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Estrés y ansiedad: Enfermedad en pandemia
Enfermedades silenciosas.
La pandemia nos ha encerrado en nuestros hogares para cuidarnos de un virus, pero el encierro ha traído consigo un gran número de enfermedades silenciosas que son más potentes y poderosas que el mismo virus.
Tal es el caso de la ansiedad y el estrés. Muchos hogares hoy en día son víctimas de estas dos anomalías las cuales se pueden gestar por patrones de comportamiento, social, emocional, físico o económico.
Muchas pueden ser las causas del mal manejo de las relaciones o comunicación dentro del hogar. Uno de los más comunes son los problemas económicos, y en segundo plano se encuentra el plano emocional, muchas familias antes del encierro en casa no convivían mucho tiempo solos, ahora con el protocolo de encierro a muchos hogares les toco convivir y el encierro dejó ver lo peor de cada quien provocando discusiones, pleitos y contiendas.
Estrés en el hogar
El estrés en un sentimiento del cual todos podemos sufrir tanto física como emocionalmente. No necesariamente puede vivirla o experimentarla un solo miembro, hay hogares en los que todos los miembros son víctimas de episodios de estrés.
El estrés en casa es uno de los focos que más problemas trae en nuestro entorno ya sea laboral, de estudios, etc. Como alguien que se encuentre en su intimidad del hogar, así mismo lo reflejara en las demás áreas en donde se desenvuelva.
Furioso, frustrado y nervioso
Así se sienten muchos miembros del hogar, esa reacción es provocada por situaciones que nos sacan de nuestra zona de confort, situaciones incómodas, difíciles, desafiantes que atentan en contra de su estabilidad, emocional, mental, física y económica.
Si no se logra combatir estos episodios de estrés en el hogar, termina desencadenando otro tipo de enfermedades más peligrosas, como por ejemplo muchos accidentes cardiovasculares o infartos. Cuando ya los episodios de estrés duran por más de semanas o meses, nos enfrentamos a una enfermedad crónica muy peligrosa.
Por eso, es necesario que como familia decidan parar, respirar y revisar que está provocando estos malestares. Es importante sacar lo que nos hace daño y buscar ayuda en especialistas o alternativas que nos ayuden a superar los conflictos que generan el estrés.
Llegó la ansiedad a mi hogar
La ansiedad es esa sensación de miedo, preocupación e insomnio. A veces produce sudoración excesiva, taquicardia, palpitaciones, inquietud, paranoia.
Todas las personas sufriendo de ansiedad pasan sus días luchando contra una fuerte afección mental. Viven con un temor al por venir, y sienten que con cada paso que den se caerán al vacío.
En estos tiempos de pandemia muchas familias se han quedado atadas a la ansiedad, paralizadas desde sus casas, con temores a lo que pueda ocurrir y esto les impide avanzar en otras áreas provocando un estrés que trae enfermedades consigo.
Síntomas de una persona ansiosa y estresada
Malestar constante, cíclico, personas que sufren constantemente de diarrea, fiebre, malestar, e incluso virosis.
La falta, o falla en la memoria es otro factor importante a tener en cuenta, si en casa hay episodios de estrés y ansiedad. Personas que lo olvidan todo, no saben terminar algo y se abruman porque dejan todo inconcluso.
La falta de energía y concentración es otro factor importante a estudiar al igual que la fatiga y falta de sueño. Las personas no saben a qué asociarlo, pero en muchos casos es por episodios de estrés y ansiedad.
Sensación de peligro constante, nerviosismo, el pensamiento de que algo malo puede suceder, cualquiera de la familia puede morir, miedo recurrente a morir o perder.
Una variación acelerada en el ritmo cardiaco, sudoración excesiva, miedo a la oscuridad, problemas cardiacos y gastrointestinales, todos productos a lo que la persona puede estar sintiendo en su mundo interior.
¿Qué hacer si estamos atrapados en el estrés y la ansiedad?
Detecta qué está pasando en tu hogar, evalúa si hay estrés crónico o agudo y si está acompañado de ansiedad, luego siéntense a hablar como familia, identificando a su verdadero enemigo, el cual es esta enfermedad.
Busquen ayuda profesional, un guía o psicólogo que les pueda orientar y ayudar a salir de esta situación.
Hagan una lista de acciones y pensamientos tóxicos que alimentan el estrés y la ansiedad y luego deséchenlo de sus rutinas diarias, es necesario comenzar a cambiar.
Es necesario crear rutinas y hábitos diarios saludables, evitar al máximo el puntillismo, la adicción a la TV o teléfonos y establecer rutinas de trabajo, comunicación, interacción en familia y descanso, lo más importante es no llevar el cuerpo y la mente al colapso, porque de allí radica todo.