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Reconoce los trastornos mentales más comunes

Diferenciar las enfermedades psicológicas servirá para aprender a reconocerlas

El 2021 sirvió para comprender que la salud mental es más importante de lo que parece. En esencia, los trastornos que afectan el cerebro son habituales, incluso mayoritariamente a lo que se piensa.

Su prevalencia hasta los momentos ha desencadenado todo tipo de consecuencias tanto sociales como de salud. De no diagnosticarse y tratarse con eficacia, constituyen una de las principales causas de morbilidad en el planeta.

Los 5 trastornos más comunes de la actualidad: ¿Qué implica cada uno?

Los trastornos mentales son afecciones que perjudican directamente el correcto funcionamiento del cerebro. Por lo común, son secundarios a agentes multifactoriales que, de manera progresiva, generan una alteración en las conexiones neuronales.

En lo que respecta a su sintomatología, normalmente cursan con perturbaciones del pensamiento, conducta y emociones. Con el tiempo, de no recibir un tratamiento adecuado no solo provocan incapacidad motora, sino también daños severos irreversibles.

Afortunadamente, la atención médica para los problemas mentales es cada vez más amplia. Gracias a ello, se han podido diagnosticar e identificar los siguientes trastornos mentales más comunes de la época:

Los bien conocidos cuadros depresivos

La depresión es catalogada como un trastorno mental común de gran repercusión en todo el planeta. Son más de 350 millones de personas en promedio que padecen la enfermedad o, al menos, síntomas relacionados con ella.

Otros de sus signos y síntomas pasan por la incapacidad de raciocinio lógica, estrés agobiante y malestares generales. Los cambios de humor y el desinterés emocional también son otras manifestaciones clínicas relevantes.

La depresión es silenciosa afectando mayormente a las mujeres

Desde la perspectiva bioquímica, expresa una dualidad con respecto a ciertos neurotransmisores del cerebro. Debido a su poca biodisponibilidad, esencialmente en la serotonina y noradrenalina, son palpables los síntomas depresivos.

La bipolaridad afectiva

La bipolaridad sigue en orden de frecuencia a la depresión, pero con un menor número de afectados en comparación. Según la Organización Mundial de la Salud, (OMS), 50 millones de individuos poseen trastornos afectivos.

Tal como su nombre lo indica, se trata de una complicación conductual en donde existe disparidad en el humor del paciente. Abarca un patrón de alternancia entre status maníacos-compulsivos y, por otro lado, complicaciones depresivas del comportamiento.

Eventualmente, entre una crisis y otra, se presenta lucidez marcada sin pérdida de la cordialidad. Lo que llama la atención de la bipolaridad es la rapidez con la que se puede transcurrir de un estado de ánimo a otro.

Por consiguiente, el tratamiento va más allá de la atención psicológica especializada, si no también psiquiátrica. La prescripción de estabilizadores del ánimo contribuye al mejoramiento de los síntomas y, a largo plazo, evitan las recaídas.

Esquizofrenia

Epidemiológicamente hablando, la esquizofrenia es otro grave problema de salud pública. Son alrededor de 20 a 25 millones de pacientes que han sido identificados correctamente con esta psicosis.

Su concepto plantea que es una perturbación total del aparato cognitivo, con tendencias a comportamientos agresivos y depresivos. Los esquizofrénicos, en los casos más avanzados, pierden sus capacidades intelectuales, pasando a una incapacidad absoluta.

La esquizofrenia compromete los estados cognitivos

En otro orden de ideas, es categorizada como de las enfermedades mentales más complejas de la actualidad. A razón de su gran cantidad de síntomas, clasificados en varios grupos (positivos, negativos, afectivos y cognitivos), se determina esa conclusión.

Para tratar la esquizofrenia se requiere de un equipo multidinámico de salud. Es un paciente de alto riesgo que requiere medicación antipsicótica, antidepresiva, ansiolíticos y combinación con estabilizadores emocionales.

La demencia

Al armar una comparativa con el resto de trastornos mentales, la demencia es la que se presenta más tardíamente. Quienes son propensos a ella, experimentan un cuadro progresivo de deterioro cognitivo.

Habitualmente, es secundaria a otras enfermedades que afectan el sistema nervioso central como Alzheimer y Parkinson. De la mano de esa propiedad, da a entrever que el deterioro de ciertas áreas cerebrales es un punto de inflexión.

A posteriori, los procesos cognitivos (pensamiento, orientación, conducta, comportamiento, cálculo, percepciones, entre otros), degeneran con rapidez. Con el tiempo, hasta el lenguaje escrito o hablado y el ámbito intelectual se complica.

Lastimosamente, es una afectación de carácter crónico que no dispone de un tratamiento curativo. Al contrario, su terapéutica obedece a criterios paliativos estrictamente para mejorar la calidad de vida del paciente y minimizar sus síntomas.

¿Quién es la población más vulnerable o de riesgo?

Los trastornos mentales son más comunes de lo que se piensa. Si se suman los casos de las enfermedades mencionadas con anterioridad, el cálculo revela un promedio de 400 a 450 millones de pacientes psiquiátricos.

La población con riesgo máximo son aquellos descendientes de familiares directos comprometidos mentalmente. Asimismo, las edades comprendidas entre los 15 a 35 años existe un pico máximo de vulnerabilidad.

Oscilar entre esos grupos etarios simboliza estar expuesto a situaciones cotidianas de estrés, ansiedad, trastornos alimenticios. Por su parte, los adultos mayores entran en una etapa de déficit emocional donde la soledad o la falta de comprensión hacia ellos es fatal.

El adulto mayor es la población más propensa a los trastornos mentales

Apuntando hacia otro frente, organismos como la OMS y la Sociedad Americana de Psiquiatría enfatizan ciertas conductas obsesivas. Aquellos individuos con tendencia al perfeccionismo, inseguridad, dependencia y más, son ampliamente propensos a los trastornos psicológicos.

Consejos útiles para la prevención de las enfermedades psicológicas

La prevención de las enfermedades que atacan la mente es el objetivo que persiguen diferentes instituciones de salud internacionalmente. Además del consejo médico, también promueven prácticas sanas indispensables como:

1. Descanso adecuado: El sueño entre 7 a 8 horas con predominio nocturno fortalece los sistemas del organismo. Mantiene una correcta función cerebral a largo plazo y es una estrategia sencilla para disminuir estrés y tensión.

2. Actividad física periódica: El ejercicio y la actividad física en general resguardan a la mente en todo sentido. La disciplina, concentración y dedicación permiten estar orientado y así fortificar el aparato cognitivo del cerebro.

3. Límites sociales: Se refiere al consumo de alcohol y sustancias psicotrópicas, práctica que debe ser moderada o hasta descartada. De lo contrario, los componentes o elementos contenidos en tales productos pueden dañar progresivamente la mente.

4. Vida social activa, pero segura: Las relaciones interpersonales son el pilar fundamental de la sociedad. Sin embargo, se recomiendan aquellas que sean verídicas, alejadas de problemas innecesarios y conductas nocivas.

5. Priorizar la salud mental: No olvidar que la salud mental es tan o más relevante que el cuidado físico.

Sin ella, todas las demás funciones corporales no serán coordinadas como se debe. Acudir a un psicólogo esporádicamente cuando haga falta cambiará todo.

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Estudiante de Medicina. Redactor SEO, creador y diseñador de contenido para redes sociales con más de 3 años de experiencia.

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