Causas del dolor estomacal
¿Sabes de dónde provienen las náuseas y el dolor estomacal? Por lo general, las náuseas suelen ser asociadas a estar enfermo del estómago, lo cual se acerca bastante a la realidad, pues en la mayoría de los casos, esa sensación de tener ganas de vomitar se vincula a malestares y complicaciones digestivas.
Sin embargo, igualmente puede ser síntoma de un sinfín de patologías. Aun por sí solas no suponen una señal de algo grave, en situaciones excepcionales pueden sugerir un cuadro médico severo, sobre todo, si se acompañan con fuertes dolores abdominales.
¿Qué son las náuseas y su relación con el estómago?
Se define como náusea a la sensación de malestar estomacal o ganas de vomitar.
Considerando que el vómito es la devolución de los alimentos desde el estómago, guardan mucha relación con los procesos digestivos, pese a la posibilidad de presentarse inclusive, sin que la persona haya comido algo.
¿Cuál es su origen? Son múltiples los problemas que pueden ocasionar náuseas, entre los más comunes se destacan:
Reacción alérgica o imposibilidad de digerir ciertos alimentos
Intoxicaciones alimentarias
Infecciones estomacales o intestinales, principalmente la gastroenteritis vírica epidémica
Consecuencia del tratamiento con algunos fármacos, por ejemplo, radioterapia o quimioterapia para el cáncer
Migrañas
Reflujo gastroesofágico o devolución de los contenidos estomacales, sea alimento o líquido
Malestar general característico de la gestación
Dolor agudo provocado por cálculos renales
Mareo o cinetosis
En casos más específicos, pueden de la misma manera ser señal de alerta de afecciones tan severas como obstrucción intestinal, apendicitis, ingestión de medicamentos o sustancias toxicas, cáncer o un tumor, ulceras en el revestimiento del estómago o en el intestino delgado.
¿Cómo tratar el dolor estomacal?
Lo más aconsejable de cara a la presencia de algunos de los síntomas antes descritos, es consultar al médico, no obstante, en diversas situaciones, presentar náuseas no demanda tratamiento en concreto, solo seguir ciertas recomendaciones elementales que contribuyan al alivio de la anomalía.
Consumir más agua de lo normal, en especial, si las náuseas se acompañan de vómito constante, ya que se corre el riesgo de deshidratación
Evitar frituras, comida chatarra y bebidas con cafeína
Beber infusiones de manzanilla
De la misma forma, no está demás el consumo de antiácidos, el dimenhidrinato o el clorhidrato de meclizina son eficaces en su prevención, al bloquear los receptores cerebrales que desencadenan los vómitos.
Quien cuida al paciente, debe ofrecerle comidas balanceadas, libres de olores fuertes que potencien el malestar, los que comerá con cubiertos de plástico a fin de evitar los de metal que suelen producir un sabor amargo.
Por otra parte, tendrá que estar al pendiente de la aparición de síntomas adicionales como mareos, confusión o debilidad, especialmente si el paciente ha estado vomitando continuamente, pues puede ser señal de deshidratación.
Acudir al médico, en el supuesto de haber inhalado algo del material vomitado.
Que el vómito se repitiera más de tres veces por hora o durante tres horas seguidas, o se acompañe de sangre o material con mala apariencia.
Presenta orina de color amarillo oscuro o no va al baño con misma frecuencia de siempre.