Estrés infantil
Llevamos varios artículos hablando del estrés en niños, un estado que cada vez se ve manifestado de manera tan frecuente que las escuelas donde estudian han empezado verdaderas campañas lúdicas con los pequeños para evitar el estrés y tener niños tranquilos, dedicados solo a estudiar.
Sin embargo, es necesaria la intervención de los padres para evitar el estrés infantil ya que son los padres uno de los principales causantes de que los niños creen miedos o se esfuercen sin querer hacerlo por voluntad propia, esto genera comportamientos agresivos en niños y posteriormente se ven manifestados en apariencias de cansancio, disgustados y bajo rendimiento escolar.
La primera señal de que nuestro hijo esta estresado es cuando todo comienza a disgustarle sin razón, es decir, que de repente no soporta las actividades a las cuales estaba acostumbrado y no tiene deseos de realizar ninguna actividad escolar.
Recuerda que este comportamiento es señal de estrés siempre y cuando sea repentino, ya que es un comportamiento asociado al déficit de atención, por lo que es necesario estudiarlo de cerca.
La siguiente señal de estrés infantil es el desánimo, los niños se destacan por su energía y niños muy tranquilos son señal de que tienen algún problema y si a este comportamiento le sumamos muestras de cansancio inexplicables es probable que tu hijo este estresado.
Es recomendable reducir la presión en los niños, al igual que nosotros ellos miden sus energías y las distribuyen para diferentes actividades. Por ser niños no significan que solo deban jugar o que solo deban estudiar y existe una gran diferencia entre tener pereza por realizar su actividad escolar a sentirse presionados y estresados por cumplirla.
El estrés infantil es inducido, no aparece como un comportamiento natural y como mencionábamos los padres tienen mucho que ver en esto, recuerda que son niños y para ellos es difícil entenderlo y mucho menos tratar de superarlo por si solos.
En ocasiones, se puede combatir el estrés infantil a través de terapias familiares. Estas consisten en reducir la carga de responsabilidades del hogar y educativas a los niños e intentar realizar actividades físicas y deportivas con ellos.
Generalmente estas actividades en familia funcionan y el niño empieza a recobrar poco a poco sus energías y se ofrecerá como voluntario para hacer actividades del hogar. Pero, cuando los viajes y pequeñas vacaciones no dan ningún tipo de resultado, es necesaria la ayuda de un profesional.
No se trata de inducir al niño consumir medicamentos psicoemocionales, al contrario, se trata de encontrar las razones de fondo al problema que sé está presentando y descubrir que motiva al niño a sufrir de estrés infantil.
Posteriormente, indicara las terapias a realizar y las actividades que el niño puede y no puede hacer, con el fin de desaparecer el estrés infantil.