Escuche esta historia
--:--
5:17
¿Cómo lograr una alimentación segura en pacientes diabéticos?
Dentro de los trastornos metabólicos, la diabetes es el de mayor cuidado y repercusión para la persona. Un paciente con esta condición bien diagnosticada experimenta un cambio de vida radical.
Sus hábitos normales serán modificados en función de la patología de base que ahora posee. Uno de ellos será la alimentación, por lo que entender cómo armar un plan nutricional para diabéticos marcará la diferencia.
Repasando brevemente qué es diabetes y todo lo que acarrea
También denominada como diabetes mellitus, es una patología crónica que afecta proporcionalmente el metabolismo del organismo.
Puede aparecer tanto en edades tempranas como en la adultez, sobre todo en quienes son preferentes a malos hábitos alimenticios.
En condiciones normales, el páncreas es el órgano encargado de producir y secretar la insulina. Ella es una hormona imprescindible para el metabolismo alimenticio, destacando la glucosa (azúcar).
Recordando, la glucosa es uno de los principales compuestos energéticos celulares.
Sin la participación insulínica, la célula no puede hacer gala de dicha energía. Por consiguiente, la glucosa termina acumulándose en el torrente sanguíneo con consecuencias contraproducentes.
Es en ese momento cuando la diabetes hace su aparición. En esencia, es una acumulación de glucosa secundaria a una deficiencia en la producción y secreción de insulina o resistencia celular a la misma.
Diabetes y alimentación
La alimentación es la principal fuente de energía que el cuerpo utiliza para funcionar correctamente.
La glucosa es un carbohidrato que se adquiere de la dieta normal, pero que en el espectro diabético puede ser más perjudicial que beneficiosa.
El consumo excesivo de carbohidratos en una dieta poco balanceada para diabéticos puede tener dos efectos paradójicos, pero igual de preocupantes. Dependiendo del tipo de diabetes, es capaz de desencadenar una serie de manifestaciones clínicas de estudio.
En la diabetes tipo 1, la deficiencia absoluta de insulina conlleva a la utilización de otro tipo de energía. La misma es obtenida de los depósitos grasos o del glucógeno almacenado en los músculos. Con el tiempo, la pérdida de peso exacerbada será evidente.
Con relación a la diabetes tipo 2, una mala alimentación más la resistencia insulínica es una combinación casi mortal. El exceso de azúcar es convertido en tejido adiposo que, con el tiempo, pone de manifiesto a los problemas asociados al sobrepeso.
Una dieta en desbalance o descuidada en pacientes diabéticos puede llegar a ser mortal. A raíz de ello, se antoja de utilidad conocer algunas recomendaciones o métodos para lograr una alimentación adecuada en dichos escenarios.
¿Cómo empezar una dieta para diabéticos?
La base de datos de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos proporciona datos básicos sobre este paso. Lo primero es entender que, aunque será un cambio radical, no significa que se dejará de comer "rico y gustoso".
Sin embargo, el mismo organismo recomienda que, lo antes posible, se aborde el tema con un especialista en endocrinología. Él será el responsable de, igualmente, referir el caso a un dietista especializado.
En esa instancia, se tomarán medidas antropométricas como el peso, edad y la talla. Ellas son necesarias para calcular la cuánta cantidad de calorías se requieren y estructurar un plan dietético optimizado para diabetes.
Los alimentos priorizados
Como es de entrever, los alimentos que aportan altos niveles de carbohidratos serán limitados. No serán erradicados por completos, pero sí se priorizarán algunos en particular:
Frutas y vegetales.
Granos como el arroz integral, quinoa y la avena.
Carnes magras o blancas como el pollo y pavo.
Si bien todos ellos aportan hidratos de carbono, lo cierto es que no lo hacen de forma desmedida. Aunado a la medicación correcta, el porcentaje de glucosa se mantendrá a raya.
Los alimentos a evitar
En un apartado especial, el Instituto Nacional de la Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, estipula los alimentos a evitar o erradicar por completo. Ellos, son los siguientes:
Toda aquella golosina o refresco que resulte en altos niveles de glucosa.
Los jugos altamente procesados y bebidas energéticas, incluso el alcohol, deben reducirse.
Pan, pastas, harinas blancas y tortillas tampoco son aconsejables para la dieta diabética.
Reducir el consumo de almidón proveniente de verduras como la papa y maíz.
Comer menos, pero más
Los pacientes diabéticos tienden a caer en la tentación e ingerir alimentos ultra procesados. Estos casos son más comunes de lo que parece, obedeciendo a criterios de ansiedad por la comida.
Obviamente, el diabético come menos en relación con el tipo de alimentos si se compara con una persona sana. Pero, los planes dietéticos están establecidos para que coma más veces al día, satisfaciendo necesidades calóricas estrictas.
El metabolismo de alimentos debe permanecer igual o dentro de los parámetros como uno normal. Eso solo es permitido con una educación nutricional certera y que priorice prácticas esenciales.