La vida reservada del hijo menor de Donald Trump
Las apariciones públicas del adolescente, han sido muy pocas
Barron William Trump nació el 20 de marzo del 2006, en Nueva York. Formó a ocupar el puesto del quinto hijo de Donald Trump y el primero de Melanie, la esposa del expresidente.
Su bautizo se realizó en la iglesia Episcopaliana Bethesda-by-the-Sea, de Palm Beach.
En su infancia asistió a la Columbia Grammar & Preparatory School, ubicada en Manhattan. Melanie siempre exigió que no olvidará sus raíces, por lo que aprendió la lengua de su familia materna, esloveno.
Desde pequeño, Barron ha estado en los focos de la prensa, ya que su padre (antes de su candidatura presidencial), lo mostraba en los shows de Opra y en el programa ‘The Apprentice’.
Poco a poco el hábitat natural del niño se convirtió en la fama, a pesar de que pareciera que no le gustará. Muchas fuentes indican que su madre le ha enseñado muy bien en cuanto a la discreción.
En su adolescencia, Donald Trump se convirtió en el ganador de las elecciones presidenciales en el año 2016, por lo que tuvo que preparar su mudanza a la Casa Blanca.
A pesar de esto, Melanie siempre apostó por quedarse en Nueva York, para que su hijo pudiera continuar con normalidad sus estudios.
En el 2017-2018, Barron cursó su periodo académico en St. Andrew’s Episcopal School en Potomac, Maryland.
El adolescente, en ese momento, recibió muchas críticas por parte de la prensa, ya que al ser hijo del presidente de Estados Unidos, se podía ver que, vestía de manera informal.
La hija del expresidente Bill Clinton, Chelsea Clinton, se pronunció en ese momento y señaló que, él tenía derecho a ser un niño.
Por esto, el armario del joven pasó a ser objeto de críticas en los debates de televisivos y en algunos columnistas. Después de esto, en cada aparición realizada, se veía a Barron vestido de manera formal.
A muchos medios también les llamó la atención de la seriedad de Barron, y que mostraba cierta incomodidad.
Su vida no ha sido como la de cualquier niño o adolescente, debido a que ser hijo de Trump no es fácil al momento en el que se volvió presidente de Estados Unidos. También por el hecho de que su familia gira en torno a lo empresarial, el show business y a la política.
Normalmente, se podía ver en las fotografías en las que el joven aparecía, una persona cabizbaja bajo la mirada de un padre exigente y a una madre incondicional.
Por eso, hay muchos rumores en los que aseguran que, la relación de Melanie y Donald Trump no es muy buena, basándose en su revelación contra el autoritarismo del empresario y luego presidente.
Sin embargo, Melanie se encarga de velar por el futuro de su hijo Barron, por lo que medita mucho sus decisiones que lo pueden poner en riesgo, incluyendo un posible divorcio del que se ha hablado.
Donald Trump ha tenido una vida muy agitada, por lo que no tiene tiempo de prestarle atención a sus hijos. Asimismo lo aseguró Melanie en una entrevista, donde señaló que, ella es quien se ocupa de Barron.
A pesar de esto, Barron siente una profunda admiración por su padre, quien lo llama “pequeño Donald”, porque su hijo es muy parecido a él.