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Enfermedad exantemática de la infancia: Sarampión

Maria Fernanda
6 min de lectura

Durante la infancia, los niños pueden padecer de ciertas enfermedades virales, que de no tratarse podrían acabar en escenarios devastadores para la salud del infante.

Este grupo de entidades clínicas, características de la niñez, se conocen con el nombre de enfermedades exantemáticas de la infancia y, el sarampión forma parte del grupo de estas enfermedades.

Mundialmente, la zona geográfica de las Américas era un área desprovista de casos, pero con los programas deficientes en salud, nuevamente, en el año 2019 se notificaron nuevos casos en países como Brasil y Venezuela.

¿Qué es el sarampión?

El sarampión es una enfermedad viral que afecta con mayor frecuencia a los niños con edades comprendidas entre el primer año hasta los 4 años.

Así mismo, es una patología muy contagiosa y, que si afecta a los menores de un año el cuadro es más complicado.

Además, la forma de transmisión del sarampión es a través de las secreciones humanas contaminadas con el virus. Esto quiere decir, que el virus se transporta en las gotas expulsadas cuando toses, hablas o estornudas.

Enfermedad exantemática de la infancia: Sarampión – Bienestar y Salud
Sarampión

Por otro lado, siempre en este tipo de infecciones existe un período de contagio, que es el tiempo donde la enfermedad puede trasmitirse de una persona a otra.

En el caso del sarampión, este período se extiende desde el inicio de los síntomas, hasta los primeros 4 días de la erupción en la piel.

Un dato extra es que este virus puede quedar suspendido en el aire por una hora, este es uno de los motivos por el cual es una enfermedad contagiosa.

Causa del sarampión

El sarampión tiene una sola causa, el agente etiológico responsable de la enfermedad pertenece a la familia Paramyxoviridae, del género Morbillivirus.

De forma estructural, es un virus de molécula ARN, es decir, que necesita replicarse para mantener infectado el organismo. A su vez, está conformado por 6 proteínas que le brindan el soporte o la estructura viral.

En cuanto al, período de incubación, la mayoría de los textos establece un lapso de 7 a 18 días para que se manifiesten los síntomas, luego de la exposición al virus.

¿Qué ocurre en el cuerpo?

En el organismo están ocurriendo miles de procesos a medidas que el virus ingresa y comienza a replicarse.

Básicamente, el virus llega a la vía respiratoria superior, en donde realiza su primera replicación. Posteriormente, el virus logra migrar a la zona próxima de ganglios linfáticos.

Al cabo, de los tres primeros días, el virus logra penetrar en la sangre y, con esto alcanza otros órganos. Siguen pasando los días, la replicación continúa activa, hasta que en el día 13 aproximadamente aparece el exantema.

Síntomas del sarampión

Sumado a todos estos procesos, existen en la historia natural de la enfermedad cuatro etapas clínicas, en las cuales ocurren todos los síntomas. En este sentido, las etapas son.

  • Incubación

  • Prodrómica

  • Exantemática

  • Convalecencia

La primera etapa ya la conoces, consiste en el tiempo que tarda para aparecer los primeros síntomas. Es otras palabras, es un período donde el niño está asintomático.

Seguidamente, en la etapa prodrómica, no es más que la fase del catarro. Por supuesto, que la sintomatología es fiebre elevada, malestar general, tos, disminución del apetito, estornudos, entre otros.

Ahora bien, la etapa exantemática es muy característica de la enfermedad, especialmente, porque el orden de aparición de las manchas es de la cabeza hasta los pies.

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Malestar general

También, habrá zonas en las que no aparecerán las manchas como en las palmas de las manos y la planta de los pies.

Al tercer día, la erupción comienza a desaparecer en el mismo orden y, las manchas se tornan de un color violáceo.

Para finalizar, en la etapa de convalecencia desaparecen todos los malestares, aunque la tos puede persistir durante más tiempo.

Presentaciones poco frecuentes de sarampión

Lo que acabas de leer representa la forma más común de presentación del sarampión, pero esto no significa que sea el único escenario que pueda ocurrir. De esta manera, las formas menos frecuentes son.

  • Sarampión hemorrágico o negro: es una variante grave que cursa con alteraciones en el cerebro y la piel.

  • Sarampión modificado: ocurre en niños que han recibido un tipo determinado de medicación.

  • Sarampión atípico: son todos aquellos niños que tienen la vacuna, pero que su cuerpo no generó inmunidad. En sencillas palabras, no tienen anticuerpos contra el virus para que su cuerpo se defienda.

Tratamiento del sarampión

Quizás quieras escuchar que existe un tratamiento para el sarampión, pero la realidad es que no. Lamentablemente, no tiene un tratamiento específico. No obstante, no quiere decir que no tenga cura.

Por su parte, las infecciones virales ameritan tratamiento sintomático, esto significa que solo se tratan los síntomas.

A su vez, es importante resaltar que no se le debe administrar antibiótico, ya que no tiene ningún beneficio en infecciones virales.

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Vacuna contra el sarampión

Aunado a esto, la Organización Mundial de la Salud, aconseja que a los niños que son diagnosticados con sarampión puedan administrarle vitamina A para disminuir la mortalidad.

Aunque no exista un tratamiento definitivo, sí es posible prevenir la enfermedad con la aplicación de la vacuna en las edades correspondientes.

¿Qué no hacer mientras tu bebé tiene sarampión?

Habitualmente, en el curso de estas infecciones, los niños suelen deshidratarse, en primer lugar, por la fiebre y, en segunda instancia porque no les apetece ingerir líquidos.

Por consiguiente, un error muy frecuente es que las madres ofrezcan a sus hijos diferentes té e infusiones, en lugar de agua o suero oral, para evitar la deshidratación.

Lo que no saben es que este tipo de bebidas están contraindicadas en niños, ya que podrían inducir a cuadros de deshidratación severa, hasta la muerte.

Otra de las acciones que debes evitar a toda costa es automedicar al niño, sobre todo, administrarle medicamentos analgésicos.

El consejo es que consultes con un médico, recuerda que las dosificaciones en pediatría dependen del peso del niño y de la presentación del medicamento.

Si persistes en darle una dosis que no le corresponde puedes ocasionar una intoxicación por el medicamento.

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