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Pandemia y desarrollo socioemocional del niño en edad temprana
Hoy son muchos los padres que por temor a la pandemia han tomado la decisión de retirar a sus niños de jardines de infancia, e incluso no los sacan a los parques, con la premisa de que en esos lugares hay una gran probabilidad de contraer el virus.
Si bien es cierto, en donde hay muchas personas hay probabilidad de contraer muchos virus y no solo este que esta de moda, no podemos olvidar que aparte de la salud física del infante, encontramos la salud emocional y esta se desarrolla mediante la interacción con otras personas.
Socialización, un factor importante que no podemos ignorar
En la etapa temprana el niño comienza a socializar y sus primeros agentes de socialización son sus padres; desde el llanto, la sonrisa, o el balbuceo, el pequeño está tratando de entablar socialización con su entorno.
Tanto los padres como familiares u otros niños que le rodeen, serán factores indispensables en el desarrollo socioemocional en la edad inicial. Las miradas fijas hacia personas, palabras, sonrisas, llantos, rabietas, mordiscos, y reconocimiento de sus seres más apegados, son interacciones que el bebe realiza para establecer la socialización.
¿Qué es el desarrollo socioemocional?
Es un área o un factor del aprendizaje del ser humano que se desencadena desde la infancia, el cual busca integrar de manera creciente la capacidad de socializar, comunicar, entender, expresarse verbal y corporal, experimentar, emociones, estableciendo relaciones con las personas que les rodean.
Comienza en casa con los padres y hermanos, o familiares, y luego el bebé va añadiendo a su lista de nuevos individuos, la maestra y sus compañeros, o los niños del parque o personas que le rodeen.
El conflicto, parte del desarrollo socioemocional
Muchos padres se preocupan cuando sus hijos reciben molestias de niños. Otros tratan este conflicto como una mala actitud del infante y terminan corrigiendo a través del castigo, o amonestaciones, pero lo que muchos padres ignoran es que alguna de estas actividades son normales.
Muchos niños en los jardines de infancia, o en las casas, agreden de forma natural a otros niños, y la razón no es que sean malos o vieron otros niños hacerlo, es su manera de manejar un conflicto y están llevando a cabo un proceso de socialización.
Es importante resaltar que un niño en encierro puede ser más agresivo y no sabrá como manejar los conflictos, si no es por medio de la comunicación que se gesta a través de la socialización, lo que quiere decir que mientras más aislado se encuentre el infante menos conflictos podrá resolver.
Como padres, debemos tener las herramientas necesarias para enseñarles a nuestros pequeños sin necesidad de castigar o maltratar, ya que ellos no conocen otra forma de manejar el conflicto.
¿Quiénes intervienen en la inserción del niño en la socialización?
El proceso de socialización es la interacción del niño a través de las relaciones sociales.
El niño jamás aprenderá a socializar si se mantiene alejado de las personas, necesita estar rodeado de gente para aprender voluntaria o involuntariamente.
Aunque estemos pasando tiempos de cuidado, protocolos y prevención producto a la pandemia, no podemos aislar a nuestros pequeños de un derecho tan valioso como socializar.
Los primeros protagonistas son los padres, docentes, hermanos, abuelos, compañeros, amigos y todas aquellas personas con las que el niño pueda interactuar cotidianamente.
Privarlo de esta interacción seria hacerles un daño muy fuerte, atrofiar su desarrollo y crecimiento negarle de experiencias significativas en su infancia, y estas experiencias son las que construyen la identidad del futuro adulto.
Familia, el primer agente socializador
En el hogar se determinan los vínculos emocionales del niño, los más duraderos, intensos y continuos, porque hay un roce de interacción diariamente que puede durar muchos años, en el hogar se construye parte de la identidad del niño.
Cuando el pequeño sale del hogar a un jardín de infancia, o a algún sitio, y hace interacción con otras personas, ya se convierte en un miembro de la sociedad.
Al salir de casa los niños establecen otras relaciones, entre ellas vinculares en las que no están papá o mamá; es allí donde adquieren do habilidades colectivas y cooperativas que no consiguen en el hogar.
Entonces se puede decir que la socialización nace en casa, pero se construye y edifica en el resto de ambientes externos que rodean al infante, lo que quiere decir que un niño aislado de la sociedad podría catalogarse como un ser incompleto en el área socioemocional, lo cual puede atraer conflictos hasta físicos en el futuro.
La socialización es vital aunque estemos en tiempos de pandemia
Como padres debemos tener presente que es importante aprender a diferenciar los lugares de socialización y que provecho y beneficio puedo obtener de cada uno.
No es opcional el insertar al infante a nuevos entornos para que pueda interactuar con la sociedad que le rodea.
El niño debe familiarizarse con otros adultos significativos, con otros niños, familiares, vecinos, primos, compañeros, esto le provee una base emocional para experiencia o resolución de conflictos futuros.
Aunque los tiempos que vivimos nos llevan a aislarnos, no podemos negarle a nuestros pequeños lo que un día nos funcionó y nos formó a nosotros.
Consecuencias de un aislamiento prolongado
Hoy, son muchos los padres que le niegan este beneficio a sus hijos, creyendo que los están protegiendo de un virus letal, pero están olvidando que detrás del encierro hay enfermedades peores que un virus.
Hay un impacto mental muy fuerte que se genera a través del encierro y falta de socialización.
Es importante resaltar que un niño en encierro puede ser más agresivo y no sabrá como manejar los conflictos.
Un infante que no tenga una identidad desarrollada puede generar depresión, complejos, baja autoestima, esquizofrenia, ansiedad, temores y todo esto se dimensiona mientras avanzan de edad y en algunos casos terminar en suicidio por incomprensión de su personalidad y falta de aceptación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), al rededor del 20% de la población mundial está sufriendo trastornos mentales producto al aislamiento y el encierro.
Recuerda, no solo está en juego el cuidarnos de un virus, está en juego el futuro integral de nuestros hijos, utiliza todos los métodos y protocolos de prevención, pero no le niegues a tus pequeños la oportunidad de construir su identidad mediante la socialización.