Nuevo combustible para satélites súper seguro

Jesús Tremont
3 min de lectura

Este mes se lanzara un pequeño satélite en un cohete de Space X para la primerísima puesta en órbita y demostración mundial de un satélite "verde". A diferencia de los satélites comunes, este satélite es alimentado por un combustible llamado AFM-315, que la Fuerza Aérea de Estados Unidos habría desarrollado hace más de 20 años como alternativa al combustible común, la hidrazina. De ser exitoso, este nuevo combustible hará que los satélites sean muchos más eficientes en su tarea, reduciendo el tiempo de despliegue de los mismos de semanas a días, será mucho más seguro para los astronautas y una bendición para el medio ambiente y la madre naturaleza. Dicen los científicos futuristas que será clave para el impulso de operaciones extraterrestres.

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La tierra, la luna y TESS, satélite caza planetas que aún no ha sido lanzado.
"La hidrazina arruinara tu vida si estas expuesta a ella. Poner combustible en los satélites es complicado, se necesita un montón de seguridad en la infraestructura del mismo. El AFM-135 a su favor tiene que es menos toxico que la cafeína y solo necesitarías una bata de laboratorio y una bomba. Literalmente estábamos sentados alado de un envase con AFM-135 mientras le poníamos combustible al satélite", dijo Chris McLean, ingeniero de Ball Aerospace y director del proyecto Green Propellant Infusion Mission de la NASA.

A diferencia de la hidrazina, que tiene una consistencia similar a la de agua, el AFM-315 es viscoso, lo que reduce en un 50% la cantidad necesaria para recorrer las mismas millas, debido a que pesa más pero abarca menos.

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Hidrazina, compuesto químico.

McLean también dice que una de las ventajas de venta del AFM-315 es el hecho de que no se congela. El AFM-315 es un liquido que a bajísimas temperaturas sufre una transición vítrea pero no se acaba de congelar. Esto transforma al líquido en un solido quebradizo, similar al vidrio pero no hace que se expanda como el agua congelada o la hidrazina. Este atributo previene que los tanques de combustibles del satélite se quiebren o expandan debido al estrés.

¿Por que hasta ahora?

A pesar de todas sus ventajas, el uso del AFM-315 como combustible para satélites no había sido tomado en cuenta hasta hora. Fue desarrollado por el Laboratorio de Investigaciones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en 1998 como un combustible alternativo.

"Para el tiempo en que salio a luz, era muy limitado su uso debido a las altas temperaturas de combustión que tiene, casi el doble que el de la hidrazina. Esto requería materiales caros y exóticos para prevenir dañar el satélite. Para los años 2000, el costo para realizar sistemas de propulsión que soportaran el calor del AFM-315 ya eran muchísimos más bajos y viables pero ninguna compañía espacial se atrevía a arriesgarse con un combustible experimental. Si el AFM-315 quiere ser adoptado como combustible principal por la industria de satélites, tendrá que demostrar su desenvolvimiento en órbita", dice el ingeniero Chris Mclean.

La fecha original de la misión Green Propellant estaba prevista para 2015 pero se vio envuelta en la plaga de retrasos que sufrió el desarrollo del cohete de SpaceX, Falcon Heavy. El 24 de junio está programado el segundo vuelo del Falcon Heavy, que llevara consigo varias cargas, incluido un reloj atómico que está siendo probado para la navegación en el espacio profundo.

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