En busca de la calma
CALMA
Quería comprar un gramo de calma en el corte inglés alguna oferta en amazon en la red de tiendas locales. No buscaba una calma nueva empaquetada en celofán para regalo me conformaría incluso con una de segunda mano un pedazo de calma usado que yo pudiera atesorar en mis tardes y no fuera tan caro. Más, por mucho que busqué no encontré ni en los centros espirituales y tuve que acostumbrarme a vivir sin sosiego arreado por los inquilinos de mi mente: preocupaciones estériles descontentos y miedos agazapados Un día iba dándome con los talones en la espalda iba empujando cuesta arriba una amargura cuadrada de esas que ni siquiera cuesta abajo ruedan Y de repente sin saber cómo ni cuándo gracias a no sé que acuerdo con lo divino a través del prisma de mis lágrimas me invadió desde tus ojos la magia que yace en tu mirada y desde entonces, descubrí el amor que me llenó de calma