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¿Cómo saber si tengo una enfermedad de transmisión sexual (ETS)?
En primera instancia, es necesario conocer que este tipo de enfermedades pueden presentarse tanto en hombres como en mujeres.
Algunas son bastantes comunes a lo largo de la vida de cada individuo; pero no todos son portadores, ni todos presentan síntomas.
El riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual es cada vez más latente. Siendo su principal vía de contagio la intimidad, es oportuno saber que quienes sean sexualmente activos, debe estar conscientes al respecto.
Algunas causas comunes son las siguientes
Principalmente, son producidas por microorganismos (bacterias, parásitos, hongos, virus) que por lo general se pueden tratar y curar.
Estos agentes patógenos son transmitidos mediante el contacto sexual íntimo. Las secreciones genitales son su principal medio de difusión, promoviendo la infección de no utilizar preservativos preferiblemente.
Asimismo, son secundarias a tener diversas parejas sexuales o antecedentes previos relacionados con padecer alguna ETS.
Otro aspecto preocupante es que pueden ser traspasadas de madres a hijos durante el trabajo de parto. A la par, la aplicación genérica de transfusiones de sangre sin serología confirmatoria o agujas reutilizadas sin estar hechas para tal fin.
Síntomas y enfermedades más frecuentes
En ocasiones, los individuos afectados pueden no presentan signos o síntomas. Gran parte de ellos se encuentran ocultos a simple vista, por lo que el cuidado debe ser mayor. En otras palabras, se está en presencia de personas que, aunque estén enfermos, no lo parecen.
Básicamente, los síntomas pueden variar dependiendo del tipo de ETS que se presente. Esencialmente, las más habituales son:
Clamidia
Las variedades tratadas ocurren de manera asintomática, pero cuando las manifestaciones clínicas hacen su aparición, se caracterizan por:
Dolor en la micción (al orinar).
Dolor a nivel de la pelvis.
Dolor testicular o vaginal.
Dolor durante el desarrollo del coito.
Secreciones genitales malolientes (tanto en hombre como mujer).
Sífilis
Al inicio la enfermedad, la puesta en escena de su sintomatología no es esplendorosa. En ese respecto, apenas se evidencia un primer signo patognomónico conocido como "chancro". Particularmente, es una lesión cutánea similar a una úlcera o llaga más que todo en área genital.
Cuando la sífilis empeora, da partida a otros síntomas como: dolor, malestar, ganglios linfáticos inflamados y una erupción cutánea persistente en cualquier zona corporal.
VPH (Virus del Papiloma Humano)
Es relevante recordar que esta enfermedad es una de las más comunes entre las ETS existentes, pero usualmente no conjuga síntomas claros.
Pese a ello, en los escenarios más avanzados se consolidan verrugas genitales dolorosas llamadas papilomas. Afecciones cutáneo-mucosas que se relacionan directamente con sangrado en las relaciones sexuales, dolor y malestar general.
El VPH es un virus que, dependiendo de su serotipo, describe un alto poder oncogénico (cancerígeno). De no tratarse o suprimirse a tiempo, la recurrencia del cáncer de cuello uterino es una realidad latente.
Herpes del tipo genital
Al igual que en algunos de sus homónimos, la presencia de manifestaciones clínicas no es común. Aun así, conviene no confiarse, dado que no todo organismo es igual.
De acuerdo a la literatura médica, el herpes genital cursa con: vesículas, úlceras y ampollas en partes genitales. Así, es una fuerte causa de dolor en las partes genitales afectadas, capaz de diseminarse a glúteos y parte de las piernas o muslos.
Gonorrea
Los síntomas suelen aparecer de manera tardía, en su mayoría son: secreción con sangre (vagina o pene), dolor al orinar, al igual que ardor. Igualmente, los sangrados abundantes en el periodo o lo contrario son una anomalía a tratar.
En el hombre, la inflamación de los testículos es una problemática que algunos pacientes sufren. No obstante, el género femenino es más propenso a la sintomatología más variada y compleja.
VIH
Sus síntomas adquieren un carácter latente, escenificándose, inclusive luego de 10 años. Dependiendo del grado de la enfermedad, las complicaciones pueden ser mayores o más leves para entonces.
Por tanto, los mismos son: ganglios inflamados o agrandados por mucho tiempo. Fiebre, erupción, pérdida de peso, fatiga persistente, diarrea crónica, infecciones inusuales y mucha tos.
Tricomoniasis
La tricomoniasis expresa su sintomatología característica hasta una semana después de su incubación. Por lo normal, cursa con flujo vaginal verdoso o amarillento, mal olor, irritación, picazón, enrojecimiento y dolor al tener relaciones sexuales.
En otro orden de ideas, con base en la carga parasitaria, el paciente es capaz de adoptar un perfil asintomático. A raíz de ello, es conveniente realizar un examen físico profundo que determine la veracidad del asunto.
¿Cuál género es el más propenso a las ETS?
El tracto genital femenino suele ser más propenso a contraer algún tipo de infección, ya que se ve expuesta a microorganismos patógenos.
Todo el ecosistema genital de la mujer trabaja bajo estrictas normas fisiológicas que preservan sus propiedades ideales. Algún desequilibrio en la flora bacteriana normal, en el pH o su anatomía, favorece la proliferación de enfermedades diversas.
Si bien es cierto que las féminas son más propensas a las ETS, no quiere decir que el hombre esté exento de culpa. Un amplio porcentaje de los casos habla sobre la preocupante vida promiscua de la masculinidad, convirtiéndolos en portadores natos de ETS.
¿Qué enfermedades son transmitidas de mujer a hombre?
Entre las más comunes se encuentran: el herpes, la clamidia, el VPH, sífilis, gonorrea; cabe mencionar que los hongos también son transmisibles. Los signos o síntomas varían en aparecer, teniendo en cuenta que estos se propagan fuera de las zonas genitales.
Por consiguiente, es necesario protegerse al momento de tener cualquier tipo de contacto sexual. Asimismo, el traspaso de la enfermedad no solo obedece a connotaciones estrictamente sexuales. De hecho, la saliva es, por igual, un agente difusor de los patógenos en cuestión.
Tipos de tratamientos existentes
Los tratamientos para las ETS son tan diversos como los síntomas, los más utilizados para las causadas por bacterias, hongos o parásitos son antibióticos.
En el ámbito de las causadas por virus no tienen cura, pero sí un tratamiento con el que se disminuye la carga viral.
Sin importar qué, un profesional en la materia es quien se encarga de dictar el tratamiento adecuado. Así como de diagnosticar si existe contagio de alguna enfermedad, haciendo gala de las pruebas pertinentes. Punto que oscilará según el tipo de síntoma o del tipo de ETS.
