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Mantén un cerebro sano con estos ejercicios
Si decimos que el corazón es el motor que mueve nuestro cuerpo, el cerebro hace la función de software y este al igual que las computadoras suele sobrecargarse.
A diario luchamos con estrés, conflictos y toma de decisiones, y por eso es útil oxigenar el cerebro.
Cuando nuestro cerebro no recibe la cantidad de oxígeno adecuado esto se reflejará en diversas fallas que afectará nuestra capacidad de acción y respuesta. En casos aún más extremos la mala oxigenación puede incluso repercutir en un fallo cerebrovascular.
Hay muchas maneras prácticas y económicas de ayudar a nuestro cerebro a estar en forma, solo hay que imprimir un poco de dedicación. Y para hacerlo más fácil, te invito a conocer que herramientas tienes al alcance de tus manos, para darle mejor capacidad a tu función cerebral.
Ejercicios para oxigenar el cerebro
Existen varias maneras de darle mejor ritmo al cerebro, y es que los ejercicios son una herramienta muy simple, que te beneficiara mucho más, en comparación del poco tiempo que requieren.
1. Bostezo simulado
Consiste en hacer los mismos gestos que ejecutamos al tener un bostezo natural, inhalando aire y articulando la mandíbula.
En este ejercicio colocamos los dedos en las mejillas y aplicamos un poco de fuerza en los laterales, generando descompresión muscular. Esto relaja toda la zona de la cabeza y a su vez el cerebro.
2. Caminata
Las caminatas son un muy buen ejercicio que influye en la circulación y las articulaciones, pero no se trata únicamente de caminar al trabajo. Toma un tiempo específico donde camines a un ritmo rápido, a su vez que trabajas la respiración.
El énfasis en la respiración es vital, puesto que este influye directamente con ciertas áreas cerebrales.
3. Ejercicios anaeróbicos
Entre estos también se incluye la caminata, pero si quieres un poco más de rendimiento, puedes practicar rutinas que integren, flexiones, abdominales, trote y muchos más.
Recuerda que el secreto es ejecutar repeticiones intensas de corta duración.
Los ejercicios que hacen que se acelere nuestro ritmo cardiaco y circulación, le inyectan mayor cantidad de oxígeno a todo nuestro cuerpo, por lo tanto, el cerebro se beneficia.
4. Marcha cruzada
No necesitas moverte de un solo sitio, nada más levanta las rodillas una tras otra balanceando los brazos, en esto de manera sincronizada toca con las manos la rodilla contraria.
Este ejercicio estimula los dos hemisferios del cerebro, de este modo ejecutas actividad física y cerebral al mismo tiempo.
Uno de sus principales beneficios es que fortalece tu coordinación, y a su vez consigue hacer que tus músculos se relajen.
5. Respiración
Simple, pero efectivo, tomar bocanadas de aire y soltarlas lentamente es un ejercicio de descompresión, pero también ayuda a vaciar la mente y oxigenar.
Esta práctica no requiere más de unas pocas repeticiones y será más efectiva si se hace en un espacio abierto.
Estos son algunos de los ejercicios más sencillos que puedes comenzar a implementar, lo ideal es crear una rutina diaria que te lleve a una práctica constante de ellos.
Algunos tés naturales para oxigenar el cerebro
La naturaleza es perfecta y tiene toda una farmacia orgánica que está a tu disposición. Conoce cuáles son las plantas que te brindan excelentes resultados para la oxigenación de tu cerebro.
Té de Ginseng
Es perfecto para subir el ritmo a la circulación de tu cerebro, y tiene propiedades reconstituyentes.
Te ayuda a disipar el cansancio físico y la carga mental, a mejorar tu capacidad de concentración al igual que la memoria y acción de respuesta.
Té de jengibre
Esta planta posee muchas cualidades, y entre ellas también se encuentra la capacidad de fortalecer la circulación. Dispone de composición terapéutica, y ayuda a relajar el cuerpo.
Es así como su consumo es muy recomendable, puesto que además funciona con un desinflamatorio para el cerebro y mejora su funcionamiento.
Té de tilo
Es un relajante natural, que podemos consumir con regularidad y no solo en momentos críticos como se acostumbra.
Este te ayuda a tranquilizar los nervios, reduce el estrés, calma la ansiedad, y ayuda a lidiar con la presión emocional junto a los momentos de tensión.
Té de Jazmín
Actúa directamente sobre el estado anímico, es un antidepresivo que fortalece tu estado emocional, y gracias a sus propiedades relajantes también combate el estrés.
Puedes aplicarlo para tranquilizar los nervios, ya que, su olor y sabor provocan tranquilidad.
Té de romero
Por último, tenemos un estimulante natural, que básicamente le inyecta energía al sistema nervioso, mejorando su ritmo de trabajo.
Esto influye de forma positiva en la concentración, el ánimo y la memoria, sin embargo, se debe consultar su consumo si se posee alguna patología.
Algunas técnicas para despejar la mente
1. Implementa ciclos de distracción
La sobre carga de actividades en un ritmo continuo sin pausa, produce colapso, fallas y cansancio, por ello tu cerebro debe tomar momentos de descanso.
La mejor manera de liberar presión es realizando alguna actividad que te resulte entretenida o relajante. A lo largo del día toma pequeñas pausas que no afecten tu ritmo de trabajo, y distrae tu mente con alguna actividad que te bloquee el estrés.
2. Ordena y planifica
El caos afecta desde nuestro estado de ánimo, hasta la capacidad de respuesta, y el desorden solo intensifica los niveles de estrés.
Si te sientes abrumado, toma un momento y sal a un espacio abierto, coloca en una lista tus tareas y comienza a desarrollar una a la vez.
El dirigir tu concentración a una tarea en específico mejora tu eficiencia, y hace que la carga cerebral sea más llevadera.
3. Prioriza tu enfoque
Estamos acostumbrados a dejar que la mente se inunde con problemas o actividades futuras y esto nada más genera estrés y agotamiento.
No está mal planificar, sin embargo, no puedes dejar que este sea tu pensar las 24 horas del día. Tómate unas horas específicas únicamente para ello, y despeja tu mente con el resto del tiempo.
Mantén tu enfoque de acuerdo a lo más prioritario y no te desesperes por tratar de tener control sobre todas las cosas. Deja que cada momento tenga su carga mental en el momento que corresponda, y no antes.