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¿Cuáles son los riesgos de una vida sedentaria?
La inactividad física es un problema de salud pública que afecta a miles de personas en el mundo, contribuyendo como un factor de riesgo importante en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
¿Qué es el sedentarismo?
El sedentarismo se define como la inactividad física, es decir, cuando una persona pasa la mayor parte del tiempo sin realizar ningún tipo de actividad que involucre el movimiento de su cuerpo.
Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud considera que
Una persona sedentaria es aquella que no realiza movimiento que puedan superar más del 10 % de la energía que utiliza mientras está en un estado de reposo.
Sumado a esto, la misma organización resalta que la actividad física o deportiva son los movimientos realizados con el cuerpo, los cuales requieren un consumo de energía.
¿Cuál es la causa de una vida sedentaria?
El sedentarismo está asociado al estilo de vida de las personas, depende del tiempo que tenga disponible para ejercitarse, entre otros factores.
Adicionalmente, otra de las causas es la distancia de la locación para practicar la actividad física o la ausencia de áreas verdes cercanas al domicilio para poder realizar deporte.
Así mismo, otro gran grupo de personas, que sugieren un riesgo cardiovascular son los adultos mayores, ya que a esta edad pueden presentarse dolores musculares y articulares que pueden imposibilitar los movimientos.
Entonces, estas personas prefieren descansar la articulación y los músculos antes de realizar alguna actividad física.
Características de la vida sedentaria
Una persona sin hábitos deportivos, con el tiempo puede desarrollar malestares en el cuerpo, los cuales son signos de que la inactividad física es prolongada.
En líneas generales, las personas que no practican alguna actividad y no se alimentan de manera saludable y balanceada, suelen aumentar de peso fácilmente, dando lugar a la obesidad.
Así mismo, todo el peso que adquieren no es de masa muscular, sino de tejido adiposo, por lo cual tienen una pérdida de masa muscular, lo que repercute a favor para la aparición de enfermedades metabólicas importantes.
También, las personas sedentarias son propensas a padecer de desbalances hormonales, enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión.
No obstante, cuando ya se ha instaurado la patología, pueden adherirse otros síntomas que ameritan seguimiento y tratamiento médico.
¿Cómo identificar que tengo una vida sedentaria?
Por suerte, no requieres de una evaluación exhaustiva para determinar la presencia del sedentarismo en tu vida.
Los siguientes datos te ayudarán a identificar si verdaderamente pasas muchas horas inactivo.
Pasas la mayoría del tiempo sin gastar energía con tus movimientos como, por ejemplo, dedicas muchas horas del día a mirar televisión, navegar por internet, entre otras.
Trabajas o juegas en un computador durante horas.
Te fatigas con facilidad al caminar cortas distancias.
¿Cuáles son los riesgos y consecuencias del sedentarismo?
Los riesgos de un estilo de vida poco activo son las enfermedades que pueden aparecer y, por supuesto, las consecuencias son los mismos efectos de las patologías sobre el cuerpo.
De esta manera, tanto en niños y adultos los riesgos son similares, algunos de ellos son.
Riesgos del sedentarismo en la población infantil
Progresivo aumento del peso.
Dificultad para dormir.
Problemas cardiovasculares, metabólicos y respiratorios.
Riesgo del sedentarismo en la población adulta
Mayor probabilidad de morbimortalidad con enfermedades cardiovasculares (síndrome coronario agudo) y metabólicas (diabetes mellitus tipo 2).
Además, la morbilidad no es solo de las enfermedades ya mencionadas, sino de cualquier patología.
La obesidad y el sedentarismo
La obesidad es un diagnóstico, aparte es un factor de riesgo para muchas enfermedades. Por esta razón, es fundamental prevenir su instauración.
El sedentarismo está estrechamente vinculado con la obesidad y ambos tiene un pilar terapéutico semejante, la actividad física.
Una persona sedentaria y obesa, necesita de estudios periódicos, con la finalidad de constatar la existencia de alguna morbilidad.
Es así, como la actividad física en conjunto con los cambios en el estilo de vida, ayudan tanto para disminuir el peso, mejorar la presión arterial y, con esto acabar con el sedentarismo y la obesidad.
Recomendaciones de la OMS para la actividad física en adultos
Una persona adulta con edad comprendida entre los 18 y 64 años, requiere ejercitarse diariamente, para disminuir el riesgo cardiovascular y metabólico.
Igualmente, los beneficios que goza de una vida activa son los siguientes.
Prevención de la hipertensión arterial y otras patologías del corazón.
Disminución de la incidencia del cáncer.
Previene la ansiedad y la depresión.
Sueño nocturno conciliador.
En relación con lo anterior expuesto, las recomendaciones de la OMS son.
Practicar ejercicio al menos entre 3 y 5 horas semanales.
Se recomienda el ejercicio aeróbico con una intensidad moderada.
También, aconsejan entre 1 y 5 horas de ejercicio aeróbico intenso semanal.
Ambas modalidades pueden fusionarse, lo importante es que organices la semana y puedas realizar mínimo una hora de actividad física.
Realizar ejercicios de fuerza/peso para mejorar la masa muscular, por lo menos dos días a la semana.
Por su parte, la OMS sugiere a la población adulta, ha disminuir los tiempos de ocio, en el cual solo estén acostados o sentados durante horas.
Cabe mencionar, que cualquier actividad física es válida, no necesariamente tienes que ir a un gimnasio, ya que cambios en tu rutina diaria pueden marcar una diferencia.
Aunado a esto, si vives en un edificio en lugar de usar el ascensor utiliza las escaleras, si debes salir cerca de casa no vayas en auto, sino caminando. Estas y otras medidas puedes implementar para tener una vida más activa.
Por último, los adultos de más de 64 años de edad es recomendable unas 5 horas semanales de ejercicio físico y 3 días apartados para ejercicios combinados, es decir, actividad aeróbica y de fuerza.
La actividad física es un factor que previene una amplia gama de enfermedades metabólicas y cardíacas.
De igual forma, repercute de manera positiva en la salud mental, porque mejora el rendimiento y la calidad del sueño, así como prevenir enfermedades como la depresión.
Por otro lado, un estilo de vida activo te ayuda a tener un control del peso, para evitar variaciones extremistas, como la obesidad.
