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Se acentúan los programas de refuerzo para vacunas contra COVID-19
Los programas de refuerzo en pro de conservar la inmunidad proporcionada por las vacunas han continuado su avance. El inicio de la vacunación masiva prosperó con algunos altibajos durante 2021, con miras a una mejoría significativa en el nuevo año. Por ende, se espera que pronto se alcance el objetivo de la inmunidad rebaño: 70% de personas vacunadas a nivel mundial.
Datos actualizados sobre el proceso de inmunización internacionalmente
La Organización Mundial de la Salud (OMS) a cargo del director y biólogo Tedros Adhanom, han finalizado el año con declaraciones importantes, además de referirse sobre los futuros objetivos de la entidad, también destacó todo lo que se ha logrado hasta ahora.
Tras dos años en lo que parece ser un ciclo sin fin, finalmente se están viendo los resultados de éxito. Para el día de hoy, más de 8.000 millones de personas a nivel mundial han recibido la dosis de vacuna correspondiente.
En definitiva, se trata de un porcentaje que oscila el 49% de eficacia en pro de la meta que se tiene trazada. Por consiguiente, el Dr. Tedros Adhanom fue tajante al concluir que, para julio de 2022, al menos el 70% de la humanidad estaría vacunada.
Gracias a ese dato, la consecución de la inmunidad rebaño establecería prácticamente el fin de la pandemia. De hecho, es lo que el mismo director de la OMS ha vaticinado para finales del recién comenzado 2022. Eso sí, advierte que, para conseguir lo que parecía ser una utopía en primera instancia, se requiere del más alto grado de cooperación internacional.
¿Qué se sabe sobre el programa de refuerzos? Recomendaciones de la OMS
Es importante recalcar que la inmunidad conferida por las vacunas es pasajera por lo que periódicamente amerita un refuerzo. Según las estimaciones de la comunidad científica, lo ideal es que cada individuo con su esquema completo reciba una tercera dosis entre los 5 a 6 meses.
Por su parte, la OMS ha recopilado todo lo que se sabe al respecto lanzando sus recomendaciones para este nuevo proceso. Un planteamiento que, paradójicamente, también ha generado controversias, pero que continúa siendo provechoso:
1. La administración de una tercera dosis debe ser una prioridad en casos especiales como lo son los adultos mayores. Asimismo, aquellos pacientes inmunosuprimidos en los que las vacunas no ejercen un total efecto, son otro principal objetivo.
2. En casos en donde no exista un deterioro inmunológico sin importar la causa, no se recomienda un refuerzo. Si bien lo ideal es que la inmunidad sea renovada a los 6 meses, aun la evidencia no es concluyente para actuar de modo generalizado.
3. El avance de los programas de refuerzo alcanzará su éxito siempre y cuando se priorice completar el esquema primario. Es decir, antes de pasar a una tercera dosis, el escenario idóneo es que toda la población reciba dos veces la administración de un tipo de vacuna.
4. La vacuna AstraZeneca ha sido designada como preferente en refuerzos para mayores de 60 años. Dada su eficacia para combinarse con otros tipos de inmunidades, no genera dudas acerca de su funcionamiento.
La polémica alrededor de las nuevas estrategias para una tercera dosis
El optimismo de la OMS y su presidente ha sido el resultado de un buen avance en la vacunación. Aun así, se ve contrastado con la ineficacia que se vive con respecto a la llegada de las vacunas en los llamados “países pobres”.
En consecuencia, los programas de refuerzos representan un escenario paradójico como se mencionó anteriormente. Mientras que ciertos gobiernos avanzan directo hacia la tercera dosis, otros luchan por administrar la primera.
Como resultado, el Dr. Tedros ha sido enfático en el hecho de promover el esquema de vacunación básico con las dos primeras dosis. Como todavía no existe evidencia concluyente y sustentable para aplicar masivamente un refuerzo, salvo ocasiones especiales, no es indispensable.
“Los programas de refuerzos pueden desviar el suministro hacia países que ya han logrado un buen índice de vacunados con dos dosis. Esto deja de lado a otras naciones que apenas poseen un 8 a 10% de inmunizados. Son datos que representan un amplio margen de acción para que el virus siga propagándose y continúe mutando”. – Declaró Tedros.
La variante ómicron ha alterado los planes de la OMS y el mundo
La aparición de la variante ómicron durante el último trimestre del 2021 provocó un salto olímpico a las recomendaciones de la OMS. Las organizaciones para la salud de cada gobierno decidieron no correr el riesgo y fomentar los refuerzos de manera generalizada.
Algunos ejemplos claros son Israel, España, Italia y Francia, quienes han vivido un repunte de casos positivos en los últimos días. De hecho, se superaron récords de contagios que se creían imposible y última vez catalogados a mediados de 2020.
Pese a que la OMS y el SAGE (Grupo Asesor Estratégico de Expertos) comentó la prioridad del esquema básico, no es algo que se esté cumpliendo a cabalidad. Ante tal situación, Tedros reiteró que lo mejor es seguir disminuyendo la sintomatología grave. Una condición de la enfermedad que promueve hospitalizaciones y, en ciertos casos, la muerte.
“Todas las muertes y hospitalizaciones (gran parte de ellas) se han producido en personas no vacunadas. Hasta la fecha, quienes no han recibido refuerzos no se han complicado ni englobado dentro del grupo de factores de riesgos”. – Subrayó Tedros.
Adicionalmente y de modo ventajoso, recordó que la evidencia científica médica es rotunda acerca de la eficacia de las inmunizaciones. Aunque el horizonte se vio complicado por la puesta en escena de delta y ómicron, las vacunas continúan representando buena inmunidad.
¿El final de la pandemia está realmente cerca?
La Organización Mundial de la Salud asevera que, en promedio, el 20% de las vacunas actuales se administra como dosis refuerzo. Un problema que desvía por completo la posibilidad de que, en el primer trimestre de 2022, se inmunice a toda la población adulta mundial.
Para los primeros meses del año, entre enero y finales de marzo, se planteó la consecución de la inmunidad rebaño. En conjunto, las vacunas resultantes en ese lapso de tiempo servirían para cubrir la demanda de refuerzos solo en poblaciones de riesgo.
Actualmente, se plantea que para julio de 2022 la inmunidad rebaño será un hecho siempre y cuando la cooperación internacional se agilice. A través de estrategias como el mecanismo COVAX y el fondo de adquisición de la Unión Africana, se beneficia esa sugerencia.
Si todo sigue su curso y se siguen las recomendaciones exactas de la OMS, el 2022 será el final de la pandemia según Tedros. Afirma que la comunidad experta ya conoce mejor el virus, faltando solo una mejor manera de aplicar las metodologías de inmunización. Por ende, solo resta esperar que ese atisbo de esperanza se convierta en una realidad absoluta.