Morir dulcemente
Recuerdo que le hice unos mandados a una vecina del barrio, y tuve que usar una tranca de aquellas que se usaban, con un pedazo de saco enrollado, para que no te destrozara el hombro por el peso. Me dio dos centavos por el encargo y fui a un quiosco a comprar dulce de coco rayado y me di un atracón que casi me muero.
Yo no llegaba a los doce años y por aquellos tiempos, no se comían muchos dulces en mi pueblo, sino más bien poco, por no decir que solamente en las navidades y algún cumpleaños. Recuerdo que se ponía azúcar en el café con leche de por la mañana y poco más.
Luego apareció el azúcar refino, la bollería industrial y sonaron todas las alarmas. Comenzaron a aparecer más diabéticos a tempranas edades, niños incluso y enfermedades asociadas al consumo excesivo de azúcar. La gente se alarmó con razón y faltó poco para que hicieran como con el tabaco, que en los paquetes viene la sentencia: fumar mata.
Y una cosa es ser prudentes y otra renunciar a los dulces, por eso se han puesto de moda los productos sin azúcar añadido, inclusive sin azúcar y le abrimos la puerta a algunos edulcorantes artificiales. O sea salimos de Guatemala y entramos en Guatepeor.
Encontré un artículo sobre la relación de este edulcorante y la enfermedad de esclerosis múltiple. Puede leerlo completo aquí . Entonces uno comienza a atar cabos sueltos y se da cuenta que es una estrategia muy común en la actualidad, observar las tendencias y poner una carnada en ese anzuelo a ver si el pez se la traga.
La estrategia parece muy sencilla: si la gente ha comenzado a tener miedo del azúcar, vamos a proponer algo que endulce mucho, sea barato y mientras se descubre que es todavía peor, unos cuantos millones de muertos no tienen la menor importancia, siempre que dejen ganancias.
En un reciente artículo que puede Usted leer aquí, me referí al azúcar enmascarada en la alimentación industrializada, pues ahora le puedo facilitar un poco más de información en cuanto a productos en los cuales han puesto esta "bomba de relojería" a la cual me he referido anteriormente, o sea al aspartamo.
Aquí puede ver una lista muy reducida de alimentos que contienen esta sustancia. ¿Ha revisado su carrito de la compra? ¿Hay algunos de estos? Para ser totalmente sincero, quiero decir que nunca me detenía mucho a leer los ingredientes que tienen los productos que compro en el mercado, y ahora he decidido emplear unos minutos antes del pitido que emiten al pasar por la caja, donde, como si fuera poco, pago por llevarlos a casa.