Función de la vesícula biliar
La función principal de la vesícula biliar es la de servir como un contenedor especialmente diseñado para concentrar toda la sustancia llamada “bilis”, la cual es secretada directamente por el hígado.
Esta se mantiene en la vesícula biliar hasta el momento en que comienza el proceso digestivo, y justo en este momento comienza a viajar a través de los conductos hepáticos y císticos hacia el tuno digestivo, proceso que comienza mediante las contracciones de las paredes musculares de la vesícula.
Es decir, la vesícula biliar se encarga principalmente de facilitar todo el proceso digestivo, así como también la absorción de las grasas de todos los alimentos procesados.
La bilis que se acumula en la vesícula tiene la función de emulsionar las grasas, y entre otras cosas facilitar los movimientos intestinales.
Gracias a las funciones de la vesícula biliar el cuerpo puede excretar el exceso de todas aquellas cosas que el cuerpo no necesita como el colesterol, las grasas, la bilirrubina, medicamentos no procesados y todos aquellos desechos que causa el metabolismo.
Esta vesícula tiene la función de almacenar hasta 50 litros de bilis en su interior para su intervención en el proceso digestivo.
Entre otras funciones importantes de la vesícula biliar se encuentran arrastrar todos aquellos desechos gástricos que el cuerpo no necesita después del proceso digestivo, además también se encarga de drenar todos los residuos que se quedan en el estomago para hacerlos llegar al duodeno para dar inicio al proceso de digestión.
Esta vesícula se estimula cuando se libera una hormona llamada “colecistoquinina”, la cual es liberada por el intestino delgado para provocar las contracciones de las paredes de la vesícula biliar e indicarle que puede liberar la bilis.
Después de todos estos procesos, la vesícula cumple con su última función que es traspasar las vitaminas al torrente sanguíneo.