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70 Niños huérfanos llegan hospital de Kiev
Esta es quizás la parte de la guerra más difícil de contar. De cara con la realidad, el hospital de Kiev sigue recibiendo y atendiendo a niños que han quedado huérfanos en los constantes bombardeos rusos.
La mayoría tiene edades comprendidas entre los dos y tres meses de nacidos y sufren de patologías cardiacas.
Sin familias o alguien que los pase buscando, han llegado niños de meses al hospital de la capital Ucraniana. En su mayoría se confirma la muerte de sus padres y los mantienen en cuidado hasta dar con el paradero de algún familiar.
Las condiciones requieren de atención médica urgente
Algunos de los niños llegan en condición crítica y requieren tratamientos y atención médica urgente. En algunos casos se han tenido que realizar operaciones a corazón abierto. Requieren de incubadoras y equipos médicos avanzados para mantenerlos con vida.
Sabemos que debido a la guerra el hospital carece de algunos insumos de máxima prioridad y básicamente la vida los pequeños continúa en riesgo. Debido a los momentos de tensión por los continuos bombardeos, se hace casi imposible un proceso estable de búsqueda familiar de hogar.
Las enfermares han asumido el rol de madre con todos los pequeños y minuto a minuto supervisan su cuidado, alimentación y tratamientos asignados.
Ucrania atenta a habilitar algunos procesos de adopción
Ucrania ha planteado en algunos casos posibles procesos de adopción, pero debido a la constante tensión de bombardeos no ha sido posible un sistema legar estable.
Queda abierta la posibilidad en cuento los niños sean reubicados en un lugar más seguro para el proceso.
Será igual un proceso completo y legal, ya que se evaluara la condición de la familia que solicite la adopción.
Personal medicó trabaja con temor a ser objetivos de bombardeos
El personal medicó mantiene a los 70 neonatos y resto de los pacientes con todos los cuidados posibles, aunque con pocos insumos, para tener en buen nivel su salud, pese al temor de que en algún momento puedan ser objetivos de bombardeos.
En algunos de los principales centros asistenciales de Kiev, las personas viven en la incertidumbre de los ataques y se mantienen en los sótanos aun cuando no suenan las alarmas.