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Conoce el verdadero alcance de la conducta violenta
Existe una gran diferencia entre ser una persona franca y frontal, a ser alguien con conducta violenta, pero hay muchos que confunden estos dos conceptos. Y es que la cultura de los últimos años, ha hecho que nos volvamos un poco más agresivos, lo cual es un gran problema.
Es muy cierto que no podemos ir por la calle, con una sonrisa las 24 horas, o que simplemente nos callemos cuando se nos agrede. Pero tampoco es correcto, ni normal, que nuestro carácter refleje una gran carga de agresividad la mayoría del tiempo.
Poseer una conducta violenta, no genera ningún beneficio y puede ser más peligroso de lo que se piensa. Es bueno autoanalizarnos y estar atentos por si alguien cercano posee este problema, aquí te contamos cómo identificarlo.
¿Conducta violenta y ataques de ira es lo mismo?
Estos dos problemas suelen confundirse, pero son distintos en cuanto a su forma de manifestarse, aunque tienen orígenes y motivaciones en común. Es muy importante identificar sus diferencias, ya que esto nos ayudará a actuar correctamente ante quien lo padece.
Ataques de Ira
Los ataques de ira son una respuesta impulsiva, explosiva y en ocasiones hasta inconsciente, es una especie de bomba de tiempo que estalla de momento. Por lo general, quien sufre de este problema puede poseer un carácter apacible la mayoría del tiempo.
La ira puede aparecer de manera sorpresiva al encontrarse bajo mucho estrés, presión o alguna circunstancia desagradable. En la mayoría de los casos, quien lo padece, después del episodio, toma consciencia de sus acciones y se arrepiente de su modo de comportarse.
Conducta violenta
Cuando hablamos de conducta violenta se hace referencia a un estado donde el individuo aplica la agresión de manera generalizada en muchos aspectos de su comportamiento. Esta forma de actuar es constante, consciente y no lo asocia como un problema.
Su agresión se manifiesta de manera, verbal, psicológica y en el estado más crítico, de modo físico, siendo esta la más dañina. Utiliza la respuesta violenta y agresiva como un método de defensa y manipulación, para ejercer dominio sobre otros.
Esta conducta actúa de manera progresiva y puede manifestarse incluso desde la niñez. Es crucial detectarla a tiempo y corregirla, porque a medida que el individuo toma confianza, sus acciones serán más perjudiciales tanto para él, como los que estén a su alrededor.
¿Qué origina este problema?
Es normal sentir rechazo o desprecio para con las personas que poseen este tipo de conductas, y debido a sus acciones no son un buen ejemplo para nadie. Es entendible juzgarlos, pero en la mayoría de los casos hay hechos traumáticos que cultivaron su violencia.
Las razones más comunes que generan una conducta así, son las siguientes:
Maltrato infantil
Se puede catalogar como una de las principales causas, pues cuando un niño es criado con violencia, abusos y agresiones, se le crea la perspectiva de que esto es correcto. La conducta violenta muchas veces opera en ciclos repetitivos de padres a hijos.
Imponer castigos o disciplinas que conlleven daño físico, hacer constante uso de gritos, ofensas y valerse de amenazas, es una fórmula exacta para generar un individuo violento y abusivo a futuro. Los niños cultivan odio hacia su agresor y lo proyectan a los demás.
Abandono
Si sufre abandono de una o ambas figuras paternas, se puede cultivar el pensamiento de que la vida lo trata con hostilidad, y por ende actuar de la misma manera hacia todos, como método de protección.
Muchos niños huérfanos llegan a experimentar conducta violenta y poco respeto por la autoridad, al sentir que no le importan a nadie, su actitud se vuelve agresiva.
Contacto con alcohol o drogas
El alcohol o las drogas pueden llegar producir una dependencia muy fuerte en la persona que las consume, al punto de que su carácter se vea transformado. Al verse privado de un vicio, una persona puede reaccionar de manera muy agresiva en busca de conseguirlo.
Por otra parte, su consumo también altera gradualmente sus emociones, así que mientras se encuentra bajo los efectos de estas, su conducta puede tornarse muy violenta y descontrolada.
Estas son algunas de las causas más comunes, pero una conducta violenta también puede deberse, en algunos casos, a otras patologías psicológicas, como bipolaridad o esquizofrenia.
Consecuencias de poseer una conducta violenta
Nuestras acciones siempre dejan consecuencias y si vamos por la vida con una actitud hostil y agresiva, esta nos dejará una factura nada favorable. Es así como a menudo las personas violentas terminan lidiando con los siguientes problemas.
Conflictos constantes
Si tu forma de comunicarte es violenta y hostil, para algunos será intimidante, pero otros lo interpretarán como una ofensa y responderán de la misma manera.
Las personas con este tipo de conducta chocan constantemente con aquellos que desaprueban su actitud.
Problemas judiciales
La violencia y la agresión se intensifica con el pasar del tiempo, así que no es raro que quien no controle su carácter en algún punto, sea denunciado como agresor. La ley se ha expandido mucho más en cuanto a la aplicación de sanciones a la conducta violenta.
En la actualidad cualquier tipo de maltrato es suficiente motivo para acudir a instancias judiciales y solicitar apoyo. Es incluso recomendable hacerlo cuando esta actitud se aprecia en sus primeras fases y aún no llega a lo físico.
Rechazo y pérdida de oportunidades
Una conducta agresiva puede hacer que alguien pierda su puesto de trabajo, que sea descalificado para un cargo o que se les niegue la entrada a algunos escenarios. Si alguien es violento, esto hace que no sea muy buen elemento para trabajar en equipo.
Cuando en un entorno existe una persona con este tipo de características, la mayoría se abstiene de relacionarse o socializar para evitar sus reacciones y actitudes. Un carácter violento puede incluso opacar por completo el talento de alguien.
Inestabilidad sentimental
Es muy difícil para alguien con esta actitud, encontrar a alguien que tolere su comportamiento, esto hace que la mayoría de sus relaciones sean infructuosas. Por lo general, si una relación así prospera, es porque el violento ejerce control sobre su pareja.
¿Cómo enfrentar el problema?
Si la persona logra reconocer que posee un problema, esta debe buscar ayuda psicológica de parte de un especialista. Los problemas conductuales se tratan con terapia y en algunos casos se llega requerir medicamentos si existen algunas otras patologías.
La base está en lograr controlar sus emociones, reconocer que su forma de actuar hace daño a todos los que están en su entorno y sanar las heridas que ocasionan esa respuesta hostil, hacia todos a su alrededor.
Ningún tipo de violencia es sano y lo que inicia con palabras no tarda en convertirse en hechos. Aparte, todo lo que decimos proviene de ideas concebidas en el subconsciente, así que cuídate y evita este tipo de conducta que puede arruinar tu vida en un segundo.