Los españoles esta vez, a bordo de dos carabelas.
Sintonices la cadena que sea, hoy en España, te presentarán a Araceli, una nonagenaria muy simpática, que ha puesto su brazo de forma voluntaria, para que le den un pinchazo que, podría salvarle la vida o causar efectos seundarios, que no están cien por ciento claros.
Y es que en eso de "saber de todo" a la mayoría de los seres humanos, no hay quien nos gane.
Si una persona no es especialista en temas de epidemiología, no es médico ni nada que se parezca, puede ser que una conducta racional sea la siguiente:
1 Voy a mirar cuales son las fuentes más serias sobre este tema. por ejemplo las revistas con información sobre salud y medicina más leídas del mundo.
2 Leeré a ver que encuentro con relación a esto. Podría leer al menos dos o tres artículos de media hora cada uno, que es posible que sea un bajo porciento del tiempo que le dedico a la tele y otros demonios.
3 Tomaré una decisión basada en opiniones de espertos.
Pero muy por el contrario un elevado porciento, al escuchar a un vecino decir tal cosa sobre la vacuna, o ver un comentario en facebook, se cae de culo diciendo que es eso lo que hay que hacer, y lo más increible: lo hace.
Así que hay dos grandes vertientes de opiniones que se escuchan en la calle sobre el tema de la conveniencia de ponerse o no la dichosa vacuna:
1 Que esto es una patraña de la industria farmacéutica para vender vacunas y no hay que hacerles el juego. Por tanto que no hay que ponerse nada y de esa forma arruinar a la mencionada industria.
2 Que hay que ponersela lo antes posible para estar a salvo y salvar a la familia y a otras personas.
3 Otros, tal vez los más sensatos, dicen que hay que esperar a ver cuantos se mueren primero, si a alguno le sale una tercera oreja o se convierte en la mujer araña.
De momento hoy en España hemos amanecido muchos millones de intrépidos y aventureros navegantes de carabelas, haciendo cola para echar a la mar nuestra suerte y ver si al final del camino están Las Indias o la muerte.