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Descubre los efectos del enojo sobre tu salud
Experimentar incomodidades que te pueden llevar a los límites de tu tolerancia, es algo normal, sin embargo, el enojo pueden afectar tu salud, y no nos referimos solo a la emocional.
Así como la risa puede ser muy productiva en el ámbito físico y emocional, el enojo tiene un efecto muy contrario a esta. Llega a ocasionar daños en nuestro cuerpo y a perjudicar nuestras relaciones interpersonales.
Ciertamente, el enojo es un sentimiento espontáneo, pero aun así, controlable, y para que te determines te muestro sus consecuencias.
¿Cómo afecta a mi cuerpo el enojo?
Las emociones están estrechamente ligadas al funcionamiento de nuestro organismo, por eso no es de extrañar que el enojo tenga algunas repercusiones sobre el mismo.
Por ello, comprenderás que el evitar enojarse es una práctica muy sana, ya que así te proteges de los siguientes problemas.
Fallos cardiacos
El enojo provoca una alteración fuerte en el estado emocional, que genera un aumento de presión y flujo sanguíneo. Esto también se acompaña del incremento en sustancias como la adrenalina, que termina descontrolando el estado natural del cuerpo.
Cuando esta acción ocurre con frecuencia, da por resultado la aparición de arritmia o taquicardia, descontrol en la presión arterial, y en casos más fuertes, puede llegar a provocar infarto.
Dolor
Cuando atravesamos por un episodio de enojo nuestro cuerpo libera adrenalina en fuertes cantidades, que es la misma sustancia que se libera en situaciones de peligro.
Esto acarrea que al volver a un estado de reposo podamos percibir dolor en algunas áreas del cuerpo.
Por lo general, las zonas más afectadas, son la espalda, la cabeza y los hombros. No es una respuesta que ocurra con frecuencia, pero si el estado de enojo es fuerte o constante, de seguro que el dolor se manifestara.
Daña el hígado
Con el enojo se origina un incremento en la producción de bilis, que va más allá de los estándares normales.
Esto crea un descontrol en el correcto funcionamiento hepático, y a medida que ocurre con más frecuencia, va deteriorando este órgano y también la vesícula.
Afecta la piel
El enojo entra dentro los fieles colaboradores del estrés, y cuando este domina gran parte de nuestro día puede ocasionar sarpullidos, ronchas o comezón.
Por otro lado, cuando estamos enojados, nuestro sentido del tacto se nubla, así que podemos ser más bruscos de lo normal al rascarnos o frotarnos, haciéndonos daño.
¿Cómo afecta el enojo mis relaciones?
El enojo prolongado y continuo, no solo acarrea problemas físicos, sino además, sociales y psicológicos, ya que no es una conducta muy favorable a la hora de realizar relaciones efectivas.
Mala comunicación
Una de las principales áreas que se ve afectada es el intercambio de información, esto debido al carácter de la persona.
Cuando se conoce que alguien tiende a enojarse con facilidad, por lo general las personas a su alrededor se cohíben de hacerle preguntas o de compartirle información para evitar su mal humor.
Rechazo
Cuando hay una fuerte tendencia a estar de mal humor, muy pocas personas querrán convivir con alguien que posea esta conducta, esto la lleva a estar solitaria la mayoría del tiempo.
Con esto no me refiero a que no conseguirás amigos, pareja o disfrutar de tu familia, sin embargo, las probabilidades se disminuyen si no pones control a los momentos de enojo.
Conflictos
El enojo puede surgir de manera justificada o no, y si bien es la segunda, esto pasa de ser una molestia de una sola persona, a una disputa entre los involucrados.
Además, ten en cuenta que la tolerancia debe ser un principio a aplicar, pero que lamentablemente muchos no ponen en práctica.
¿Cómo hago para controlar el enojo?
Es inevitable que ocurran situaciones que te provoquen enojo, hay muchos factores externos que no se pueden controlar.
Pero, lo que si puedes controlar es tu modo de respuesta y la actitud con la que afrontes cada conflicto. Para que lo consigas, toma en cuenta lo siguiente.
Todo tiene solución
Una de las principales fuentes de enojo, son problemas muy simples como coordinar una hora de llegada o realizar alguna tarea. Estas cosas hacen que entremos en un estado de molestia severo sin necesidad.
Aprende a reconocer que este tipo de problemas tienen respuestas sencillas, y enojarse no aporta en nada.
Procura adiestrar tu mente para concentrarte en la resolución del problema, y no en el conflicto ni en los culpables.
Practica la respiración
Cuando hay momentos de tensión donde ocurren circunstancias que nos hacen enojar, una buena recomendación es apartarse por un momento y efectuar varias respiraciones profundas.
Estas respiraciones te ayudarán a drenar y oxigenar el cerebro para accionar de manera calmada.
Así no reaccionarás desde tus impulsos más básicos y dirás alguna respuesta de la que luego te arrepientas.
Combate el estrés
La acumulación de estrés y presión es la razón más frecuente de que haya una conducta inclinada al enojo. Así que debes tratar de integrar todos los elementos relajantes que te sea posible, a los ambientes en los que convivas.
Mantener un espacio de trabajo limpio y ordenado.
Colocar música que sea de tu agrado.
Utilizar aromatizantes con olores suaves.
Tener algún medio de distracción a la mano.
Estos y cualquier otro elemento que te ayude a relajarte será de mucho beneficio.
Sin duda, el enojo es algo con lo que tenemos que lidiar constantemente, pero lo ideal es que podamos controlarlo, y no que él nos controle a nosotros.
Cuídate de forma integral, sonreír más y enojarse menos, es un tratamiento que no cuesta nada y aporta mucho.