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Mitos comunes sobre la salud de los niños
La salud de los niños requiere de un cuidado dedicado y especializado. Es en la infancia donde se manifiestan de manera primeriza, problemas de salud que repercutirán en el crecimiento.
Sin embargo, muchos padres cometen el error de tratar a sus hijos con métodos poco ortodoxos o no comprobados. Es allí cuando caen en los famosos "mitos" sobre el cuidado de la salud en la niñez.
Etapas de la infancia
La infancia es ese período etario que atraviesa el recién nacido hasta el comienzo de la adolescencia. Según el criterio médico, puede subdividirse en etapas como:
Recién nacido: aquel bebé con edad menor a 28 días.
Lactante menor: edad comprendida entre los 29 días a los 11 meses con 29 días.
Lactante mayor: edad que oscila entre los 12 meses hasta los 23 meses con 29 días.
Preescolar: entre los 2 hasta los 6 años de edad.
Escolar: parte desde los 6 años de edad hasta los 9 años 11 meses y 29 días.
Se considera que a partir de los 10 años inicia la adolescencia temprana, en donde la infancia es dejada atrás. Sin embargo, con base en el criterio de la sociedad, puede prolongarse hasta los 12 años.
5 mitos más comunes y erróneos aplicados a la salud en la infancia
Las etapas de la infancia son susceptibles a factores de riesgo importantes que pueden estar presentes de manera biológica, ambiental o social. Pero, lo que más preocupa, son las creencias de los familiares que son devotos a métodos o "mitos" que pueden ser contraproducentes:
"La lactancia no lo llena"
Los principales mitos y malas praxis giran en torno a la lactancia materna y la alimentación en el primer año de vida. Muchas madres cometen el error de dejar este proceso en un segundo plano, cuando debe ser indispensable en el semestre de vida inicial.
Es cuando viene la introducción de otros productos lácteos como la leche de vaca, de cabra o "completa". Asimismo, hacen gala de "fórmulas maternizadas" sin previa indicación de un pediatra.
Según la Organización Mundial de la Salud, (OMS), la lactancia materna debe ser exclusiva en los primeros 6 meses de vida.
Está comprobado que esta secreción es lo suficientemente buena para aportar vitaminas, minerales, calorias y nutrientes esenciales para la supervivencia del bebé.
La lactancia es fallida cuando no se tiene una buena técnica de amamantamiento. También cuando la composición de la leche cambia hacia finales de los 6 meses, produciendo un sabor poco tolerado para el infante.
No obstante, son inconvenientes que pueden solucionarse con la orientación de un especialista en pediatría y puericultura. Salvo que exista alguna otra complicación o eventualidad, la complementación de la lactancia materna exclusiva no será necesaria.
Darle agua a los lactantes por evitar la deshidratación
Otro mito común que se relaciona con la lactancia es el hecho de dar de beber agua al lactante.
Un amplio porcentaje de familias todavía poseen la firme creencia que el bebé puede deshidratarse si no consume agua, sin importar que esté amamantando.
Lo cierto es que la capacidad gástrica de recién nacidos y lactantes menores es limitada.
En el primer escenario, tan solo es capaz de albergar entre 30 a 60 ml de volumen de líquidos. Por lo tanto, proporcionar agua puede contribuir a su llenura sin aprovechar los beneficios de la lactancia.
En otro orden de ideas, se ignora que cuando se lacta al bebé no solo se proporcionan nutrientes. Aproximadamente entre el 80 a 85% de la leche materna está compuesta por agua.
En definitiva, con una buena técnica de amamantamiento, será difícil que pueda deshidratarse.
"Yo curé a mi hijo solo con tés, infusiones y remedios yerbales"
No todos los organismos son iguales y no siempre se correrá la misma suerte.
La Academia Americana de Pediatría establece que entre los 0 a 5 años, las únicas bebidas saludables son el agua y la leche pura.
Obviando algún caso en específico relacionado con la alimentación complementaria, es aconsejable no salir de ese patrón de acción. Sobre todo, si se trata de una condición de salud que amerite tratamiento, acudir a infusiones o tratamientos yerbales es una vía contraindicada.
Encima, el aparato digestivo de los bebés no se encuentra totalmente relacionado, en especial el hígado.
La combinación o sobredosis de ciertos componentes yerbales puede desencadenar insuficiencias hepáticas fulminantes y hasta la muerte en los casos graves.
Solo es necesario cuidar la higiene dental al salir el primer diente
La dentición es el proceso en el que las primeras piezas dentarias comienzan a surgir desde las encías. Comúnmente, hacen su presencia entre los 4 a 7 meses de edad.
Tiempo en que, erróneamente, los padres apenas empiezan a preocuparse por la salud bucodental.
En retrospectiva, el cuidado de las encías previo al surgir del diente inicial es imprescindible. Con agua y un cepillo de cerdas suaves para bebé, se ejecuta limpieza bucal al menos dos veces al día.
Como otro método, el empleo de toallas húmedas asépticas también servirá.
El bebé no puede despertarse mientras está dormido
Cuando un bebé se encuentra dormido genera todo un ambiente de tensión en la familia. Muy bien es sabido lo difícil que es para algunas madres tratar de conciliar su sueño, por lo que cuidan ese momento preciso.
Pero, despertar al bebé cuando el sueño es demasiado prolongado o de predemonio matutino, será beneficioso. Aunque no lo parezca, ayudará a que regule su ciclo circadiano del sueño.
Resumidamente, progresará hacia una etapa de sueño más normal y no interrumpida por otros factores.
Dormirá más durante la noche y disminuirá el tiempo que pasa somnoliento en el día. Si bien es un proceso engorroso, a largo plazo la madre lo agradecerá.
Estos son los mitos o creencias erróneas de las que debes deshacerte, para mantener el buen desarrollo de tus pequeños.
