Cuadrando el plan del ego con el de mi alma.

José Miguel Fernández Nápoles
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Cuadrando el plan del ego con el de mi alma. – Jose Miguel Vale – WebMediums
“Yo lo guiso y me lo como"

A veces siento el impulso de compartir lo que pienso y siento, más que nada para redactarlo, que es una forma que tengo de hacer un poco más consciente eso que anda suelto por allá dentro.

Es como quien sirve un plato de lo que ha guisado para si mismo y lo pone en una mesa en el portal de su casa, por si pasara algún caminante hambriento y quisiera probar un bocado.

Y le pongo pimienta y sal, elijo el tiempo de cocción y procuro que esté a mi gusto, porque nadie me ha hecho un encargo, ni me ha contratado como cocinero.

Y hoy quiero hacer un cocido que me gusta mucho, quiero meterme en lo hondo, como se dice en las calles del pueblo donde nací, mojarme sin remilgos y poner los ingredientes en las cantidades que me dicta el corazón, sin detenerme mucho a pensar si les gustará a los posibles comensales (que sois vosotros)

Este es el cocido:

Algo me dice que todo está bien en mi vida y que no hay errores, que no tengo que estar temeroso de que al final del camino se aparezca un juez y pegue un martillazo encima de la mesa y diga: ¡tú, para el infierno!

A lo largo de la historia de la humanidad siempre ha habido quienes tienen mucho interés en que las grandes masas de personas, estén temerosas y sean obedientes y no roben ni maten, pero se dejen robar y matar.

Entonces, en algún momento de mi vida, pensé que religión y espiritualidad eran sinónimos y no quise saber nada más de esto.

Luego me apretó el zapato y por un momento alcé los ojos y rogué a Dios que me acompañara. Inmediatamente después, me dije: "pero si tú no crees" ¿De verdad no crees?

Cuadrando el plan del ego con el de mi alma. – Jose Miguel Vale – WebMediums
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Y me puse a buscar en libros, internet, redes sociales y leí cuanto me cayó en las manos y miré vídeos, escuché audios, reportajes, testimonios.

Ya había leído los evangelios y volví a leerlos con otro entendimiento, otra luz que seguramente Dios me daba y no encontré en ellos nada abominable, pero entre líneas, muy sutilmente, a veces, más palabras de hombres que de Dios, más cosas de la iglesia que santificó las cruzadas, que se puso al lado de los explotadores y amos, que separa, divide a los seres humanos en malos y buenos, pecadores y santos.

Y por suerte para mi, no tiré la toalla y seguí buscando, hasta que encontré en el silencio lo más preciado, en el contacto con la naturaleza, en la introspección humilde.

Creo que el primer paso es percibir la divinidad que somos, lo cerca que estamos de Dios o como quieras llamarlo. La magia que se manifiesta y se hace consciente a si misma, en el increíble misterio de la existencia humana.

Cuadrando el plan del ego con el de mi alma. – Jose Miguel Vale – WebMediums
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Y entonces toma forma lo que dijo Pablo de Tarso: "el ser humano es cuerpo, alma y espíritu" Y uno se da cuenta que el cuerpo es lo perecedero, es transitorio y el alma y espíritu que somos, son eternas.

¿Cómo podría entonces saber cuando soy mis pensamientos y emociones que son inherentes al cuerpo físico y cuándo es mi alma la que toma el mando?

Pues a estas alturas de la existencia efímera del cuerpo que sirve de vehículo a mi alma para vivir esta experiencia humana, cuando han pasado siete décadas de existencia de esa mente asociada a lo que es más fácil de percibir, a eso que creí que era yo, durante tanto tiempo, progresivamente voy percibiendo que es mi alma quien lleva el timón de mi barco.

Ella da libre albedrío al pequeño yo y en dependencia de sus decisiones, le vuelve a poner delante otra y otra disyuntiva, que es a la vez, la que más conviene al proceso evolutivo y desarrollo de la consciencia.

Es como si de pronto tuviera toda la confianza que tiene un niño cuando su padre lo lleva de la mano.

Y no puedo saberlo con certeza, pero hay indicios que me dicen que es este el camino que conviene a mi alma:

Esos indicios son:

Los Seres humanos con los que me relaciono, me respetan, me quieren, buscan mi compañía, sobre todo los más cercanos, que son los más difíciles.

Percibo un mundo amoroso allá afuera que me arropa y me brinda aceptación, aún cuando cometo aparentes errores, que luego resultan ser oportunidades.

Cada día tengo menos miedos y vivo en un gozo sin sentido aparente que a la vez comparto con quienes lo deseen.

No tengo enemigos, ni personas que me molesten, ni que yo considere que pueden hacerme daño, ni que tenga sentimientos de recelo hacia ellos, aunque piensen diferente de mí.

Esas son las razones por las cuales creo que debo seguir confiando en que el plan que tiene mi alma, es compatible con el plan que mi pequeño yo, está siguiendo.

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