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¿Está llegando el fin de los alimentos procesados?
Las opiniones se dividen de forma drástica cuando se habla de alimentos procesados, esos facilitadores de nuestras comidas que pueden traernos enfermedades.
Actualmente, se tiene la intención de mejorar la alimentación a nivel mundial. Y, también, disminuir los índices de frecuencia de las enfermedades asociadas a este tipo de comida.
Por ende, se está determinado un balance adecuado entre aquellos víveres de origen natural y los de fuentes industriales. A raíz de ello, queremos ayudarte a comprender qué debes hacer, qué evitar y cómo mejorar tus hábitos alimenticios sin muchos inconvenientes.
¿Qué son exactamente los alimentos procesados?
Cuando hablamos de este tipo de comida hacemos referencia a aquellos que son sometidos a diferentes procesos. En esencia, todos aquellos que sean químicos, físicos o de conservación; con la intención de alterar y mejorar su composición.
Existen métodos que se utilizan para hacer más sanos los alimentos, como la pasteurización, aplicada a la leche para eliminar las bacterias. Otros, están enfocados en hacerlos más dulces, duraderos o incluso, alterar su sabor, poniendo en riesgo a los consumidores silenciosamente.
Cabe destacar que existen niveles de procesamiento y de esto depende, en gran parte, la naturalidad de los mismos.
Alimentos mínimamente procesados
Podemos comenzar hablando de los mínimamente procesados cuando son comestibles cuya industrialización solo está justificada para mejorar o facilitar su consumo.
Luego, están aquellos con ingredientes añadidos, donde se anexan elementos que mejoran el sabor, la textura o las propiedades.
Alimentos muy procesados
Continuamos con los muy procesados donde se ubican algunos ejemplos como las galletas, los cereales y embutidos. Todos ellos son preparados para prolongarse periodos largos de tiempo en anaqueles.
Alimentos altamente procesados
Finalizamos con aquellos que son ampliamente procesados, como los platos para microondas o las pizzas que están congeladas.
Recalcar que en cada nivel existen ciertos riesgos, pero se podría decir que aquellos más cercanos a los primeros peldaños, son menos lesivos.
El procesamiento es simplemente una idea que ha mejorado la vida de muchos. No obstante, si no se controla, puede conllevar efectos no deseados.
¿Por qué algunas personas quieren eliminarlos de su dieta?
Al pasar los años, los alimentos procesados han comenzado a convertirse en la normalidad de muchas personas y es entendible. Este tipo de comestibles facilita la vida, ahorra tiempo y, sobre todo, siempre están listos para ser consumidos.
Empero, los efectos secundarios de los aditivos han comenzado a hacerse campo y muchas personas están descontentas. El índice de obesidad y malnutrición asociado a esta clase de alimentos es realmente alto y esto ha generado un rechazo a su utilización.
Es necesario aclarar que no todas las categorías de alimentos industrializados tienen este estigma, solo aquellos de los niveles más altos. Es decir, mientras más conservantes son utilizados, menos nutritivos y saludables se vuelven los platos.
Hacerse a un lado del consumo de este tipo de comestibles es complicado. Pues, gran parte de las cosas en nuestra despensa pueden, fácilmente, entrar en esta definición. Aun así, no es imposible y tampoco es necesario deshacerse de todo.
¿Realmente son dañinos para tu salud?
Acá debemos aclarar otro mito sobre los alimentos procesados. Muchas personas piensan que de nada más comerlos ya hacen daño. No obstante, nada está más lejos de la realidad, pues lo dañino es el consumo en exceso.
Un ejemplo excelente es el de las cadenas de comida rápida. Particularmente, la mayoría emplean procesamiento para que sus alimentos tengan mejor sabor y duración. Al mismo tiempo, añaden azúcares y conservantes que, aumentan el riesgo de obesidad.
¿Cómo alternarlos con alimentos más sanos?
Dejemos algo claro, sacar este tipo de comida de nuestras mesas no es algo de un día para otro. Tomando en cuenta lo anterior, la recomendación es que comiences por reducir su consumo.
Lo ideal es hacerlo poco a poco, mientras te acostumbras. Ten en cuenta que esto también te ayuda a evitar los efectos adversos como los trastornos de ansiedad.
Por ende, puedes tomarte el tiempo que desees. Un método magnífico, es ir cambiando estos ingredientes en tus comidas. Practica reemplazando uno a uno, hasta que tengas un plato natural o muy poco industrializado.
¡Estos son algunos alimentos que puedes incluir a tu dieta!
Si estás decidido a alejarte un poco de los alimentos procesados, hay varios productos que puedes conseguir en cualquier supermercado. Lo primordial es alejarte de las bebidas azucaradas, cámbialas por agua o puedes agregarle trozos de fruta para darla un sabor diferente.
Después, continúa por los cereales y granos, consigue aquellos que ameritan preparación y no los enlatados. Del mismo modo, cambia el tipo de carnes que consumes, deja de lado las salchichas y opta por carnes frescas.
En lo que respecta a las meriendas y snacks, puedes trocear algunos vegetales o incluso preparar tus propios chips en casa.
Si el tiempo no está a tu favor, cocina con antelación, en un fin de semana puedes preparar lo que comerás en los siguientes días. Esto reduce el uso de platos de microondas.
Hay que destacar que el contenido de grasas de los procesados es alto, pero sustituirlo por una de mejor calidad no es difícil. Con un poco de aguacate o frutos secos, tendrás grasas que te darán muchísimos beneficios y no inducirán su acumulación en tu cuerpo.
Por último, no olvides que este tipo de alimentos han estado en tu dieta desde hace años. Lo importante es que cuides de tu salud y que tomes conciencia sobre la importancia de tener en casa comestibles naturales.