10 trucos para comer menos
Cada vez más, nuestra rutina se convierte en un torbellino de obligaciones.
Cumplir con todas las tareas de la casa y del trabajo y, en algunos casos, así como conciliar todo esto con los estudios y la familia es difícil para cualquiera, y por eso acabamos en sustitución de las comidas más importantes del día por una galleta aquí y allá; papas fritas, una que otra rebanada de pizza y cuando llegamos al límite, y comenzamos a subir de peso, llega la culpa y el arrepentimiento.
¿Cómo comer menos?
Ahora, es cada vez menos usual el hábito de cocinar y terminamos comiendo afuera, pidiendo comida, y comiendo menos durante el día, lo que en la mayoría de los casos termina resultando en comer demasiado durante la noche, porque es cuando hemos finalizado nuestras actividades, y el hambre acumulada se manifiesta con mayor fuerza.
Obviamente, el exceso de episodios como estos aumentan el peso, por lo que aparecen enfermedades crónicas como la obesidad.
Perder esos hábitos no es tarea fácil, pero no es imposible y en este artículo mostraremos algunos métodos simples para acabar con ellos para siempre.
Elige un plato más pequeño
Cuando usamos un plato más pequeño, la misma cantidad de comida que pondríamos en un plato grande se ve como una porción mucho más grande.
Ese es un truco que podemos usar para engañar a nuestro cerebro, porque automáticamente nos serviremos con menos comida. Ese simple hábito puede hacerte comer hasta un 20% menos.
Usa la mano que tiene menos habilidad
¡Atención! Los zurdos usen la mano derecha y los diestros la mano izquierda, esta es otra pista sensacional, porque automáticamente "desacelerarás la ingesta de comida" y tendrás que concentrarte para coordinar el movimiento de la mano hacia la boca.
No tienes idea de cómo esto puede ayudarte a controlarte, a no exagerar y terminar comiendo más de lo que necesitas.
Cálmate y respira hondo antes de empezar a comer
Esto te ayudará a ir más despacio y a prestar plena atención al acto de comer. Eso es muy importante, porque alivia la ansiedad mientras te estás alimentando, dando la tranquilidad para proseguir de forma consciente.
Aunque tengas poco tiempo, es indispensable que dejes todo de lado y te dediques a la comida. Te sentirás mucho mejor cuando termines.
Disfruta del aroma y la apariencia de tu alimento
Mira la comida, mira las texturas, siente el perfume, imagina el sabor antes de probarlo.
Cambia la forma en que te relacionas con la comida, porque este debe ser un momento de tranquilidad y placer, no te ahogues, y pon en práctica esa pista antes de atacar el plato, y sólo entonces completa esa maravillosa experiencia sensorial.
Come primero lo más sabroso del plato
Buen truco, antes que nada, come lo que más te gusta de la combinación que has hecho, porque dejando esa parte al final, dirás "quiero más" y las probabilidades de querer repetir serán mucho mayores que cuando dejas para comer lo que menos te gusta, al final de la comida. Y a quién no le gusta comer lo mejor primero, ¿verdad?
Come más despacio
Recuerda siempre comer sin prisas, dándote tiempo para masticar correctamente. Cuanto más rápido comemos, mayores son las probabilidades de que ocurra una exageración, porque no le damos tiempo al cerebro para enviarnos la señal de que ya estamos satisfechos.
No hay una sensación más desagradable que comer demasiado, especialmente si te enfrentas a una tarde ocupada.
Las dos primeras mordidas
Cuando mastiques tu postre favorito, notarás que las dos primeras mordidas son las más sabrosas. En ese momento estamos recibiendo un estímulo totalmente nuevo, pero pronto los receptores de ese estímulo se saturan.
Después de la segunda mordida ya te olvidas de apreciar toda textura y sabor del alimento y te alimentas, si tienes hambre, está bien, no hay nada malo, porque continuar es una necesidad del organismo de reponer los nutrientes.
Pero cuando vas a comer algo por puro placer de comer, presta mayor atención a esas dos primeras mordidas, para que puedas controlar mejor si realmente quieres o no seguir comiendo. Es una forma consciente de controlarse y evitar exageraciones.
Apaga la TV mientras comes
El momento de la comida debe tomarse muy en serio, y merece el 100% de la atención. Cuando hay distracciones como la TV, no prestamos la atención necesaria en el acto de alimentarse y por lo tanto no estamos atentos al sabor y texturas de nuestra comida.
Créanme, apagar la TV podría hacerle comer un 50% menos. Además de contribuir a aumentar el diálogo en tu familia, lo que puede terminar por mejorar la comunicación.
Haz fotos de tu comida "no saludable"
Cuando fotografías tus golosinas, descubres casi la mitad de la frecuencia con la que sientes ganas de comerlas, evitando un consumo continuo.
Pero no es por eso que vas a estar publicando todo el tiempo en tu facebook o instagram, ¿de acuerdo? Por el simple hecho de tener pruebas contra tu "crimen", tendrás la sensación de que te lo comiste hace menos tiempo y luego te será más difícil romper tu dieta.
Evita las variedades de alimentos
Contrólate frente a la variedad, ya sea en el almuerzo del fin de semana en casa de la abuela o en el buffet. Normalmente nos descontrolamos frente a mucha variedad de comida, así que respira hondo y piensa en lo que realmente quieres comer y toma decisiones equilibradas.
Recuerda, lo importante es tener una variedad de vitaminas y nutrientes y no muchos alimentos con el mismo valor nutritivo.
