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¿Existe la COVID-19 "prolongada"?
La COVID-19 prolongada es un término que viene siendo utilizado desde hace un tiempo. Sin embargo, últimamente está en boca de todos debido a los mitos que acarrea consigo la variante Ómicron.
Ante tal diatriba, resulta pertinente indagar acerca de qué tanto se sabe sobre la realidad de este asunto. En retrospectiva, ayudará a conocer todavía más sobre el comportamiento de la enfermedad.
¿Existe o no la COVID-19 prolongada?
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), sí existe. No obstante, es un término acuñado por el mundo mediático para referirse a ciertas complicaciones de la COVID-19.
En ese sentido, se entiende por "prolongado" a aquellas afecciones posteriores a padecer la enfermedad. Como tal, estas manifestaciones clínicas pueden aparecer en las 4 semanas posteriores a la recuperación o hasta en más tiempo.
Si bien en casos frecuentes los pacientes se recuperan, otros sufren las consecuencias de la prolongación de la infección. En esencia, manifiestan una sintomatología que de carácter agudo, recurrente o en curso, sin mejoría aparente.
Algunos otros seudónimos para la patología en cuestión son: COVID-19 crónico o COVID-19 persistente. Sea cual sea el caso, representa otro problema de salud pública que incide, también, en aquellas personas que inicialmente fueron asintomáticas.
¿Cómo se manifiesta la COVID-19 prolongada?
COVID-19 son las siglas en inglés para enfermedad por el nuevo coronavirus del 2019. Un patógeno que ha mantenido en vela a la humanidad, poniendo en jaque al sistema de salud mundial.
A medida que avanza la pandemia, más se conoce sobre el comportamiento y repercusiones a largo plazo del virus. Ahora, se prevé que su manifestación prolongada puede cursar de la siguiente forma:
Sintomatología progresiva o en curso
Es aquel cuadro de signos o síntomas que se pone de manifiesto en cualquier enfermo por COVID-19. Sin importar que tan leve o severa fue la caída inicial, estos se prolongan en el tiempo más allá de las 4 semanas.
También son denominados como "galería de síntomas nuevos" porque no se produjeron en el cuadro apartado clínico inicial. Y que, a raíz de su consolidación, se mantienen en su curso aparente sin responder a los tratamientos o terapias médicas.
Con base en la investigación de los CDC, los pacientes afligidos refieren afecciones como fatiga o dificultad para respirar crónica. Sumado a ello, el cansancio, "neblina mental", dolor muscular y esquelético; diarrea, insomnio o sarpullido.
Del mismo modo, pero en un porcentaje mínimo, los cambios de humor, alteraciones de gusto y olfato, igualmente fueron descritos. Todo esto sin dejar de lado problemas estomacales como las náuseas, vómitos o cambios en el ciclo menstrual femenino.
Complicaciones multiorgánicas de la COVID-19 prolongada
Otra carta de presentación para esta derivación de la enfermedad pandémica son sus complicaciones multiorgánicas. Problemas de salud más complejos que no solo se enfrascan en una zona u sistema corporal, sino en varios como tal.
Está comprobado que el SARS-CoV-2 promueve respuestas autoinmunes exageradas. Asimismo, está implicado en daños recurrentes al corazón, pulmón, riñón y el sistema nervioso central.
Cuando ocurre una falla en la función normal del sistema inmunológico, se desencadenan respuestas proinflamatorias de alto valor médico. Un combinado de signos y síntomas catalogado como el "síndrome inflamatorio multisistémico".
De no tratarse, los tejidos de diferentes sistemas en el cuerpo se verán contrastados por una contundente respuesta inflamatoria nociva. Con el tiempo, las secuelas podrían llegar a ser mortales.
Secuelas tras hospitalización por COVID-19
Las secuelas tras hospitalización por enfermedad grave contribuyen a la consolidación de las afecciones prolongadas.
La incidencia es más elevada a nivel de los pulmones y, con el tratamiento médico, se es más propenso a situaciones de cansancio o fatiga.
Habitualmente, la sintomatología clásica se relaciona estrechamente con el "síndrome post cuidados intensivos". Un conglomerado de manifestaciones o problemas de salud asociados al desequilibrio mental, trastornos de orientación, pensamiento y estrés postraumático.
Cabe mencionar que están siendo estudiadas a superior profundidad.
Todavía no se concluye si son culpa de la enfermedad por coronavirus o intrínsecamente a las consecuencias de la hospitalización. Aun así, igualmente se postula que podría ser una combinación de ambas cosas.
Los puntos claves a memorizar acerca de la COVID-19 persistente
Sabiendo, pues, las presentaciones de la enfermedad en cuestión, ahora se repasarán sus puntos claves. Aspectos que podrán ser memorizados para recordar qué tan característico es este trastorno en sí mismo.
No importa la gravedad del caso
Está claro que quienes sufrieron un contagio con síntomas leves eran, estadísticamente, más propensos a una recuperación rápida. Empero, la virulencia del patógeno es un factor que contribuye a la prolongación de sus problemas de salud.
Un amplio porcentaje en pacientes casos leves entre los 18 a 34 años padecieron las afecciones persistentes del coronavirus. Una muestra precisa en la que se advierte que no es propenso confiarse.
Básicamente, no importa si la recuperación procedió de un escenario leve o grave, las probabilidades igual están presentes. Por los momentos, lo ideal es seguir al pie de la letra el tratamiento médico y vacunarse contra la enfermedad.
Se está haciendo cada vez más frecuente
El porcentaje de casos para COVID-19 prolongada es pequeño, pero en alza. Un detalle que evidencia la frecuencia con la que estos escenarios se están originando.
Algunos datos preliminares exponen hasta un 10% de recidiva o afecciones recurrentes en la mayoría de los pacientes. Otra parte expone que los post hospitalizados son los más propensos a sufrir tales complicaciones.
En ese sentido, lo que está en primer lugar es que la prolongación de la enfermedad se contrasta en personas jóvenes. Las edades productivas o individuos menores de 40 años son los que más consultan por algún síntoma crónico dejado por el coronavirus.
Es totalmente curable
La experticia médica, a pesar del panorama gris, lanza un mensaje de esperanza. Los signos y síntomas prolongados de la infección son totalmente curables, erradicándolos del organismo.
Obviamente, se requiere tanto de la disciplina del paciente, como de la atención médica especializada. Haciendo gala de terapias implantadas por equipos multidisciplinarios en salud, incluyéndolo neumólogos y/o fisiatras, la rehabilitación es garantía.
La aplicación de ejercicios mentales, físicos o terapia farmacológica para solventar algunos síntomas, es válido. Con el tiempo, el usuario experimentará la mejoría necesaria como para librarse de las afecciones prolongadas.
De igual manera, los especialistas en salud recomiendan arduamente la vacunación. No solo evitará la recurrencia o recaída por coronavirus, sino que impedirá la puesta en escena de otras variantes potencialmente agravantes de crisis.