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Claustrofobia: Conoce su alcance y cómo combatirla
Al hablar de fobias, el número es infinito, siendo unas más comunes que otras, y entre las más tormentosas se encuentra la claustrofobia. Esta conlleva a un rechazo de los espacios cerrados, y es muy incómodo para quien lo sufren hoy día.
Con el aumento de la población y los cambios tecnológicos, la condición para los claustrofóbicos se ha hecho más molesta. Los ascensores, transportes y espacios de trabajo, a menudo son más reducidos, lo que para ellos representa un problema.
Si has llegado a pensar que no es una condición preocupante o de riesgo, hoy te invito a conocer el mundo de la claustrofobia, adentrándonos más a su verdadero alcance.
¿En qué consiste la Claustrofobia?
Se cataloga como un trastorno ligado a la ansiedad, y en términos básicos, se trata de un profundo miedo a estar o permanecer en espacios pequeños y herméticos. Lugares como los aviones, el ascensor o incluso un auto, pueden ser incómodos para el claustrofóbico.
Entre más pequeño, oscuro y cerrado sea el espacio, se vuelve más incómodo. Sin embargo, su temor no está condicionado únicamente a las características del espacio, lo que más afecta a la persona, son los pensamientos que desarrolla al momento de estar allí.
En este sentido, las ideas más comunes que los invaden son:
No van a poder salir de ese sitio.
Se va a acabar el oxígeno y tendrán asfixia.
Ocurrirá un accidente.
No van a poder moverse.
Todas estas hipótesis se generan en su mente provocando un estado de pánico, que los domina y hace que su estadía sea muy forzada en esos espacios.
Por lo general, suelen utilizar todas las vías alternas posibles, aunque esto les requiera mayor esfuerzo.
Esta condición también puede presentarse en espacios abiertos, si la persona se ve rodeada de una multitud. Escenarios, como conciertos o manifestaciones, pueden producir el mismo efecto de encierro.
¿Qué síntomas presenta el claustrofóbico?
Quien padece de este mal suele llevar una vida con normalidad, hasta el momento en que se encuentra con alguno de los espacios que lo afectan.
Cuando alguien atraviesa por un episodio de claustrofobia, presenta síntomas físicos y psicológicos, y estos son los siguientes.
Síntomas físicos
Al ser dominado por la ansiedad, esto provoca que su ritmo cardiaco se eleve, al igual que es normal ver un aumento en la sudoración.
Se pueden experimentar náuseas o dolor en el pecho, acompañado de sofoco y dificultad para respirar.
La persona puede llegar a desmayarse, o también puede sentirse débil y aturdido. Su coordinación y movilidad también se ven afectados en algunos casos.
Síntomas psicológicos
Cuando vamos al ámbito psicológico, nos encontramos con la aparición de emociones como miedo, pánico y desesperación. La mente se nubla y se entorpece con pensamientos negativos, y se experimenta una fuerte presión y ansiedad.
Tienden a evitar todo espacio que les resulte incómodo, y si se ven a obligados a estar en uno, ubican de forma ansiosa las salidas.
Actúan con un enfoque muy inclinado a la precaución, y la desesperación puede hacerlos actuar violentamente en algunos casos extremos.
¿Qué produce este trastorno?
En términos básicos es otra mutación del trastorno de ansiedad, pero si lo analizamos en cuanto a factores, podemos apreciar distintos focos.
La causa más frecuente que ocasiona el problema, es el haber experimentado un evento traumático en la infancia.
Hay quienes han sufrido casos donde se quedaron atrapados en un lugar pequeño, o vivieron algún percance mientras viajaban en algún transporte, lo cual generó el miedo.
Por otra parte, también existen padres que utilizaron el encierro como método de castigo. Quienes vivieron este tipo de abusos, automáticamente desarrollarán un rechazo a sitios similares que les recuerden este tipo de episodios. Este mal suele afectar tanto a hombres como a mujeres y se manifiesta en cualquier etapa de la vida.
Desde un punto de vista científico, se cree que el origen del trastorno responde a que hay personas que poseen menor tamaño en un área del cerebro llamada amígdala, siendo esta la encargada de las respuestas al miedo.
Pero, la posición que cobra más fuerza es la concerniente a los eventos traumáticos, ya que es la motivación más frecuente cuando se analiza un caso de este problema.
¿Cómo tratar la claustrofobia?
De acuerdo al grado de temor que padezca el paciente, o la frecuencia con que experimente los episodios, se determinará si requiere o no medicamentos. Pero, en cualquiera de los casos se necesita un tratamiento con terapias.
Existen distintos tipos de terapias, donde cada una está orientada a trabajar un aspecto psicológico distinto, que favorezca al afectado, y las más comunes son las siguientes:
Terapia de conducta: Esta se concentra en que la persona logre una modificación en sus pensamientos, pasando de negativos a positivos ante un episodio. Al controlar sus pensamientos también es posible que domine sus reacciones.
Terapia con exposición: Lleva al paciente a enfrentar su miedo gradualmente, mediante la exposición a espacios cerrados. No se ejecuta de manera abrupta y forzada, es un tratamiento lento, pero bastante efectivo.
Terapia de relajación: En esta se le enseña al paciente una serie de herramientas que lo ayudan a mantener el control y estar relajado ante una situación de ansiedad. Respirar y mantener la concentración, se vuelven armas muy útiles ante el miedo.
¿Cómo afecta la claustrofobia la vida de alguien?
Si bien es cierto que los episodios van a aparecer de forma esporádica en lugares específicos, evitarlos no es tan sencillo. Una de las maneras en que más afecta, es que limita la capacidad de estar, permanecer o trasladarse a cualquier sitio que se desee.
Alguien con este problema puede verse entorpecido para encontrar empleo, ya que, si su espacio de trabajo no cumple con condiciones favorables para él, no podrá aceptar el puesto.
El trasladarse también será otro factor limitante si no posee vehículo propio.
El metro, el autobús, o los aviones se convierten en todo un desafío, y si se desea viajar a parajes lejanos, hay muy pocas alternativas que les resulten cómodas a quien sufre claustrofobia.
Cualquier desarrollo laboral, académico o social puede verse entorpecido por este trastorno, así que conviene tratarlo inmediatamente una vez que aparezca. Si no se controla, con el tiempo el miedo será mucho más agudo.
Tanto la claustrofobia, como cualquier otro conflicto psicológico que integre ansiedad, no debe ser tomado a la ligera. Un episodio ansioso puede ocasionar incluso la muerte, si el grado de temor se sale de control.
Nunca dejes de cuidarte, controlar tus emociones es controlar tu vida.
