grande y llénalo de agua caliente hasta llegar a la mitad de la mezcla en el molde.
Lleva el molde con el recipiente de agua al horno y déjalo hornear por 40 minutos. Al cabo de este tiempo, baja la temperatura a 130 grados y horneamos durante otros 40 minutos.
Apaga el horno y deja dentro el biscocho por al menos 15 a 20 minutos más.
Saca el esqueje del horno y déjalo reposar por 10 minutos antes de desmoldar.
Pasa un cuchillo por los laterales del molde para despegarlo.
Tapa el molde con un plato y voltéalo, dejando caer el esqueje y retiramos el molde.
Retira el papel encerado y coloca un plato encima del esqueje para darle vuelta nuevamente.
Decora espolvoreando un poco de azúcar pulverizado. Para ello, puedes usar un molde para hacer un lindo diseño con el azúcar.
Sirve el esqueje como desees.
Recomendaciones consejos para un esqueje japonés perfecto
Recuerda que la ralladura del limón solo debe ser en la parte verde o amarilla, pero nunca debes llegar a la parte blanca, pues esta es agria.
Si no tienes un tamizador puedes usar un colador.
Es muy importante que al momento de integrar la primera mezcla con la segunda, las mezclemos lentamente con movimientos envolventes, con el fin de evitar que se pierda demasiado del aire de las claras.
El proceso de mezclar la primera masa con las claras es lo más importante. Por ello, se debe hacer con mucha calma, lentamente y disfrutando el momento.
Toma en cuenta que el esqueje solo tiembla mientras esté caliente o templado y en cuanto se enfríe deja de temblar. Por ello, Si quieres que tiemble más, hornea por 10 a 15 minutos menos del tiempo indicado. El problema es que la estructura quedará un poco floja.
Si gustas, puedes decorar o complementar con un poco de nata batida o merengue italiano, pero con esto ya no sería un auténtico esqueje japones.
Conclusiones de la receta de esqueje japones
El esqueje japones tiene una apariencia y consistencia como la de un suflé y por eso tiene esa textura temblorosa que nos atrae tanto.
Además, en el paladar este postre no se deshace sino que se evapora, por lo que probarlo es toda una experiencia. Por otro lado, su sabor es muy delicioso.
Es por ello que te recomendamos intentar esta receta en casa para que la compartas con tus amigos y familiares durante alguna celebración.
También, te instamos a compartir la receta de esqueje en tus redes sociales o con los amantes de la cocina japonesa.