¿Te has preguntado qué es el síndrome de Asperger?
Pese a que el síndrome de Asperger es una enfermedad habitual, muy poco se sabe sobre ella. De hecho, la cantidad de mitos o tabúes al respecto son muy abrumadores, confundiendo a la multitud sobre ello.
Conocer acerca de esta condición y todo lo relacionado con el Asperger síntomas no es complicado. Al contrario, podrás detallar lo básico en cuestión de pocos minutos, dejando atrás las falsas creencias sobre esta patología.
¿De qué se trata el síndrome de Asperger?
En medicina, la palabra síndrome es un término que se utiliza para englobar a un conjunto de signos y síntomas. En esencia, ellos son específicos para cada enfermedad, siendo el mismo caso para el Asperger.
Por ende, el Asperger se define como una serie de signos y síntomas de carácter neurobiológico principalmente. En otro orden de ideas, fue descubierto por el médico austriaco Hans Asperger, hace aproximadamente más de 70 años.
En líneas generales, se caracteriza por ser un trastorno que afecta a la conducta, manifestándose desde tempranas edades del ser humano. Del mismo modo, la capacidad social, adaptabilidad y de comunicación del individuo se ve alterada con el tiempo.
Dentro de casos más notorios, el síndrome de Asperger genera poca flexibilidad del comportamiento y del pensamiento. Sin embargo, en la mayoría de los escenarios se desenvuelven de manera fluida y superior en temas o ramas específicas de interés.
Síndrome Asperger síntomas: los más reconocidos
En la actualidad, está estipulado que el síndrome de Asperger pertenece a un grupo de enfermedades como tal. Todas ellas, en conjunto, se hacen llamar “Trastornos del Espectro Autista” debido a su similitud y porque se deslindan del autismo directamente.
Los síntomas del Asperger son muy variados, pero la mayoría se resume a la conducta y su desenvolvimiento social. En retrospectiva, se destacan los siguientes:
Comunicación
Aquellos pacientes con Asperger poseen dificultad marcada para la comprensión del lenguaje cotidiano, jergas y gestos populares. Está comprobado que no son capaces de procesar o entender expresiones faciales comunes, ni mucho menos cambios en los tonos de voz.
A la vez, para ellos es costoso entablar una conversación social y amena, porque no saben como “hablar por hablar”. Al contrario, para desempeñarse en ese ámbito, se escudan en temas de interés en los que se sienten cómodos.
No obstante, muchas veces no saben cómo terminar o concluir una conversación amena. Tampoco se percatan cuando son demasiado técnicos, pedantes o abrumadores a la hora de comunicarse con otros.
Comportamiento
El comportamiento de los pacientes con Asperger tiende a ser muy difícil de descifrar. La razón radica en que actúan de forma muy literal, sin ser flexibles ante cualquier situación.
Como dato curioso, no está dentro de sus límites el entendimiento del sarcasmo y los chistes. Por otra parte, mucho menos se amoldan a las leyes, normas o reglamentos, puesto que no los internalizan ni comprenden como se debe.
En casos más graves, tienden a ser agresivos si están rodeados de mucha gente. Aunque claro, no van al extremo de ocasionar problemas o males mayores. En sí, únicamente se sienten consternados ante la multitud y, por su poca habilidad para comunicarse, colapsan.
Emociones
Si bien el espectro social y conductual es lo más relevante en el Asperger, las emociones igualmente juegan un papel protagónico. Científicamente hablando, este trastorno del neurodesarrollo impide que la persona pueda expresarse emotivamente.
Quiere decir que, en pocas palabras, sus emociones son muy abstractas o están casi ausentes. Ante ello, suelen mostrar desinterés en las relaciones interpersonales y en las emociones que las circundan.
En resumidas cuentas, es muy difícil que sientan algo por una persona y, de hacerlo, no encuentran caminos adecuados para expresarse. Por si fuera poco, no son individuos que comprendan la veracidad de los sentimientos. En definitiva, ni se expresan ni saben cómo interpretarlos.
Desarrollo e intelecto
Existe un mito muy común en donde se dice que el Asperger dota de inteligencia superior a quienes lo padecen. No obstante, lo verosímil es que simplemente cuentan con un coeficiente intelectual normal o ligeramente por encima del promedio.
El motivo por el que se ha consolidado esta creencia es porque el Asperger describe una condición especial. Básicamente, ellos son capaces de “especializarse” rápidamente en ciertos intereses, sobre todo de forma restringida y repetitiva.
Mientras estén sumergidos en lo que les incumbe, son propios de procesar y almacenar grandes cantidades de datos. A posteriori, les confiere el poder de armar una rutina expedita en la que, sencillamente, se convierten en expertos.
La mala noticia es que, al salir de su estilo de vida minucioso, no saben cómo reaccionar o actuar. Adicionalmente, son individuos con un déficit motor y de coordinación de estudio.
A causa de ello, manifiestan signos de ligera “torpeza” al practicar ciertas habilidades. Por consiguiente, si no se aferran a un tipo de vida metódico, son propensos a caer crónicamente en esa descoordinación motora que los asecha.
Diferencias entre autismo y Asperger. ¿Cuál es cuál?
El autismo y el síndrome de Asperger son difíciles de diferenciar si no se presta atención a los detalles. A continuación, se mostrarán una serie de puntos comparativos que terminarán con la disyuntiva.
El Asperger es más evidente después del cuarto al quinto año de vida, donde la conducta e intelecto del niño florecen. Por su parte, el autismo se presenta, incluso, durante los primeros tres años de nacido.
Los signos y síntomas propios del Asperger son muy variados, pero ninguno altera el habla ni la articulación de oraciones. Del lado del autismo, este problema sí es tangible, imposibilitando la expresión de ideas y la comunicación a largo plazo.
Si bien en ambos existen trastornos motores, en el Asperger no son tan pronunciados. Más allá de alteraciones en la coordinación, este tipo de pacientes no evoluciona a casos peores. No obstante, en el autismo se suelen presenciar movimientos involuntarios, sobre todo en las manos.