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¿Tu pareja tiene ataques de ira? Atento con estos red flags
La ira forma parte de las emociones adaptativa que aparecen ante situaciones en las que nos sentimos amenazados o frustrados. En muchas ocasiones la ira aparece como un mecanismo de defensa ante estas situaciones.
Sin embargo los ataques de ira son una expresión desproporcional y desregulada de esta emoción.
Puede pasar que las circunstancias extremas lleven a tu pareja a un ataque de ira, pero si estos episodios son comunes dejan de ser adaptativos y se vuelven un problema necesario de abordar a la brevedad posible.
Si no se trata este problema lo más probable es que desgaste la relación, la pareja se va desgastando y se pierden los momentos de intimidad. Si tú o tu pareja tienen problemas para controlar la ira deben asistir a terapia, para mejorar como persona y como parte de la pareja.
Nadie merece ser maltratado o abusado ni verbal no físicamente, si tu pareja arremete contra ti, busca ayuda, no te quedes en silencio.
Este tipo de situaciones puede incrementar de nivel progresivamente, si esto es así, lo mejor es buscar ayuda terapéutica y plantear si seguir con la relación. La solución empieza tanto por aprender a controlar la ira como por aprender a expresarla.
¿Cómo debo reaccionar ante un ataque de ira de mi pareja?
Si esto ocurre debes intentar no alterarte tú también, esto puede generar un efecto contraproducente. Si te sientes en peligro, no dudes en llamar por ayuda.
Mantén la calma: procura no responder con el mismo nivel de enojo, evita atacar o insultar a tu pareja, ya que esto puede ocasionar que la situación empeore que empeore.
Sé empático: esfuérzate en ponerte en el lugar de tu pareja e intentar entender de qué forma se siente y por qué.
Trata de conversar: Una vez que haya disminuido el nivel de alteración de tu pareja, utiliza un tono de voz suave y comunícale a tu pareja como te has sentido.
Consejos para gestionar y disminuir los ataques de ira
Si eres tú quien tiene ataques de ira aquí te presentamos algunos consejos para regularte en estos momentos.
Intenta calmarte: Repite frases que te ayuden a mantener la calma y te lleven a lugares positivos en tu mente, puedes mantener la calma, esfuérzate en no alterarte demasiado. Así evitarás llegar a un nivel muy alto de activación y podrás conversar acerca de la situación de una forma calmada.
Haz ejercicio físico: Esto ayuda a dejar las emociones contenidas como la rabia o la frustración.
Comunícate: Es muy importante que puedan expresar como se sienten ante estas situaciones, que les molesta o preocupada sin agredirse, procurando ser asertivos.
Trabajar la empatía: La empatía es la capacidad de poder percibir y entender los sentimientos del otro. Práctica ponerte el lugar de la otra persona con el objetivo de entender cómo se puede estar sintiendo.
Practica técnicas de relajación: Las técnicas de meditación o respiración ayudarás a bajar los niveles de ira. Si sientes que te estás alterando puedes comunicarle a tu pareja que necesitas retiraste un momento del espacio para calmarte y poder continuar la conversación de una mejor manera.
Respira profundo e intenta regular tus niveles de molestia, piensa en que puedes controlarlo y luego intenta identificar por qué te alteraste de esa forma.
La terapia de pareja e individual es un aliado para aprender a manejar estos momentos de ira y entender por qué se originan.
Creencias erróneas sobre cómo gestionar los ataques de ira
Está bien expresar la ira libremente
Tus emociones son válidas, pero hay maneras efectivas de expresarlas y cuando se suelta la rabia sin filtro esto puede derivar en situaciones violentas y dañinas.
Huir
Lo ideal es estas situaciones es que puedas controlar la expresión de tu molestia de forma adecuada, tomarse un momento para calmarse puede ser efectivo pero evitar enfrentarse a la situación a nocivo a largo plazo.
Ya que no favorece el manejo real de tus emociones solo intentas evitar tus sentimientos o las situaciones que los produjeron.
Intentar modificar lo que nos provocó ira
En vez de apostar con cambiar a nuestra pareja, debemos esforzarnos por comunicar como nos sentimos con las situaciones e intentar encontrar un acuerdo para ambas partes que haga crecer a la relación.
Las relaciones de pareja en ocasiones se tornan intensas, la cercanía nos hace propensos a experimentar fuertes sentimientos en las discusiones.
Sin embargo no debemos olvidar que tenemos la capacidad para desarrollar de forma efectiva la gestión de nuestras emociones.
