Los recuerdos y las neurociencias
Los Recuerdos y la nostalgia de los emigrantes.
Con los ojos vendados me atrevería a distinguir los olores del campo que se quedaron en mi memoria: el acre del paño que se usaba para montar a caballo y después se guardaba en un rincón de la casa de tabaco. El aroma inconfundible del café y las guayabas maduras, la tierra mojada después de los aguaceros.
El olor cercano de la camisa sudada de mi padre y aquel del delantal de la vieja, que se ponía en las escogidas de tabaco, ennegrecido por la resina que suelta esa planta al secarse.
Y las imágenes de las pencas de las palmeras azotadas por la furia de los ciclones tropicales, el farol de aceite carbón agonizando colgado de la solera cuando se iba acabando el combustible. O aquella de los tejados del vecindario, que se veía al subir a la mata de mangos que teníamos en el patio.
Basta que me detenga un rato y haga clic en la maquinaria de aquellos misterios que se quedaron guardados en alguna parte, para que comience la fiesta, para que a esos recuerdos los acompañe una orquesta de emociones y sentimientos. Alegrías y nostalgias, asombros y curiosidades que se van solapando.
Las neurociencias y los sorprendentes descubrimientos.
Y no hay que ser eminente neurólogo para darse cuenta, no hay usar una TAC con aparatos de tecnología punta: En el momento en que vienen esos recuerdos nos parece que los estamos viviendo de nuevo, que aquello, está pasando ahora. Uno "ve las pencas de las palmeras batidas por el viento" "ve la cara pálida del primer muerto, cuando nos asomamos al ataúd" o "huele aquel olor a tamarindos"
Atando cabos descubres, leyendo un poco de física cuántica, que los fotones son cuantos de energía "y a la vez" ondas electromagnéticas, y con tal que se te ocurra profundizar un poco, vas a parar de cabeza a la consulta de un psiquiatra, porque dicen, sin inmutarse los descubrimientos más recientes que de eso, está hecho TODO en el Universo.
Allá afuera hay "una sopa cuántica" y en mi cabeza ( y en la tuya que me lees ahora) se organizan Universos de vivencias, de recuerdos, de creencias, de percepciones diferentes de una misma cosa.
Para por si acaso, a mi se me ocurre amarnos, comprendernos y dejar que brote un fruto dulce que se llama compasión, que en nada se parece a la lástima, más bien a dar cabida en mí a una creciente sospecha de que hoy, ayer y mañana, son la misma cosa.
Y por encima de otras percepciones, aspiraciones o sapiencias, dejar que crezca una humilde semilla en una parcela que llevamos debajo de las costillas. Tú, yo y el resto del Universo que vemos allá afuera están dentro, muy apretujados en la divinidad que somos. Y a ese gozo de vivirlo no renunciarás de ninguna manera.
