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Descubre los errores y consecuencias más comunes en la limpieza de los oídos
Pese a su diminuto tamaño, la acumulación de cera en el sistema auditivo, nos motiva de manera insistente a su aseo. Sin embargo, la limpieza de los oídos, no es tan fácil como se piensa, y es que esto ha traído diferentes errores con consecuencias graves.
Los oídos son un órgano bastante sensible, tanto en su área interna como externa, y la piel debe tratarse con delicadeza. La limpieza que se efectúa a profundidad, requiere que se haga con extremo cuidado, debido a que una infección puede ser toda una pesadilla.
Errores más comunes al limpiar los oídos
Inundarlos con agua
Algunas personas tienen por costumbre tomar una jeringa, e introducir cierta cantidad de agua en el oído, lo cual no es muy recomendable.
Ciertamente, no es un método incorrecto del todo, pero si no se hace apropiadamente puede acarrear problemas.
El agua debe secarse por completo, ya que si quedan residuos podría hacer que el oído se infecte. Además, se bebe implementar una jeringa nueva a cada sesión.
Una simple razón para evitar hacerlo, es el hecho de no poder visualizar el interior del oído, así que no es recomendable introducirle agua.
Limpiar con hisopos
A simple vista, pareciera que los hisopos son la herramienta más indicada para este oficio, pero la verdad es que es todo lo contrario. Ya desde hace mucho, se hace la advertencia de que no se usen para este tipo de limpieza, pero la mayoría lo ignora, aumentado más su aplicación.
El problema que presentan, es que la cabeza de algodón que posee el hisopo, puede hacer que la cera se introduzca más, en vez de salir. Además, tienden a desprenderse y atascarse en el oído interno, lo que es bastante molesto y peligroso.
Otro factor negativo es la rigidez del hisopo, que lo convierte en un objeto con poco tacto para la zona donde se utiliza. Como no es tan sencillo emplearlos, podrías terminar ocasionando un accidente, daño a la piel o algún área interna.
Usar cualquier objeto
Hay quienes son extremadamente cuidadosos, pero otros, toman lo primero que se les atraviese y lo introducen en una cavidad tan sensible como el oído.
Este es uno de los principales factores de daños, lecciones e infección, ya que es un acto de plena irresponsabilidad.
La piel externa del oído es sensible, y su composición interna lo es el doble, así que objetos, filosos, cortantes o puntiagudos, no son la mejor opción. Otro punto negativo es que los objetos como tijeras, llaves, lápices y otros, pueden estar llenos de bacterias.
Limpieza extrema
Está bien ser aseado, pero hasta en este aspecto los extremos son peligrosos. Hay quienes se obsesionan con retirar el cerumen, lo cual es contraproducente.
Todo en el cuerpo cumple su función y hasta la cera tiene una tarea, pues es el protector natural del oído. Ese material viscoso que brota de nuestros oídos, evita el crecimiento de hongos y bacterias que pudieran aparecer en esta zona.
También, actúa como lubricante natural, para evitar que el conducto auditivo se llene de agua. Y como último beneficio, es un buen método de defensa, para impedir que algún insecto se introduzca en la parte interna del oído mientras dormimos.
No se debe limpiar el área interna, la cera aflora a la salida del oído por si sola, y nada más debemos retirar el exceso.
Utilizar una vela
Por extraño que parezca, esta práctica ha sido aplicada por muchas personas, y consiste en usar una vela especial con forma de cono. De ella, se introduce cierta parte en el oído, para que el calor provoque que la cera aflore, sin embargo, se demostró que es improductivo y peligroso.
Es un procedimiento innecesario, porque como dijimos anteriormente, la cera se dirige naturalmente hacia afuera.
Pocas personas aseguran haber conseguido que funcione, no obstante, otras que se arriesgaron, sí han conseguido lesiones y quemaduras.
Métodos para limpiar fácil y sin peligro
Siempre aplica líquidos en gotas
Ningún exceso de líquido en el oído es favorable, por eso si tu producción de cerumen es muy abundante, y utilizas algún producto para facilitar su salida, aplícalo en gotas para que sea fácil de limpiar.
Algunos de los productos más empleados son, el agua oxigenada, aceite para bebe, aceite de oliva o solución salina. Esto mayormente en los casos donde se originan cúmulos de cerumen interno, que dificultan el funcionamiento auditivo.
Pañuelos húmedos o de papel
Si tu producción de cera es de manera ordinaria, cada cierto tiempo aparecerá en el orificio de tu oído. Nada más retira este excedente con un trozo de papel suave, o también puedes implementar un pañuelo húmedo desechable, que además, es práctico para limpiar el resto de la oreja.
Antes consulta al doctor
La limpieza de los oídos es algo cotidiano, que por lo general, no requiere de gran esfuerzo. Pero si tienes excesiva producción de cera, antes de aplicar cualquier método sugerido, consulta a un profesional.
En algunos casos se puede requerir de alguna solución específica, o algún tratamiento recetado médicamente, en donde los métodos tradicionales simplemente serian riesgosos o inútiles.
La higiene es la primera medicina que debemos aplicar para el cuidado de nuestro cuerpo, y por eso, no hay que tomar su uso a la ligera, y menos si se trata de áreas tan útiles y sensibles.
No olvides cada uno de estos consejos, pues son la clave para mantener tu sistema auditivo sano y activo.