Los bancos de leche humana van en aumento
Al principio, aunque todavía ocurre en muchos países, la leche humana era vendida y vista como un ingreso de dinero en poblaciones altamente vulnerables. En la actualidad, es un acto altruista realizado por miles de mujeres en el mundo. Aunque sigue siendo un ingreso de dinero para muchas, otras lo hacen con el fin de salvar la vida de un bebé.
Desde que Theodor Escherich inventó los bancos de leche humana, la población ha mejorado considerablemente la vida de sus recién nacidos, garantizado que existe un alimento para el desarrollo normal de su sistema inmune. Este hombre, que también descubrió la Escherichia coli, aseguro que no existía nada como la leche materna para promover el desarrollo del bebé.
Fue el hospital pediátrico de Viena quien crea la Asociación para el Cuidado Infantil donde pone en marcha una Escuela de Enfermería y el primer banco de leche humana en 1909. Desde este momento, los bancos de leche materna se repliegan por toda Europa. En 1980, la OMS y el UNICEF fueron los primeros en declarar la leche materna donada como el principal respaldo alimenticio biológico en recién nacidos. Cabe aclarar, que con el aumento del SIDA y que para aquel entonces no era tan investigado como en la actualidad, gran parte de los bancos de leche humana fueron cerrados como precaución.
Sin embargo, en la actualidad han vuelto a surgir como algo de vital importancia para bajar la tasa de mortalidad en recién nacidos. En muchos lugares se hace de manera voluntaria, en otros tienen un servicio de recolección voluntaria y otro servicio pagado, pero esto depende del banco de leche humano al cual acudan las mujeres.
Ahora, Kenia inauguro su primer banco de leche humana para luchar contra la desnutrición. Por ahora existe el debate entre si es un acto considerado altruista o debe ser remunerado, ya que las mujeres que acuden a vender su leche materna generalmente están en una situación desfavorecida, ponen en riegos sus propios hijos y solo buscan ayudar a una mujer que tiene el dinero suficiente para comprar leche de otras madres.
El debate continuara abierto hasta que sean las propias madres lactantes que determinen su destino en lo que puede convertirse en un acto de humanidad o un negocio rentable.