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Afganos venden sus riñones para que su familia sobreviva
Un gran número de personas en Afganistán han tenido que vender sus riñones para sobrevivir ante la extrema pobreza que padecen luego de la llegada de los talibanes a su tierra.
Un habitante de Herat, la región con mayor pobreza de Afganistán, dijo a la agencia de noticias AFP, que los ciudadanos se han visto acorralados ante la extrema pobreza que padecen, por esta razón han tenido que tomar la compleja decisión de vender sus órganos.
"No me quedaba otra opción. Debía hacerlo por el porvenir de mis hijos", dijo Nooruddin, un hombre afgano lleno de deudas y sin trabajo estable.
La toma del poder de Afganistán por parte de los talibanes en noviembre de 2021 ha generado una fuerte crisis económica en esta nación, por esto muchas familias han tenido que acudir a medidas extremas y poco comunes para sobrevivir a esta situación.
Nooruddin, de 32 años de edad, explicó que todo inició cuando los talibanes entraron a su país y al poco tiempo su sueldo se vio afectado, reduciéndose a 32 dólares mensuales, los cuales no alcanzaban para mantener a su esposa y a sus cuatro hijos.
Vender el riñón fue una solución rápida para Nooruddin, quien frente a tanta necesidad no halló otra salida.
Además, el dinero que recibió lo gastó rápidamente, los dolores de espalda que ahora tiene son muy fuertes y por eso ahora no puede cargar cosas pesadas. El afgano manifestó que se arrepiente de su decisión, ya que ahora las consecuencias de la misma son peores.
La familia de Nooruddin ahora vive del trabajo que realiza el mayor de sus hijos, quien con solo 12 años trabaja lustrando zapatos en las calles y gana menos de un dólar al día.
Por su parte, El profesor Mohammad Wakil Matin, excirujano de Mazar-i-Sharif (al norte del país), informó que en Herat solo hay dos hospitales que realizan este tipo de procedimientos y no existe una ley que regule o controle la donación o venta de órganos, ya que "con la aprobación de la persona es suficiente para proceder con la operación", aseguró el doctor.
En Afganistán no hay seguimiento de las personas que han donado un riñón para sobrevivir, lo que hace que la condición de salud de estas sea cada vez más complicada.
Según la información suministrada por la ONU, un aproximado de 23 millones de afganos, que representa el 55 % de la población, sufren de hambre extrema en esta época de invierno. Y casi nueve millones de estos se encuentran amenazados de muerte por la hambruna.
