Gestión del tiempo: ¿Cómo lograr el éxito?
La gestión del tiempo es un método que muchos quieren dominar, pero pocos lo logran. Se trata de una pauta a seguir para beneficiar la autonomía, productividad y eficiencia en cualquier ámbito de vida.
Existen diferentes maneras de alcanzar objetivos favorables en función de una buena gestión del tiempo. De no conocer ninguno, todavía se está a tiempo de ponerse al día con ello a continuación.
Conocimiento acerca de la gestión del tiempo y su definición
Se conoce como gestión del tiempo al proceso simple de organizar la actividad humana en función de las horas del día. También toma en cuenta los días de la semana o cualquier período de tiempo estipulado para llevar a cabo un plan en particular.
Otras definiciones lo establecen como el control consciente del tiempo a razón de actividades específicas. De ese modo, la productividad, el rendimiento y la eficiencia se ven incrementados en un ciento por ciento.
Actualmente, es catalogado como un hábito saludable que promueve el dominio de los diversos frentes de vida. Con su correcta aplicación, se podrá concretar toda clase de actividades y objetivos dentro del plazo fijado.
¿Cuáles son los fundamentos clásicos acerca de la organización del tiempo?
La bibliografía y literatura clásica que aborda este tema siempre coincide en un aspecto clave. El mismo expresa los fundamentos imprescindibles para alcanzar una buena gestión de la rutina, prácticamente sin fallos inmersos. De todos, se han identificado 4 de gran relevancia:
Entorno favorable: hace referencia al ambiente en donde se desenvuelve la persona. Debe ser lo suficientemente idóneo como para que la relación sea recíproca. En un mejor ambiente, mayor será la eficacia del individuo en cuanto a la organización y cumplimiento de sus tareas.
Lista de prioridades: una buena gestión pasa por armar un listado de cosas por hacer. Requiere estar liderada por las verdaderas prioridades que estén dispuestas a generar un cambio importante en la vida. O, en su defecto, elevar el rendimiento y la productividad.
Mejor distribución del tiempo: explica que el individuo debe dedicar las horas a lo que realmente esté en el primer plano. Lo superficial e inocuo, todo aquello que no produzca un impacto seriado, tiene que ser trasladado a segundas instancias.
Metas y objetivos: son el motor que impulsa una correcta gestión del tiempo. Aplicándola a la perfección, su consecución será rápida y con los resultados finales deseados.
Algunas herramientas que ayudan a una gestión eficaz del tiempo
Desde siempre, este aspecto ha sido considerado vital para la productividad humana. Ante ello, progresivamente aumentaron las herramientas favorables para ejecutar dicha tarea.
Las agendas
Son productos semejantes a un libro o cuaderno, pero estructurado de otra manera. En su interior, habitualmente, está dividida en los meses de un solo año calendario.
Cada mes dispone de una hoja con un día en particular (13 de diciembre, por ejemplo) donde se puede escribir o pautar una actividad en particular. Esencialmente, es la forma más básica para organizar el día a día.
Aplicaciones digitales
Gracias al avance de la tecnología, se han podido digitalizar las agendas para su uso en dispositivos móviles. Además de ello, existe un sinfín de aplicaciones para gestionar el tiempo que son igual de efectivas. Incluso, se les saca mayor provecho a los medios físicos como tal.
Escala de Eisenhower
También denominada como tabla, caja o matriz de Eisenhower, es un método que sigue siendo aplicable.
Su estructura en cuadrantes ayuda a identificar aquellas acciones que son prioridades a la hora de ejecutarse. Como resultado, se reparten excelentemente las horas del día.
Gestión del tiempo y productividad: ¿Cuáles son sus ventajas?
La gestión del tiempo no solo se aplica al trabajo, sino a cualquier aspecto de vida. Practicándolo efectivamente, se convertirá en un hábito saludable que traerá dulces frutos en el futuro. A la par, garantiza una serie de ventajas absolutas que son de utilidad para la persona:
Menos estrés y ansiedad
Coordinar las actividades con antelación y en función de un período de tiempo determinado, disminuye los cuadros estresantes y ansiosos. El individuo tendrá mayor maniobrabilidad en lo que respecta a su vida sin caer en algún déficit que perturbe su rutina.
Está comprobado que una vida más desordenada es detonante para problemas ligados a la salud mental. Conforme la actitud de la persona sea más "dejada", peor serán las repercusiones a largo plazo.
Construye una reputación
Como se dejó en claro, la organización del día a día promueve una excelente productividad y rendimiento.
Como aditivo, la eficacia trae consigo la construcción de una reputación excelsa. Se hablará de un profesional destacado y responsable que cumple a la medida de lo previsto.
Incremento de la autoestima
Aunque no lo parezca, la autoestima se ve beneficiada por igual en la organización de la rutina. Se adquiere mayor confianza a la hora de destacar prioridades, tomar decisiones y seguir caminos correctos.
En definitiva, se genera una imagen de "YO PUEDO" que es difícil de hacer tambalear por la sociedad. Por otro lado, la satisfacción de saber que todo está fluyendo como se planificó o en el lapso estipulado, aviva el fuego interno.
En el pasado quedará el sedentarismo
El sedentarismo y la procrastinación son los peores enemigos de la productividad. Mediante las herramientas de gestión ideales y un buen impulso de vida, pueden quedar en el pasado en un abrir y cerrar de ojos.
En lugar de postergar o dar largas a las ideas y proyectos, lo mejor es ocuparse de ellos y darles una fecha realista. De ese modo, será el paso inicial para una buena calidad de vida.
Equilibrio en la vida
Al organizar la rutina de vida, intrínsecamente se lleva a cabo un plan valioso para el equilibrio de la misma. La razón radica en que se abarca un tiempo para la familia, amigos o la diversión en general y otro para el trabajo. En conclusión, habrá momentos para todo.