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Descubre aquí si has desarrollado el síndrome de Burnout
Hay días en los que el empleo puede llegar a agobiarnos un poco, pero si ha llegado a niveles donde el agotamiento físico, mental y emocional es excesivo y provocado por este, posiblemente estemos ante un caso del síndrome de burnout.
Este problema fue reconocido legalmente como enfermedad en el año 2019, y afecta a muchos profesionales en todo el mundo. Aquellos que optan por carreras de índole vocacional, trabajando en contacto con el público, poseen más riesgo de padecerlo.
Ciertamente, no se trata de una enfermedad agresiva, crónica, ni contagiosa, pero sigue siendo igual de dañina que muchas otras, por eso aquí descubrirás todo lo que necesitas saber referente a este problema.
¿Qué es el síndrome de Burnout?
También conocido como síndrome del quemado o desgaste profesional, básicamente consiste en un agotamiento agudo, que abarca el estado físico, emocional y mental de un individuo. Su aparición está ligado fuertemente al empleo y condiciones de trabajo.
Si bien sus repercusiones más fuertes, se encuentran en el ámbito psicológico, al padecer de este mal se manifiestan síntomas físicos producto de los niveles de cansancio y estrés que experimenta el afectado.
El burnout no representa una enfermedad directa como tal, pero sí lleva al cuerpo a un estado muy vulnerable, que da apertura a muchas otras patologías.
Su estado en sí, hace que el cuerpo sufra una notable descompensación y entorpece el desarrollo personal.
Síntomas del síndrome de Burnout
Cuando se comienza a manifestar el síndrome, este viene acompañado de algunos síntomas físicos y psicológicos. Es clave destacar que su aparición ocurre indiferentemente de la edad o patologías que tenga el afectado.
Pero, para que sepas identificarlo a detalle, he aquí los síntomas físicos más evidentes:
Taquicardia.
Cansancio y agotamiento.
Fuerte dolor de cabeza.
Náuseas.
Dolor de espalda.
Insomnio.
Tensión en los músculos.
Ahora bien, los síntomas de carácter psicológico, que puede presentar alguien afectado, son algunos de los que te muestro a continuación:
Baja autoestima.
Depresión y frustración.
Conducta ansiosa.
Reacciones hostiles y agresivas.
Mal humor.
Desmotivación.
Carácter impaciente e irritable.
Sensibilidad emocional.
¿Qué causa la aparición el síndrome?
Si buscamos un factor central, tenemos como principal causante el entorno laboral; sin embargo, las condiciones del empleo en donde el afectado se desarrolle son el primer foco de análisis.
Este síndrome está acompañado de conflictos laborales, siendo algunos detonantes los siguientes.
Sobrecarga de actividades
Cuando un puesto de trabajo abarca demasiadas tareas, la persona que se desempeña en él, se sobrecarga de actividades, haciendo que su desgaste sea mayor. Si se mantiene en ese puesto por tiempo prolongado, puede terminar sufriendo del síndrome.
Esto ocurre muy a menudo en empresas públicas o pequeñas, donde un solo empleado asume distintas tareas, pero su remuneración y beneficios son los mismos. Esto a la larga genera mayor cansancio, rechazo y frustración hacia su labor.
Estrés y presión
Todo empleo tiene un cierto grado de presión y estrés, pero cuando estos exceden el límite, agobian a quienes realizan las labores.
El estrés genera carga mental que se transforma en agotamiento físico, y la presión crea miedo, frustración e inseguridad.
Poca autonomía
Si se ocupa un cargo donde todas las reglas, normas y directrices se aplican desde un mando dictador, que no les da soltura a sus empleados para desarrollarse, generará gran frustración para aquellos que poseen mente creativa y que no son escuchados.
Ambiente conflictivo
Los empleos con ambientes donde son recurrentes los problemas, las discusiones y los conflictos, hacen que sus empleados ejecuten sus labores de manera incómoda.
Un ambiente así eleva la carga de estrés, hace menos amena la estadía e interfiere de forma indirecta en sus labores.
Mala organización
Cuando una empresa se gestiona en caos, donde la comunicación es deficiente, no hay líderes claramente establecidos, y las funciones no están bien definidas, a corto o largo plazo genera un impacto muy negativo.
Por lo general, esto es lo que termina ocasionando que algunas actividades sean más forzosas, que no se cumplan las metas diarias, y que los empleados tengan que trabajar horas extras o llevarse el trabajo a casa.
Si vemos cada uno de estos factores de manera aislada, podría parecer que no son lo suficientemente fuertes para causar el síndrome. Pero, la realidad es que en la mayoría de los empleos se experimentan varios al mismo tiempo, y son el detonante para el colapso.
¿Cómo enfrentar el problema?
Para esta respuesta hay que verlo desde dos perspectivas, la primera es cómo enfrentarlo desde el ámbito empresarial, y la segunda desde el ámbito personal. Ambos esfuerzos por corregir y prevenir este problema, son necesarios, ya que esta condición no beneficia a nadie.
Desde la empresa
La empresa debe realizar una evaluación que le permita medir la salud de su dinámica de trabajo, además del cómo se desarrolla y se siente cada empleado con la realización de sus tareas.
Luego debe esforzarse por proveer todas las condiciones necesarias, haciendo que las tareas y los beneficios se distribuyan de manera justa y equilibrada, evitando que el ambiente sea pesado.
Desde el ámbito personal
Debemos buscar apoyo profesional, que nos ayude a evaluar el nivel del Burnout que estamos experimentando, así se determinará si se requiere algún medicamento. Esto ocurre mayormente en los casos donde hay fuerte depresión o ansiedad.
Por otra parte, algunas de las claves que nos pueden ayudar a prevenir y enfrentar este mal son las siguientes.
Fortalecer nuestra autoestima: Reconociendo nuestros logros y habilidades, podemos impulsarnos para seguir.
Controlar el estrés: Colocando límites y practicando actividades de relajación y distracción.
Realizar actividad física: Ayuda a la descompresión y a relajar la mente.
Realzar nuestra seguridad: Debemos tener claro que somos libres e independientes y tenemos derecho a expresar nuestras ideas.
Este síndrome se apodera mayormente de aquellas personas que se dejan adsorber por sus profesiones. Nunca debes olvidar que tienes el derecho de hacer una pausa, renunciar o cambiar de rumbo cuando lo desees, tu empleo debe generarte felicidad y tú eres su socio, no su esclavo.
