Escuche esta historia
--:--
4:43
En Ecuador existió celda especial para criminales peligrosos
El expenal clausurado en el 2014, se encuentra ubicado en el barrio San Roque, en el casco histórico de la ciudad.
Una antigua prisión de Ecuador, recibió como nombre Gabriel García Moreno, como el expresidente. Moreno dio la orden de construcción de la cárcel y el danés Thomas Reed fue el encargado del diseño.
En 1869, fue aprobado el contrato de la construcción del penal por una cantidad de 222.149 pesos como presupuesto y debía estar listo en 5 años. El 20 de agosto de 1874 fue entregada la obra.
La inauguración de este proyecto se realizó en 1875. El proyecto se realizó para 200 personas, pero llegó a albergar a 1.600 privados de libertad.
Las celdas contaban con 7.6 metros de dimensión y estaba capacitado para dos personas. Sin embargo, debido a la alta demanda en una celda llegaron a estar 18 prisioneros.
García Moreno optó por realizar esta cárcel, ya que quería a todos los presos concentrados en una sola prisión. Historiadores aseguran que una de las exigencias fue que las celdas estuviesen pintadas de color negro, para que los detenidos no recibieran ningún tipo de luz.
En el ex penal García Moreno, pasaron sus días distintos políticos renombrados y criminales atroces. El objetivo de esta antigua prisión con estructura panóptica era que su guardián, desde una torre central, pudiese observar a los prisioneros sin su conocimiento.
Luego de 139 años de operatividad, en abril del 2014, la cárcel cerró y los detenidos fueron reubicados. Después de un tiempo, este espacio se habilitó al público como un museo.
Desde entonces, quienes vigilan el lugar aseguran que en las instalaciones se escuchan golpes, alaridos e incluso, han tenido visitas de personas misteriosas.
La instalación estaba dividida en 5 pabellones, dependiendo de la peligrosidad de los criminales
Pabellón A
La primera área contaba con la presencia de líderes de narcotráfico, políticos y banqueros. Además de las 28 celdas, contaban con ciertos beneficios, gimnasio y biblioteca.
En este espacio estuvo el famoso narcotraficante Óscar Caranqui, quien se hizo famoso al ofrecer una fiesta en honor al Niño Jesús. Para dicha celebración se encargó de contratar a artistas ecuatorianos, ofreció drogas, alcohol y en su celda contó con la presencia de trabajadoras sexuales.
Pabellón B
En este espacio de 114 celdas, estaban recluidos los peores asesinos, violadores o autores de delitos graves. Cada celda contaba con 15 o 20 personas.
En este pabellón estaba Pedro Alonso López, conocido como el “Monstruo de los Andes”, quien confesó haber torturado y matado a más de 300 jóvenes y niñas entre Ecuador, Perú y Colombia.
Otro de los integrantes era Daniel Camargo Barbosa, quien contaba con 16 años de prisión, ya que fue el autor de asesinatos y más de 70 violaciones en Ecuador. Camargo fue asesinado por Giovanny Arcesio Noguera Jaramillo, su compañero de celda.
Otro de los integrantes del pabellón fue un estafador del país conocido como el ‘cuentero de Muisne’, quien se hizo pasar por el hijo del presidente de Costa Rica y también vendió la Torre de Reloj de Guayaquil. En tres ocasiones el hombre se escapó de la cárcel y una de esas veces lo hizo vestido de monja.
Pabellón C, D y E
En esta área se encontraban drogadictos, personas con crímenes menores, algunos con primaria incompleta o estudios superiores.
Particularidades del penal
En el Pabellón B estaba la particular ‘celda de Lucifer’ llamada así por su específico aroma y extraños chillidos. Las personas que asistían al penal mientras funcionaban, aseguraron que en este lugar hacían rituales satánicos e invocaban al Príncipe de las Tinieblas.
También comentaron que al visitar el lugar se sentían extraños y muchas veces sufrían vómitos sin ningún tipo de razón. Además, se vivía una particular sensación de que el tiempo se detenía, al estar en esta celda.
Este expenal se ha vuelto en un atractivo para investigadores. También concuerdan con la información ofrecida por los cuidadores, ya que, mientras caminaban, sombras inexplicables se cruzaban delante de ellos.
Las personas aseguran que, en ciertas celdas, las puertas no abren cuando intentan hacerlo, a pesar de que no tienen seguro. Sin embargo, sorpresivamente estas puertas aparecen abiertas sin explicación. Incluso, se escuchan portazos y gritos.